Arranca la Champions League: para Barcelona y Messi es una misión impostergable cortar el reinado del Real Madrid
No les faltará razón a los que consideren que la última Champions League fue más entretenida y emotiva que el Mundial que se disputó algo más de un mes y medio después. Estupendos partidos, récord de goles para la competencia (3,21 por encuentro), futbolistas que brillaron más en sus clubes que con sus seleccionados en Rusia, como Cristiano Ronaldo, Mo Salah, Firmino, Sane o Müller. Otra demostración de la posición cada vez más dominante y del poderío de los clubes en comparación con los equipos nacionales, obligados a armarse o reinventarse en cortos períodos de tiempo.
La Champions que comenzará hoy también está precedida por considerables expectativas deportivas, además de un incremento de más del 50 por ciento en los premios (2030 millones de euros a repartir), que la hace más codiciada por los clubes. ¿Cómo hará Real Madrid para defender su tricampeonato sin su colosal goleador (Cristiano Ronaldo) y el director técnico (Zinedine Zidane) que, con su estampa budista, supo armonizar el vestuario e impedir el aburguesamiento? Real Madrid consiguió un triplete que no se registraba desde la década del setenta, con Ajax y Bayern Munich. Y si se computan sus cuatro títulos en las últimas cinco temporadas, Real Madrid solo compite contra sí mismo, con las cinco coronas consecutivas de la época de Alfredo Di Stéfano, en la segunda mitad de la década del cincuenta.
Es la Champions que Barcelona quiere hacer suya, porque le escuecen tres eliminaciones en fila en los cuartos de final. En la rivalidad espejada, Barcelona domina en España (siete de las últimas diez Ligas) y Real Madrid en el continente. Lionel Messi trazó claramente los objetivos: "Toca la Champions porque hace tres años que venimos quedando afuera. La última fue la peor (Roma lo goleó 3-0). Debemos apuntar a la Champions, como club y equipo porque tenemos un plantel espectacular. Podríamos tener algún título más desde la época de Guardiola". El ahora primer capitán considera que la transferencia de Cristiano Ronaldo puede alterar el paisaje general: "Si bien Real Madrid es uno de los mejores del mundo, que no esté Cristiano lo hace menos bueno y convierte a Juventus en favorito".
En el debut de hoy ante PSV Eindhoven en el Camp Nou, Barcelona estrena una de las novedades de la Champions: la franja horaria más temprana, a las 13.55 de la Argentina, mientras se mantiene la de las 16. Ya no habrá una programación uniforme, algunos partidos se disputarán en el horario central del mercado televisivo asiático. Barcelona mostró cierta preocupación porque el comienzo fijado para las 18.55 en un día laborable puede perjudicar y dificultar la asistencia de público.
La dimensión histórica que transita la Champions se refleja en que tiene vigentes a sus máximos goleadores: Cristiano Ronaldo (120) y Messi (100). Uno u otro terminó como máximo anotador en los últimos once torneos; solo se pudo unir Neymar a ambos en 2015.
Coutinho jugará por primera vez la Champions para Barcelona, ya que en la temporada pasada no pudo hacerlo porque se incorporó en enero, luego de disputar la etapa de grupos con Liverpool. El brasileño hizo una lectura que está en sintonía con la exigencia que planteó Messi: "Es difícil explicar por qué, teniendo a Messi, Barcelona solo ganó uno de los últimos cuatro títulos. Leo es el mejor del mundo y probablemente también de la historia".
Habrá un par de regresos importantes, nombres que dejaron huella. Inter de Milán, con tres copas en sus vitrinas –la última en 2010, con Mourinho en el banco y los argentinos Zanetti, Cambiasso y Diego Milito en el campo–, se reinserta tras seis años de ausencia. Mauro Icardi y Lautaro Martínez tendrán su bautismo en el campeonato.
Ajax, con un legado de cuatro copas desde el reinado de Cruyff y la perla que añadió Van Gaal, se hizo un lugar luego de tres temporadas. Con la primera incursión de Nicolás Tagliafico en el terreno continental, Ajax superó la rueda previa de clasificación. El fútbol holandés mantiene su clásica escuela futbolística, pero sus intérpretes están por debajo de adversarios que cuentan con más jerarquía individual. El factor económico es un ordenador futbolístico muy difícil de alterar, más allá de la voluntad o las convicciones para el juego que se le puedan oponer.
Para el Atlético de Madrid, que hoy enfrenta a Monaco, será la sexta participación consecutiva, un récord que está directamente vinculado con la gestión de Diego Simeone, que en la temporada anterior convirtió una decepción inicial –la eliminación en la primera etapa tras dos empates con el desconocido Qarabag– en un festejo final con la conquista de la Europa League.
Hay equipos con pretensiones de una superación porque cuentan con el potencial suficiente: París Saint Germain, que en el torneo anterior se quedó sin Neymar por una lesión para el desquite con Real Madrid, no pasó la barrera de los cuartos de final en las últimas seis temporadas. Manchester City ansía que el tercer año de Pep Guardiola le permita ir más allá de los octavos y cuartos anteriores. Mauricio Pochettino llevó a Tottenham a lo que nunca en su historia: tres participaciones consecutivas, pero con los octavos como techo.
Empieza hoy un largo recorrido con destino a la gloria que envolverá a uno solo el 1° de junio en el Wanda Metropolitano de Madrid.
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