Daniel Angelici: "Los barras son parte del club, son parte de una realidad"

Estaba con el cansancio lógico de una persona que estuvo declarando más de siete horas . Daniel Angelici, presidente de Boca, se presentó a las 10.40 de ayer en Tribunales y se fue luego cerca de las 18, tras declarar como testigo ante el juez de instrucción Manuel De Campos en la causa que investiga el crimen de Ernesto Cirino y una supuesta asociación ilícita entre dirigentes xeneizes y La 12. Ya era de noche cuando salió de los despachos de Talcahuano y fue directo a la Bombonera, donde tras charlar con algunos pares de comisión directiva habló con la nacion de varios temas que rodean la causa.

-¿Qué conclusiones sacás de las siete horas de declaración?

-Ellos tienen muchas horas de escuchas y muchas horas de filmación, pero no sabían cómo funcionan distintas área. Y por eso me citan en calidad de testigo para tratar de aclarar cómo funciona el departamento de socios, de seguridad, cómo son los carnet, las numeraciones, cómo se implementan los canjes, cómo son las devoluciones de los carnet. Me preguntaron desde eso hasta si conocía la barra del club. Vi videos de lugares donde se reunían, me preguntaron sobre los nombres de los que están imputados y a cuáles conocía y a cuáles no. Si viajaban con el plantel, si el club contrataba micros para hacer los viajes, si ellos viajaban cerca del plantel en los partidos de Libertadores. Sobre las peñas del interior; cómo funcionan y cómo se hacen socios; y en los días de partidos cómo ingresan los bombos y las banderas, los controles, quién hace los controles?

-¿Pudiste aclararles las cosas?

-La mayoría de las cosas que sabía se las contesté y las que no tenía certezas me comprometí a aportarselas el lunes próximo: las ventas ambulantes, la publicidad, las operatorias de los empleados, si se les entregan pulseritas y de qué colores.

-¿Te preguntó por los "molinetes liberados"?

-Sí, cómo se liberaban, si se podían liberar desde el sistema informático. Se hace una revisión antes de cada partido con un escribano. Cada pase del molinete queda registrado.

-Hoy hubo más controles en la entrada al club. ¿Es a partir de todas estas cuestiones?

-A partir de esto vamos a aprender. Yo digo que si hay algún error, tenemos que salir adelante y aprender de ellos. Mejorar lo que no estaba bien. Y hay que ser autocrítico y pensar que debe haber mayores controles. Sí habrá cambios en el club y se impondrán mayores controles. Vamos a invertir una buena cantidad de dinero en AFA Plus. No sé si va a ser la solución de la violencia de las barras, pero sí seremos unos de los primeros clubes en tener el ingreso de los molinetes altos, fijos al piso, con la biometría, huellas digitales, carnet de aproximación. De todas formas, hace falta un cambio de leyes, hay que copiar a otros países y que haya un compromiso de la clase política del estado. Nadie quiere tener un muerto en el club, en una tribuna o una pileta. Nadie quiere que los jugadores sean amenazados por la barra. Conociendo a la mayoría de los presidentes, van a poner horas ad honorem para solucionar el tema. Pero si esto no va a fondo, si no hay contravención para los trapitos , para los puestos que están alrededor de la cancha... Le comenté al juez que es injusto que quieran poner en la espalda de los dirigentes deportivos los derechos de admisión, que seamos los responsables de erradicar a los violentos de los estadios. Eso es un trabajo de toda la sociedad.

-¿Cuáles son errores que se deben corregir?

-Quizá que no se hicieron las auditorías que se debían, porque esto es un club, y uno no hace auditorías como las hace en sus empresas. Pero hasta que me puedan demostrar algo, yo confío en todos los directivos que me acompañaron en la lista, en todos los empleados.

-Pero el juez sospecha...

-Las muchas sospechas después hay que probarlas. Hay información que llega a los medios, pero hay familias también. En los medios dijeron que London (Marcelo) estaba detenido y no lo está, y tiene familia e hijos. En el caso del vicepresidente Juan Carlos Crespi, se dice que un detenido del dijo a otro imputado tal cosa sobre él, pero de ahí que esté involucrado un directivo, me parece que es poco cuidadoso y que cuando todo esto se termine se debería pedir disculpas a todos aquellos que han sido nombrados innecesariamente.

-¿De dónde salen estas cosas?

-De las declaraciones, cada abogado tiene copias. Hay partes de los expedientes, donde hay escuchas, en las que puede estar mencionado algún dirigente o algún empleado, pero de ahí a estar involucrados hay una distancia muy grande. El gran dolor que tengo y se lo dije al juez, es que estamos en todos los medios, acusados de muchas cosas.

-¿Hay animosidad contra Boca?

-No. Sucedieron cosas en muchos clubes. Lo que se investiga aquí es un homicidio de agosto de 2011, del que nos enteramos por los diarios, de supuestamente de alguien que integra lo que se llama la barra.

-Desde el sector de seguridad se acusaba que no estaban todos los nombres que debían aparecer en el derecho de admisión de Boca...

