La severa sanción de Conmebol a Boca: cuál es el peso real de Riquelme como dirigente en el fútbol sudamericano

La noticia impactó en el fútbol sudamericano. No sólo detrás de las puertas de AFA. O, en todo caso, más allá de Brandsen 805. Boca recibió una dura sanción. Los incidentes provocados luego de sentirse perjudicado en la serie de octavos de final frente a Mineiro en Belo Horizonte fueron enormes, violentos.

Sin embargo, Román Riquelme, el ídolo, hoy vicepresidente, manifestó días atrás sentirse “tranquilo” por el fallo. Y tiempo atrás, visitó la sede de Conmebol, para mostrar los nuevos tiempos en la Ribera, luego de sentirse por largos años perjudicado, bajo la conducción de Daniel Angelici, mientras River construía una fortaleza en el ámbito internacional. Ahora, sellada la sanción, queda el interrogante: hasta dónde pesa el valor de la figura de Riquelme como dirigente, más allá de que los incidentes fueron serios, verdaderamente graves. Los tiempos de número 10 quedaron demasiado lejos.

Con fuertes sanciones a varios futbolistas y dirigentes y una pena contra el club, Conmebol se expidió este viernes de manera oficial por los incidentes que se desataron en la zona de vestuarios luego de la polémica eliminación de Boca ante Mineiro por los octavos de final de la Copa Libertadores.

Los protagonistas recibieron suspensiones inusualmente extensas: Sebastián Villa, Cristian Pavón y el asistente del cuerpo técnico Leandro Somoza, 6 partidos de suspensión; Marcos Rojo, 5; Carlos Izquierdoz, 4; Diego “Pulpo” González, 3 y el entrenador de arqueros Fernando Gayoso, 3; Javier García, 2, y Cascini y Marcelo Delgado, integrantes del Consejo de Fútbol de Boca, dos años sin poder entrar a los estadios. Para Carlos Zambrano y Norberto Briasco hay advertencias.

Las penas no se limitan a las suspensiones: hay también multas. Por Villa, Pavón, Somoza, Cascini y Delgado, 30.000 dólares cada uno; por Rojo, 25.000; por Izquierdoz, 20.000; por González y Gayoso, 15.000 cada uno, y por García, 10.000. Todos esos montos, que suman 235.000 dólares, serán descontados a Boca de lo que debe recibir de Conmebol por televisación y auspicios.

En diciembre de 2019, Román había sido distinguido en Asunción. Antes del sorteo de la conformación de los grupos de la Copa Libertadores, Riquelme, campeón en 2000, 2001 y 2007 como jugador, recibió una réplica del trofeo al ser homenajeado como una de las leyendas de la competencia. “No esperaba que me entregaran ese trofeo. Soy una persona muy agradecida y me pone feliz. Hoy fue un día muy lindo para mí”, contó.

Y agregó: “Cuando a uno le dan cariño, la pasa bien. Para mí es importante estar acá, representando a mi club. En el sorteo salió todo bien”. Se interpretó como el inicio de una buena relación entre Boca y la entidad del fútbol sudamericano.

Y días atrás, en una charla con TyC Sports, insistió en lo ocurrido en el campo de juego –Boca fue perjudicado, sobre todo, en el primer encuentro, en la Bombonera– en la serie contra Mineiro, que quedó eliminado por Palmeiras en una semifinal la semana pasada. “A los dos partidos contra Mineiro los ganamos. El gol en la cancha de Boca, fue gol; fue gol en Brasil. Cuando no te dejan ganar, no pasa nada, está todo bien. Hay que seguir compitiendo y hay que mejorar”, criticó, a su estilo.

Y fue claro, mientras se resolvía el fallo: “Están declarando, veremos qué es lo que pasa, que sea todo normal, y si tenemos la suerte de clasificarnos para la Copa Libertadores, que puedan competir y que puedan jugar”. Evidentemente, desconocía la gravedad de la inminente determinación en los escritorios. Boca tiene una semana para apelar, pero la imagen del ex enganche pasa a ocupar un lugar en la escena. Hasta dónde es gravitante...

El 20 de julio, luego de la eliminación, Román se refirió a la situación con duros términos en ESPN: “Estamos tristes, dolidos, porque jugamos dos partidos muy serios y no nos cobraron dos goles. Dijeron que Mineiro era el cuco de la Copa Libertadores... Es increíble: Boca ganó los dos partidos y quedó afuera del torneo. No sé, la próxima vez tendremos que hacer cinco goles a ver si podemos avanzar así en la Copa”.

Y fue más allá: “Es una vergüenza, es increíble, no es seria así la Copa Libertadores. Si jugás todo el día y no te dan los goles... Y para colmo se vio en los videos que el presidente de Mineiro tiró botellas, que pasó de todo... Estamos muy tristes por lo que nos hicieron. Los jugadores recibieron gases lacrimógenos en la cara, y claro que iban a defenderse”, sostuvo entonces el vicepresidente de Boca, un par de horas después de los desmanes y con la delegación en una comisaría.

La defensa pasó a la agresión. Boca perdió el control y Riquelme quedó en el foco. Una vez más. Ahora, sin gambetas ni goles de tiro libre.

LA NACION

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