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Cruzeiro se consagró ayer campeón de la Copa de Brasil. Venció 2-1 a Corinthians en el partido de vuelta, que tuvo de todo: un penal insólitamente cobrado por el VAR y un futbolista que viajó 25 horas desde Japón para no perderse el torneo.
El campeón, que viene de perder con Boca en los cuartos de final de la Copa Libertadores, había ganado 1-0 el partido de ida. En San Pablo estaba 1-0 arriba (gol de Robinho) cuando el árbitro cobró una inexistente falta contra Ralf, de Corinthians. Thiago Neves fue al piso y el juez sancionó penal. Lo más curioso es que revisaron la jugada con el VAR y mantuvieron la decisión.
Uno de los goles de Cruzeiro lo marcó el uruguayo Giorgian De Arrascaeta. Formó parte del plantel charrúa que jugó los amistosos FIFA ante Corea del Sur y Japón (dos derrotas para el equipo de Tabarez), pero había anunciado que no se perdería la final contra Corinthians.
Por eso adelantó sus vuelos y viajó durante 25 horas hasta Brasil. Cruzeiro desembolsó 20 mil dólares para que el uruguayo llegara lo más pronto posible. Pisó suelo brasileño cuatro horas antes de que comience el partido, se fue a la concentración y de allí a la cancha. Mano Menezes, entrenador del campeón, lo puso en el segundo tiempo y De Arrascaeta cumplió: marcó el 2-1 que le dio el título.





