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La nueva normalidad del fútbol mundial regala a cada paso escenas insólitas. Una de ellas, quizás la más grande, ocurrió este sábado en el partido entre Mallorca y Barcelona, en el estadio Son Moix de las Islas Baleares. Porque ya era habitual ver barbijos en los bancos de suplentes y festejos con distanciamiento social, pero un intruso en un partido a puertas cerradas se parece a un colmo...
La situación ocurrió a los ocho minutos del segundo tiempo, cuando ya el equipo de Lionel Messi, líder de la liga española, ganaba por 2 a 0. Entonces, alguien que no debía estar allí se metió en el campo de juego vestido con una camiseta argentina y un teléfono en la mano. Se acercó a la posición de Jordi Alba y se tomó una foto. La selfie que guardará por siempre.
Partido a puerta cerrada... ¡Y salta un espontáneo al césped!#VolverEsGanarpic.twitter.com/XOcHdDgabW&— Fútbol en Movistar+ (@MovistarFutbol) June 13, 2020
Su intención, es fácil advertirlo, era llegar a Messi, pero no lo logró. Era lógico adivinar si deseo si solo se miraba como iba vestido: llevaba la camiseta de la selección con el número 10 en la espalda y el apellido estampado del capitán. Si bien las cámaras de la transmisión televisiva evitaron tomarle un plano durante muchos segundos, los relatores informaron que los guardias de seguridad lo retiraron de la cancha, mientras se veía la risa de Frenkie De Jong, el volante holandés de Barcelona, ante semejante episodio. Tal vez él tampoco podía creer lo que estaba viendo. Por si faltara algo, el primer plano permitió comprobar que el muchacho no llevaba barbijo.

Por pequeño que haya sido, el incidente deberá anotarse en la lista de excentricidades que el fútbol regaló durante la pandemia de coronavirus.



