La mística es el tesoro que conserva San Antonio Spurs para el sprint final
Tras vencer a Memphis, el equipo de Ginóbili se medirá con Houston en su 14a semifinal de conferencia en las últimas 17 temporadas
En la cancha se ven los pingos, reza un dicho popular muy repetido en las tribunas de los hipódromos. Y, llevado al básquetbol, también en la cancha (sobre el parquet) se ve la mística de un equipo como San Antonio Spurs, que este año volverá a estar en las semifinales de la conferencia Oeste de la NBA. Es la decimocuarta vez en las diecisiete temporadas que se llevan disputadas en este siglo que la franquicia llega a esta instancia, con Emanuel Ginóbili en el plantel como sucede desde 2002, aunque ahora con el entrenador Greg Popovich dosificándole sus energías.
Anteanoche, el DT utilizó sólo 16 minutos a Manu, de 39 años, en el éxito por 103 a 96 sobre Memphis, con poca participación en ofensiva del bahiense. Era el sexto partido ante los Grizzlies, con la necesidad de cerrar la serie de visitante (aunque el desempate hubiese sido en casa) para no tener que seguir acumulando días de juego mientras Houston, su rival desde pasado mañana en la próxima instancia, sumaba jornadas de descanso desde el martes pasado, cuando selló el 4-1 sobre los Thunder de Oklahoma. Luego de una intensa etapa regular, valen oro los días que se puedan juntar fuerzas. Los Spurs, que habían ganado sus tres encuentros de local, consiguieron el 4-2 que le otorgó el pasaporte a la siguiente etapa dos días más tarde que los Rockets.
San Antonio tiene un plantel que requiere de más rotaciones para tener más enteras a sus figuras respecto de otras temporadas. Se apoya en la fortaleza de Kawhi Leonard, LaMarcus Aldridge, Danny Green, David Lee y el francés Tony Parker. Se relaja, por momentos, sabiendo que desde el banco saltarán a la cancha en auxilio Manu, el español Paul Gasol o Patty Mills. Estos tres parecieron reservar anteayer parte de su furia para lo que vendrá, aunque sólo en los últimos minutos hicieron la diferencia los Spurs. Incluso, con el bahiense se registró una particularidad: lanzóapenas dos tiros de campo en toda la noche y acertó uno. Fue un triple, mientras recibía la falta de Wayne Selden Jr. Eso le permitió convertir un libre extra y concretar una jugada de cuatro puntos.
Ahora tendrá que cambiar el chip. Que Houston no sea un problema para alcanzar su octava final de conferencia desde 2001. La serie, al mejor de siete encuentros, comenzará en el AT&T Center de San Antonio, ya que los Spurs tendrán ventaja de localía por haber terminado mejor ubicados en la etapa de grupos. La mística es el tesoro más preciado que conserva el equipo para el sprint final, cuando el anillo se ve desde más cerca y el pulso no puede temblar.ß
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