En Toronto se abrió una puja de poder por el liderazgo del deporte americano

En Odepa (Organización Deportiva Panamericana) , que esta semana realizó su Asamblea General en Toronto, se están viviendo tiempos donde la disputa por el poder se hace evidente y, mientras las viejas estructuras pretenden un organizar una transición sin cambios , otros espacios de poder discuten el orden vigente.

Además de la decisión de otorgarle a Lima la sede de la edición 2019 de los Juegos Panamericanos , en la ciudad canadiense se vivió una nueva puja de poder por la sucesión del 'trono' del mexicano Mario Vázquez Raña, presidente de Odepa.

En la presidencia del máximo organismo deportivo americano desde 1975, el azteca de 81 años, que debería terminar su último mandato dentro de tres años, le harán en esta Asamblea una "consulta informal" sobre el futuro de la organización tras su retiro.

El controvertido añejo dirigente, que el año pasado fue forzado a renunciar a sus cargos en el Comité Olímpico Internacional (COI) y a la presidencia de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO), tiene por primera vez una línea opositoria que tiene entre sus líderes al argentino Gerardo Werthein , miembro COI y presidente del Comité Olímpico Argentino (COA).

El mexicano, que también dejó en marzo de 2012 la presidencia de la comisión de Solidaridad Olímpica, siempre afirmó que de perder el consenso general entre los países del continente, daría un paso al costado.

Si bien en el círculo de Werthein, reelegido el mes pasado como presidente del COA , desmienten su ambición panamericana, su posición en el COI lo erigió como uno de los líderes con perfil bajo para vehiculizar esta "preocupación e inquietud" en el seno de Odepa.

Con la presencia de unos 350 delegados en representación de los comités olímpicos nacionales de 41 países y territorios del continente americano, Vázquez Raña planea en el corto plazo de un año la delegación presidencial en el actual vicepresidente primero de Odepa, el también mexicano Ivar Sisniega.

Estados Unidos, Canadá y Brasil son los tres países que tendrán un peso específico en esta puja de poder, por la relevancia de sus Comités Olímpicos Nacionales en el concierto continental.