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El efecto que produce cada aparición del multifacético estadounidense Jake Paul -que entre tantas ocupaciones ejerce también el oficio de boxeador profesional en un contorno sospechoso- renueva una vez más, con toda intensidad, la permanente resistencia que ocasionan los anuncios sobre sus peleas.
La confirmación de su combate oficial ante el peso pesado británico Anthony Joshua, previsto para el 19 del mes próximo en Miami, entusiasmó a muy poca gente y adosó un gran acertijo: ¿tiene sentido y será creíble en el cuadrilátero?
Paul, de 28 años, 1.85 metros de altura y un peso ideal de 90 kg., emergente de las redes sociales, que lo eyectaron a diversas actividades, dejó siempre sombras y dudas. Ahora, volvió a causar zozobras en este ámbito al confirmarse, bajo la organización de su empresa, Most Valuable Promotions, su combate ante Joshua, excampeón mundial de 36 años y una estructura gigantesca de 1.98 metros y 115 kg.

¿Qué puede aportar esto al boxeo? Nada, sólo inmiscuirlo en una nueva zona de riesgo y objeciones. Joshua tiene un pedigrí imponente: exmonarca olímpico de Londres 2012 y con clásicos del ring desde 2017, cuando se consagró campeón ante el ucraniano Wladimir Klitschko. Su récord es muy bueno: 28 éxitos (24 KO) y 4 reveses. Le sobra jerarquía, aunque a su manera de boxear siempre le faltó temperamento. Podría terminar al youtuber con su primer golpe a fondo, si quisiera.
¿Qué puede demostrar Paul ante todo esto? Sólo incertidumbre. Su campaña de 12 victorias (8 KO) y una derrota no es confiable. Se exhibió ante un viejo Mike Tyson y utilizó el apellido del mexicano Julio Cesar Chávez (h.) para brindar un espectáculo soporífero.
Las entidades internacionales de boxeo le dieron una bienvenida pomposa, indicando que su participación en este deporte renovaría y sumaría un público masivo con nuevas ideas en cada una de sus peleas. Sólo consiguieron recaudar altas tasas de aranceles aprobando sus espectáculos, que resultaron altamente dañinos. Pero es un buen aportante; un buen pagador a la industria pugilística.

Paul prospera en la difusión de las noticias pugilísticas, pero decrece vertiginosamente en una serie de valores de la vida muy poco considerados en estos días: la credibilidad y el mérito.


