

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.


La elección de Gallardo de contratar a un veterano delantero del fútbol uruguayo le cambió la vida a Iván Alonso, quien llegó a River a los 36 años -cumplió 37 en abril-. Porque cuando todo parecía culminar en Nacional de Uruguay, se le abrió la puerta de un nuevo desafío en la Argentina.
Hoy, Alonso atraviesa uno de sus momentos de gloria y todavía no piensa en dejar el fútbol.
-Por la edad y por la experiencia, ¿un jugador como vos llega a cualquier vestuario y toma el rol de referente?
-Creo que tus compañeros te hacen asumir ese rol por la influencia que tenés sobre ellos. Me siento un tipo querido y respetado, y eso hace que de forma inconsciente asumas la responsabilidad de tirar el carro y ser uno de los referentes.
-¿También te destacás en los plantes por tu mano para la cocina?
-Me gusta cocinar. Es el lugar donde me relajo, donde puedo despejar la cabeza. Pero lo uso también como lugar de encuentro. Muchas veces el fútbol te quita tiempo para estar con la familia o con las personas que querrían estar con vos, y la cocina me permite eso. Disfrutar y pasarla bien. La vida se trata de eso.
-En 2012 te hicieron un cateterismo cuando jugabas en Toluca y pensaste en retirarte, ¿alguna otra vez se te pasó por la cabeza?
-Sí, también quise dejar de jugar en 2014 por problemas personales cuando estaba en Uruguay. Pero cuando estás de rodillas, entendés que la vida también se trata de eso. De seguir adelante y levantarte. Porque cuando te levantás, valorás todo mucho más.
-¿Tenés ganas de seguir?
-No me pongo límites. Me levanto a la mañana con ganas de hacer lo que más me gusta: entrenarme para jugar al fútbol. El físico aguante y estoy con más ganas que cuando era joven. En River tengo seis meses más de contrato y mi idea es continuar.
-Mientras tanto, externo al fútbol, tenés el proyecto Ecocinema. ¿De qué se trata?
-Es un proyecto sustentable de vehículos que giran por toda Latinoamérica. A través de temáticas sociales, hacemos talleres educativos en escuelas públicas y el fin de semana, los niños invitan a su familia en una proyección de cine. La idea es rescatar a los chicos marginados, para hacerlos ver y que puedan tener acceso a todo lo que no tienen.
jpb



