

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.


Los hinchas llegaron al Monumental con la ilusión de olvidar el pasado reciente, superar las frustraciones de los últimos tiempos, conseguir una alegría, algo no tan común por Núñez en estos años. Embanderados con su ícono máximo sentado en el banco de suplentes, tratando de rememorar aquellos grandes momentos que el riojano supo darle con inigualables equipos. Sin embargo la derrota ante Lanús marcó un quiebre. Los hinchas no aguantaron más y cargaron su bronca contra todos: Passarella, dirigentes, jugadores, Ramón Díaz y hasta los propios hinchas.
Desde hace fechas que se vive un clima espeso en la cancha de River. Hace tiempo que algunos le soltaron la mano al riojano. Otros continúan defendiéndolo como el último bastión de recuerdos que no quieren olvidar. Ayer tras los goles de Lanús en varios sectores del Monumental, grupos de hinchas terminaron a las piñas: los pro y los contra Ramón Díaz. Pese a que no hubo en concreto cantos contra el técnico, varios hinchas le reclamaron, sobre todo, por las capacidades de su ayudante de campo, Emiliano, su hijo. "Que se vaya con él, Ferreyra, Fabbro y todos", reclamaba un hincha desde la tribuna San Martín baja. "No tenés memoria", le increpó su vecino. La seguridad privada que custodia las tribunas los terminó separando, una escena que se repitió en varios sectores y en varias oportunidades.
Con Passarella afuera del mundo político de River desde las próximas elecciones, los hinchas no se olvidaron. "Passarella botón, vos sos hincha de Boca...", canto que desde aquel fatídico 26/06/2011 para los hinchas de River se escucha en cada partido que se disputa en Núñez. En los alrededores, como desde principios de campeonato, los afiches, banderas y panfletos políticos disfrazan el Monumental. Esta vez no hubo banderas para el actual presidente, a quien le reclamaron también por sus malas decisiones. "El cavegol, el cavegol", cantos a favor de Fernando Cavenaghi, quien post ascenso dejó el club peleado tanto con el Káiser como con el técnico, Matías Almeyda. "Olé, olé, olé, olé, David, David", los gritos a favor de Trezeguet, quien se fue por Ramón Díaz, también sacudieron la cancha. El técnico no se sintió aludido, según él mismo dijo en la conferencia de prensa.
Contra el equipo la bronca estuvo desde el primer minuto. Matías Kranevitter, Germán Pezzella y Marcelo Barovero fueron los únicos aplaudidos en el final del partido, cuando los jugadores tocaban las pelotas y los chiflidos se escuchaban en las cuatro tribunas, tres en este caso ya que la Centenario estuvo inhabilitada. El constante "pongan más huevo" volvió a ser el hit de la noche. "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo", explotó el grito desde la popular local. "Soy de River", trató de responder un sector de las plateas pero el canto surgido desde el corazón de la barrabrava pudo más. La relación se quebró. Ese mismo grupo que comanda las tribunas ejerciendo la violencia se hizo presente en el hall de la cancha, rompiendo vidrios y atacando hasta el ómnibus que traslada a los jugadores, cuando ellos todavía estaban en el vestuario. El hincha común se sumó a los cantos y algunos se animaron a un poco más. "Para mi punto de vista, a la gente la vi demasiado disconforme. Pero hay que entenderla", declaró ayer el entrenador luego de la derrota y las críticas. Los jugadores prefirieron irse sin hacer declaraciones.
Para lo que viene el técnico deberá tener más humildad. El resultado de ayer podría haber significado el final de un ciclo para cualquier otro, pero el entrenador tiene la espalda suficiente para aguantarlo. Eso sí, deberá reconocer que el equipo no estuvo a la altura de los objetivos trazados, que los hombres por los que él apostó no le rindieron. No olvidar lo que ganó, si reconocer que la realidad es otra. Le quedan dos años más en River, se vendrá otra dirigencia y deberán, entre todos, comenzar desde cero.

