Efecto Chacho: cómo se revolucionó Rosario Central con la llegada de Coudet

CÓRDOBA, (De un enviado especial).- Se mueve por el hotel Orfeo de Córdoba como uno más. Se saca fotos con los hinchas, hace chistes, canta canciones de la tribuna y está siempre junto a los jugadores. Pero él no es futbolista. Ya no. Ahora Eduardo Coudet, a los 41 años, es el técnico de Rosario Central, uno de los equipos que, para muchos, desplegó el mejor fútbol durante el año. Y sabe que esta noche, en la final de la Copa Argentina contra Boca, hay que demostrarlo.

El fenómeno que se generó con la vuelta del Chacho Coudet a Central, esta vez como DT, luego de tres períodos como futbolista canalla, se basa en dos pilares fundamentales: la identificación que tienen los hinchas por lo que quiere al club y la forma de jugar que propone su equipo. Central tiene su marca en cada línea. Es un equipo inquieto, desfachatado, que arriesga sin importarle las consecuencias.

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Para Diego Monarriz, ayudante de campo de Coudet junto a Ariel Garcé, las virtudes del entrenador son muchas: "Marcó un sentido de pertenencia con respecto a lo que es el club y la ciudad. Se hace cargo de la presión", dice en una charla con canchallena.com. "Vino a hacer un cambio de cabezas, apoyado en un sistema de juego que te obliga a ser protagonista. Siempre, bien o mal, hay que arriesgar, ir por todo, que nunca haya temores porque se percibe. Además es muy compañero de los jugadores, pero, si después les tiene que caer, les cae", agrega.

"Trata de transmitir el espíritu de Central, que tengamos amor propio" (Ferrari)

Paulo Ferrari, uno de los referentes del plantel, coincide con la visión de Monarriz: "Es un técnico muy intenso, trata de estar siempre cerca del jugador, y permanentemente enseñando, exigiendo. Intenta transmitir el espíritu de Central, que tengamos amor propio". Alejandro Donatti, que esta noche será titular, también hace eje en la relación humana que propone el Chacho: "Trata de gran forma al jugador, nos hace sentir de la mejor manera".

"La personalidad de él es la misma que cuando era jugador. Es cierto que a veces está un poco más serio porque es la cabeza de un grupo y hay veces que tiene que poner los puntos. Está bien que cumpla un papel un poco más firme, más serio… Le llega mucho al futbolista y es un buen compañero", había dicho Marco Ruben, en una entrevista con El Gráfico en junio pasado. El Chacho debutó como futbolista en Platense, pero se identificó con Central, donde jugó en tres períodos (1995-1998, 2004 y 2006).

"Cuando mirás al banco ves a una hincha más que encima nos devolvió algo muy importante, que es pensar a Central como un equipo grande" (hincha)

Para los hinchas también hay un antes y un después con la llegada de Coudet. Mariano Schivapappa, que viajó desde Buenos Aires para ver la final en Córdoba, es el que mejor explica el fenómeno: "El Chacho nos identifica a todos los hinchas de Central por la locura que tiene por los colores, por la forma de vivir los partidos. Cuando mirás al banco, ves a un hincha más que encima nos devolvió algo muy importante, que es pensar a Central como un equipo grande, que es lo que somos. Vos lo escuchás desde el primer día de la pretemporada y el tipo quiere salir campeón. Los objetivos ya no son más clasificarse a una Copa o salvarse del descenso, como era antes".

gm/ph