-No debe de haber club que haya entregado una lista tan extensa como la nuestra, que arrancó en 63 y ahora tiene 120. Tenemos una política del derecho de admisión, de incluir, primero, a aquellos que hayan violado el estatuto del club, y así se armó la primera lista. Después sumamos a uno de los simpatizantes, que saltó un molinete: se lo suspendió por el término de un año; después a los hinchas vinculados por arrojar el cartel (en el partido con Independiente) y después los que tuvieran problemas con la justicia contravencional. En cada torneo se hace una lista nueva. También pusimos a aquellos que estuvieron en el tiroteo camino a Santa Fe, sumamos a los que estuvieron en los incidentes camino a Córdoba, cada vez que hubo un problema pasaron esos hinchas al derecho de admisión. Cuando fuimos al partido de Lanús, la secretaría puso 20 socios más que nosotros no teníamos en cuenta y no sabía, lo puso el organismo y no dijimos nada. Cuando la secretaría nos dijo que a 12 de esos 20 había que ponerlos en el derecho de admisión, les preguntamos por qué y no nos dijeron nada, porque es muy fina la línea entre el derecho de admisión y el de discriminación. Son dos leyes que van muy de la mano. Hemos llevado el padrón competo de los 108.000 socios, impreso y en sistema digital a la policía. Dígannos ustedes cuáles de estos socios tiene alguna contravención, un antecedente o alguna pena, para ponerlo en la lista con argumentos. No teníamos argumentos para ponerlos, porque no nos brindaron información y estábamos intimados por abogados. Estamos al límite de recibir un juicio por discriminación.

-¿En esta situación están Fido Debaux y Arrieta?

-Entiendo que sí. Entiendo que el juez está mirando sobre eso. De ellos recibimos cartas documento, le dije al juez que se las iba a aportar, que no fue una determinación caprichosa de sacarlos.

-Pero los dos estaban en el tiroteo de Santa Fe y fueron heridos...

-Sí, pero no están imputados ni procesados por esa causa. A mí me tienen que dar los motivos para poner a alguien en el derecho de admisión. Es una ley y hay que respetarla, no es discrecional del club. Y te digo que me parece injusto que los clubes sean los que tienen que ejercer este derecho.

-¿En la calle tiene miedo?

-Estoy preocupado, no sé si tengo miedo. Estoy seguro de que ningún club quiere que vengan 60 a apretar a los jugadores, como en Huracán, o las amenazas en Racing, o como cuando se balearon en Quilmes. Nosotros no estamos exentos. Igual, desde que estamos en el club no tuvimos incidentes adentro. Sólo un problema con un socio que volvió y no entendió que acá no entran más colados. Pero a aquellos de los que no tenemos antecedentes se nos hace complicado ponerlos en esa lista.

-¿Cómo está la relación con Stornelli (jefe del departamento de seguridad y estadio)?

-Crecimos mucho en ese sentido. El club invirtió, sacó los molinetes a 100 metros para hacer el primer filtro, eso ayuda a que no haya tantos colados. Ahora afuera del club, los socios que son barras, caracterizados o no, no es responsabilidad del club. El responsable es el estado. Si fuera del club cometen un delito está bien que la justicia los persiga. Si viajan en esos colectivos en los que no se puede andar ni una cuadra, que en cualquier país serio los paran, porque andan sin ventanas seguramente, sin seguros? Sin embargo, acá los escoltan. Por eso entiendo que en esta sociedad hay mucha hipocresía, que se habla mucho para aparecer en los medios, cuando hay un problema puntual, pero nadie se pone a trabajar de verdad para cambiar esta realidad.

-Se habla de un crimen detrás de esta causa de asociación ilicíta. ¿De verdad no siente temor?

-La inseguridad es a nivel país. No hay barrio que está al margen de tener un robo o un asesinato. En provincia en la Capital, en cualquier lado. En la cancha no me hago el distraído, existen las barras, no digo que no existen, lo que digo es que los barras no entran más como lo hacían antes, saltando o a la fuerza. Ahora tienen que tener un carnet de socio, después debemos, sí, verificar si ese carnet corresponde con el que ingresa, pero todos entran con el molinete. Cuando nos muestren que hay uno que se levantó, bueno, veremos quién es por las filmaciones. Y el responsable de eso tendrá que pagar. El club no va a apañar a ningún empleado ni a ningún dirigente que esté en connivencia con los barras, eso seguro.

-¿Es difícil para un dirigente no tener contacto con estos barras dentro del club?

-Lo dije hoy. Desde que soy presidente vengo más temprano al club y no me los cruzo, pero mientras era tesorero o vocal, cuando he salido me los crucé en el playón y si me saludan y me dicen ?buen día' les digo ?buen día'. Y así les debe pasar a la mayoría de los directivos. Son parte del club, son socios que vienen al club, van al departameto de socios, van a la confitería o alguno en el verano puede venir a la pileta. Son parte de una realidad. Hay dos formas ver las cosas: ponerlos debajo de la alfombra o ponerlos sobre la mesa. Yo entiendo que los problemas se solucionan arriba de la mesa, pero sin hipocresía. Entiendo que en este tema hay demasiada hipocresía.