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El arco de River bajo la lupa: el futuro de Armani, la ¿necesidad? de un “atajapenales” y los nombres que analiza Demichelis
Por estas horas, el DT y la dirigencia del Millonario analizan alternativas para la próxima Copa Libertadores
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La columna vertebral de todo equipo que desea ser protagonista tiene entre sus pilares al arquero, un puesto singular por naturaleza, donde cada error queda expuesto y suele pagarse con un gol del equipo rival. Eso se vio reflejado en varios partidos de este año para Franco Armani en el arco de River. Campeón con holgura en la Liga Profesional, pero eliminado de manera temprana tanto en la Copa Argentina como la Libertadores, su principal objetivo, el conjunto que dirige Martín Demichelis sufrió nuevamente con un viejo karma, la definición por penales, ese rubro donde el balance histórico le da saldo negativo entre todas las competencias oficiales, una situación que se agrava cuando entra en el terreno la inevitable comparación con Boca, su rival de toda la vida, finalista fundamentalmente gracias a la intuición de Sergio Romero para atajar los disparos desde los doce pasos o al menos generarle una presión extra a los ejecutantes, como sucedió recientemente en la Copa Argentina frente a Talleres.
Con apariciones memorables en la inolvidable conquista de la Libertadores 2018, así como también fue clave en otros momentos importantes del ciclo Gallardo, Armani atraviesa un año irregular que lo puso bajo la lupa. Incluso el propio DT no le esquivó a una pregunta sobre el tema luego del 2-2 de mayo contra Vélez, en Liniers, donde el arquero profundizó un mal momento a través de sus fallas ocasionales: “Todos los equipos tenemos altibajos a lo largo de la temporada. Dentro de esos altibajos, están las individualidades. Es evidente, no voy a ser hipócrita, que lamentablemente no la está pasando bien Franco en estos últimos encuentros. Hubo desaciertos que lamentablemente terminaron en goles”.
Por lo pronto, el futuro inmediato de Armani representa un auténtico interrogante. Si bien es cierto que tiene contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2024, cada vez son más fuertes las versiones que perfilan dos horizontes deportivos para el campeón del mundo: un regreso a Colombia para volver a ponerse el buzo de Atlético Nacional, donde fue determinante para levantar la Libertadores en 2016, o la aventura de ser compañero de Lionel Messi en Inter Miami.
Ante ese escenario, la dirigencia por lo bajo comenzó a evaluar seriamente la posibilidad de buscar un arquero en el próximo mercado de pases, tomando como requisito ineludible la importancia de que sea un “atajapenales”, punto débil para Armani. Ese ítem de ninguna manera resulta menor porque el formato actual de la Libertadores, sin valor agregado para el gol en condición de visitante luego de que fuera derogado tras 17 años de uso -al punto de que tan sólo sucedió una vez a nivel internacional en la era Gallardo-, deriva en que varias llaves desde los octavos de final en adelante se resuelvan a través de los doce pasos, como le ocurrió a River sin éxito ante Inter en Porto Alegre. Un dato que alimenta ese requisito señala que tanto los cuatro penales en contra durante el tiempo reglamentario en 2023 como nueve de los diez remates locales en el estadio Beira Río terminaron en gol: el restante dio en un poste.
Aunque Ezequiel Centurión (10 partidos oficiales en River, con nueve goles recibidos) es del gusto de Demichelis, la realidad indica que para ese puesto el entrenador considera que una eventual salida de Armani implica sí o sí buscarle un reemplazante de experiencia, más allá de que está conforme con las respuestas del rionegrino, a quien respaldó luego del 2-2 contra Colón: “Tiene un gran temple”. No hay nombres que categóricamente se posicionen como los apuntados, pero uno que trascendió es el de Jeremías Ledesma, de 30 años, formado en Rosario Central y habitualmente titular en el Cádiz español. También hay un seguimiento del desempeño de Tomás Marchiori (28 años), surgido de Gimnasia y Esgrima (Mendoza) y actualmente número 1 de Atlético Tucumán, donde en la Copa de la Liga ostenta seis veces la valla invicta en nueve fechas.
¿Y Batalla?
Mientras tanto, un nombre inevitable para el análisis a corto plazo es el de uno de los mejores arqueros del fútbol argentino en 2023: Augusto Batalla, cuyo pase le pertenece justamente a River. Consolidado en el arco de San Lorenzo, donde se transformó en uno de los pilares para el equipo conducido por Rubén Darío Insua, el arquero de 27 años está cómodo en el club de Boedo y ve con buenos ojos la idea de que se abra un canal de negociación para comprarle la ficha.
Sin embargo, la cesión a préstamo no tiene esa opción, es decir que llegado el momento habrá conversaciones para resolver la situación de Batalla, que en River hizo su estreno el 15 de mayo de 2016, cuando reemplazó a Marcelo Barovero en un 1-0 frente a Gimnasia, y no logró asentarse en el momento que Marcelo Gallardo le dio la oportunidad con apenas 20 años. Su contrato en Núñez rige hasta el 31 de diciembre de 2024, pero, salvo un cambio rotundo de opinión, no está previsto su retorno a Figueroa Alcorta 7597. “No me olvido de donde salí, siempre voy a estar agradecido”, expresó Batalla, en julio pasado.
Además, están a préstamo Franco Petroli, de gran rendimiento en la Primera Nacional con Estudiantes (Río Cuarto), donde su cesión hasta el próximo 31 de diciembre es sin opción de compra, y Leonardo Díaz, el joven que debutó de urgencia contra Boca en pleno ola de contagios de COVID-19 y que ahora ataja en Las Vegas Lights -participa de las categorías menores del fútbol estadounidense-, equipo que puede retenerlo si abona 500.000 dólares por el 50 % del pase.
Ambos arqueros formados en River no le escapan a un asunto recurrente: tras la partida hace más de cinco décadas de Amadeo Carrizo y el posterior reemplazo de José “Perico” Pérez, un auténtico especialista en materia de penales que atajó la increíble cantidad de 14 consecutivos a nivel oficial, ningún guardameta de las divisiones inferiores del club logró afianzarse y brillar al punto de ganarse el afecto de los hinchas.
Aquellos que sí pudieron conseguir esos atributos salieron del semillero de otras instituciones, tal es el caso de Ubaldo Matildo Fillol (Quilmes), Nery Pumpido (Unión), Ángel David Comizzo (Talleres), Germán Burgos (Ferro), Barovero (Atlético de Rafaela) y Armani (Ferro), los últimos dos dueños del arco al que Amadeo bautizó como “el más grande del mundo” y que hoy está bajo la lupa ante un escenario incierto a mediano plazo.
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