Eduardo Coudet y el momento de Racing: "Yo no me callo nada, pero si me peleara con Milito sería un boludo"

En una conferencia de prensa que duró casi 50 minutos, Eduardo Coudet barrió con todas los malhumores que se habían cultivado en la mitad celeste y blanca de Avellaneda en estos 66 días de receso previo a los octavos de final de la Copa Libertadores: desde la molestia por la falta de refuerzos hasta las supuestas internas con el manager Diego Milito por la influencia de su representante Cristian Bragarnik.

"Las diferencias con Diego las hablo todos los días. Nos vamos conociendo: yo no callo nada. Viene bien aclarar todo. Estamos en un club grande. Van más de dos meses sin fútbol y se dice cualquier cosa. Los clubes grandes no son para todos, es así. Le dije a Diego que nosotros necesitamos que él hable con la prensa y comunique. Porque yo vengo y digo todo pero la voz creíble en este club es la de Diego Milito. Y nos hemos puesto de acuerdo. Va a empezar a comunicarse con ustedes. Lo necesitamos porque es la persona importante acá. Me considero un tipo inteligente. Y si viniera a Racing a pelearme con Milito sería un boludo. Me faltaría el Chango Cárdenas y el Bocha Maschio", dijo el entrenador, casi en un monólogo inicial que duró más de cinco minutos. Desde la derrota ante Cruzeiro en Belo Horizonte, hace más de dos meses, Coudet había hablado una sola vez con la prensa, antes de que el plantel partiera a Orlando para la parte más fuerte de la pretemporada. Su voz tapó a las otras.

El último jueves, con la confirmación de la rotura de ligamentos cruzados del refuerzo Mauricio Martínez y la suspensión del amistoso ante Ferro, había sido demasiado gris para la Academia. Y todas las críticas cobraron fuerza. Coudet, siempre hábil ante los micrófonos, las sacó a la luz y las dio vuelta: "Me pone muy contento que los otros clubes no tengan ningún problema. Nosotros tenemos un montón y tenemos que solucionarlos lo antes posible", dijo, irónico. Y siguió: "Al hincha de Racing le decimos que esté tranquilo y que llegamos muy bien. A mí me ha tocado llegar bajo el lema de un Racing positivo y eso tiene que sostenerse. La gente se identificó con el equipo y la manera de jugar. Eso va a seguir. Nos falta completar, pero nos vamos a terminar completando y de buena manera. Vamos a cerrar un buen plantel. Tenemos un equipazo".

Cuando apareció en la sala de conferencias de prensa que tiene el Cilindro, el técnico dejó en claro el mensaje que venía a dar: "Vamos a hablar de todo. Así no les quedan dudas de nada. Pregunten todo". Chacho estuvo, incluso, más verborrágico y chistoso que de costumbre. Aunque también dejó en claro que las incorporaciones son una necesidad, más allá de pedir paciencia a los hinchas: "Con el tema de los refuerzos nosotros dijimos que iba a ser un mercado largo. Creo que el club ha hecho los esfuerzos y se ha movido de buena forma para intentar traer. Necesitamos traer y lo estamos intentando. El semestre pasado fue muy bueno pero quedó claro que hemos sufrido con un tema del recambio. Y eso nos costó en el final". También se comparó con River, el rival del próximo 9 de agosto: "¿Ellos cuántos refuerzos trajeron? Cero. Y no pasa nada. El primer partido por los puntos es duro pero para los otros también. Somos un equipo difícil, no quieren jugar con nosotros. Se los cuento. Eso es bueno".

En este mercado, la Academia vio salir a los titulares Juan Musso y Lautaro Martínez y a los habituales recambios Miguel Barbieri, Marcelo Meli, Diego González y Enrique Triverio. Llegaron Gabriel Arias, Mauricio Martínez, Jonatan Cristaldo y Gustavo Bou. Las negociaciones por el chileno Eugenio Mena y Agustín Allione están encaminados, aunque Coudet no descartó que aparezcan otros nombres. Además, buscará un zaguero y un mediocampista central que pueda servir como recambio, una zona en la que Mauricio Martínez estaba pensando como un comodín.

"Pero vamos con paciencia. Esto –comparó Chacho– es como cuando te vas a comprar las zapatillas y en la otra cuadra estaban más baratas". "¿Creo que hablamos de todo, no?, se preguntó el entrenador sobre el final de la conferencia. Y se respondió: "¡Ah! ¡Bragarnik! Esas cosas sí me rozan. Creo que soy intachable en eso. Christian es mi amigo y mi representante. Pero yo debo ser el peor negocio para él. Ustedes dicen que es el dueño del fútbol, ¿qué porcentaje de jugadores manejará del fútbol argentino?. ¿Un veinte, un cuarenta, un sesenta? Nosotros trajimos a Bou y a Arias, no a mil. De diez, vino uno".

Por Nicolás Zuberman

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