La evolución de Diego Latorre: futbolista, comentarista, columnista...y ahora entrevistador
En su época de estrella del fútbol, Diego Latorre tenía claro qué había detrás del enjambre de micrófonos y cámaras que semana tras semana lo rodeaban: el enemigo.
"Al periodista lo veía como una rival o un enemigo, (era) el tipo que quería sacarme algo para explotar". No deja lugar a dudas Latorre mientras se confiesa en el mismísimo centro geográfico de la redacción de la nacion. Está sentado en una de las dos sillas que desde hace tres años son seña distintiva de un novedoso formato del diario, un ciclo que a lo largo de su recorrido fue premiado por los especialistas y el público: Conversaciones. Son 25 minutos en los que políticos, científicos, cantantes, actores, economistas, periodistas y, claro, deportistas, se confiesan en una charla relajada que siempre se sabe cómo empieza, pero nunca cómo termina. Es lo mismo que le pasó a Latorre, que de joven soñó con ser un gran futbolista, y lo logró, pero entonces estaba lejos de imaginarse como parte de aquellos a los que durante tantos años sintió como "el enemigo". En aquellos tiempos, Latorre tenía objetivos muy específicos: "Cuando estaba jugando al fútbol no veía nada más que la pelota, mis compañeros y mis intereses, no veía este mundo que hay alrededor del fútbol".
Ese mundo "que hay" alrededor del fútbol es ya desde hace rato su mundo. Latorre amplió notablemente su rango de visión, ve, en efecto, cosas que antes no veía, sabe ya que no hay "enemigos", sino gente con diferentes trabajos y funciones, y se instaló como una de las voces más respetadas en el análisis del fútbol a nivel local y regional. Su mirada es admirada y valorada no solo en la Argentina, sino también en toda América Latina y en España. Futbolista, comentarista, columnista… y ahora entrevistador. Esta noche, en una doble emisión de LN+ desde las 22, Latorre cambiará de silla. Pasará de entrevistado a entrevistador para darle la señal de largada al ciclo Conversaciones Mundial. Primero, en una entrevista en la que explicará su visión del fútbol argentino hoy y de la selección de cara a Rusia 2018, y luego, ya en la silla de enfrente, entrevistando él mismo a un hombre que sabe lo que es jugar un Mundial, pero sobre todo tiene claro lo que se puede esperar de una selección que cuenta con un jugador como Lionel Messi: Enzo Francescoli.
–¿Con quién te vas a sentar a charlar sobre este Mundial que está por comenzar ya?
–La intención es seguirles los pasos a grandes figuras y tenerlos acá, principalmente a gente que ha estado y pueda contar sus vivencias. Voy a entrevistar a Fillol y al flaco Menotti, también a Goycochea, que fue el héroe del Mundial 90. Me imagino que con el paso del tiempo uno tiene ganas de expresar todo lo que ha vivido, lo que ha sentido.
–¿Qué es para vos ser entrevistador a partir de ahora?
–Ser entrevistador es una experiencia nueva y a la vez un desafío, porque como comentarista estoy en un lugar de confort. Esto también me permite abrirme un poquito más, explorar a ver si lo puedo hacer, ponerme en el lugar del que analiza el personaje cuando antes era yo el entrevistado, es un rol con el que todavía no me identifico.
–¿Tenés mucha expectativa?
–Sí, fundamentalmente porque a mí me pasa algo particular: me siento parte del fútbol. Yo siento que genero un estado en ellos que no es de protección, sino que siento que le están hablando a un par, y eso me ayuda a que se abra, un estado de relajación. Y esa es la principal virtud que tengo y que noto, que puedo llegar a ellos con facilidad.
–Lejos ya de tu época de jugador habrás notado ya que no es todo lo mismo, que hay matices, que no todos los periodistas son iguales, que no todos los medios son lo mismo.
–Y yo lo valoro a eso, para mí no es cualquier cosa el periodismo, para mí es un acto de responsabilidad, para mí comunicar es algo muy serio, a través de la palabra uno educa, y me parece que es lo que nos hace falta: responsabilidad, conocimiento, capacidad, no solo para comunicar, capacidad para hablar de lo que se sabe, de fútbol. No cualquiera puede hablar de fútbol con capacidad, con sabiduría con conocimiento de lo que estás diciendo. Una cosa es periodismo y otra cosa es hablar del deporte, del fútbol. Obviamente que uno necesita la palabra para poner los términos adecuados, pero uno tiene que saber de lo que está hablando.
–¿Vos aún no te definirías como periodista?
–Yo me considero un comunicador, no un periodista. Periodismo no estudié y me parece que dentro del oficio y la vocación no es lo mismo comentar un partido de fútbol que escribir una columna de investigación.
–Te llevo a Rusia. ¿Se puede decir que un Mundial es un estado de ánimo que importa bastante menos como se llega que cómo se está en esas cinco semanas?
–Los hechos hablan por sí solos: el Mundial es una competencia corta en que te podés quedar afuera en cualquier partido, se juega con esa conciencia y eso te quita libertad y claridad, frescura. Me parece que cuando vos estás sabiendo que en 90 minutos te estás jugando un proceso hay que saber asimilarlo, hay que tener entereza. Hay que tener en cuenta que es el último Mundial de algunos jugadores de Argentina, yo creo que si no lo gestionan bien a eso hay dos maneras de verlo: o les puede jugar bien a favor sabiendo que es el último gran desafío, o pueden vivirlo desde ese lugar de la amenaza sabiendo que es ahora o nunca.
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