Copa Libertadores. La polémica por el gol que el VAR le anuló a Boca ante Atlético Mineiro por una supuesta infracción

Era un discreto partido de la Copa Libertadores, en la Bombonera. Atlético Mineiro empezó mejor, Boca se sostuvo y, en el final del primer tiempo, mostró su mejor versión. Boca marcó un gol, en un doble cabezazo del Pulpo González, tras un buen centro del Chelo Weigandt y el árbitro Andrés Rojas, de flojísima tarea, lo convalidó, hasta que...

Todo Mineiro comenzó a reclamar. El árbitro quiso comunicarse con el VAR. Sin embargo, no le funcionaba el audio. Mientras definía si iba a confirmar si el tanto fue lícito, permitió a los jugadores que se le fueran encima, sobre todo, a Nacho Fernández.

Luego, empezó a funcionar el aparato. Finalmente, fue a revisar la jugada -pasaron unos 6 minutos entre debates, discusiones, amenazas-, y los jugadores seguían allí, a la expectativa. Más aún: seguían discutiendo al lado del árbitro mientras este miraba la pantalla y conversaba con los encargados del VAR.

El gol anulado

El ex volante de River casi que no lo dejaba respirar a Rojas, pegado a centímetros. Cuando el árbitro se dio vuelta para entender por qué había tanto murmullo cercano, amonestó a Rojo y a Zaracho. Y vio como una infracción un contacto mínimo de Briasco sobre Nathan Silva, casi imperceptible, en todo caso, insuficiente para desplazarlo, en la acción previa al cabezazo de González.

La acción terminó con el tanto del Pulpo, luego de una buena intervención de Weigandt y una insólita salida en falso de Éverson, el arquero. El partido, luego, creció en intensidad, infracciones, forcejeos. En el final del primer capítulo, los entrenadores, Miguel Russo y Cuca, fueron a conversar con el cuerpo arbitral.

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