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“Bienvenido sea el resultado para calmar las urgencias y seguir mejorando”. Marcelo Gallardo lo tiene claro: River está buscando las respuestas necesarias para soltarse, pero construir desde la victoria siempre trae tranquilidad. Así, el doblete de Facundo Colidio para ganar el clásico frente a Independiente en el Monumental le abre el panorama al entrenador en materia ofensiva: las alternativas están, pero por ahora no hay ninguna consolidación con la continuidad que requiere la camiseta millonaria. En un fin de semana marcado por la grave lesión de Agustín Ruberto con la Sub-20, ahora los chispazos que mostró el Millonario en ataque deben sostenerse en el tiempo.
Colidio es el primer atacante que dio un paso adelante: anotó los dos primeros goles de los delanteros millonarios en este 2024. En los tres partidos anteriores solamente Matías Rojas y Gonzalo Montiel habían podido inflar la red. Con 238 minutos en cuatro partidos (tres como titular), el sábado el delantero de 25 años volvió a la titularidad porque el colombiano Miguel Borja llegó al límite físicamente: un fuerte golpe en el tobillo izquierdo en la última práctica lo obligó a comenzar en el banco de suplentes. Y la oportunidad la aprovechó a fondo para retornar al gol por duplicado después de un rendimiento intermitente.
Es que la fecha pasada, en el 0-0 con San Lorenzo en el Gasómetro, el Muñeco había marginado a Colidio del equipo titular para darle la primera titularidad a Sebastián Driussi. Un claro mensaje para el plantel: no hay nombres puestos ni garantías. El rendimiento del ex Tigre venía en declive, mostrándose errático y sin poder conectarse ni influir directamente en el juego. Y la primera parte frente al Rojo fue una continuidad, ya que se lo vio una vez más cruzado con el juego y torcido con el arco. Pero en la segunda parte, en sintonía con el alza de un River que cambió su imagen, se despachó con un cabezazo y una sutil definición de emboquillada para romper una racha de seis partidos sin convertir: su último tanto había sido el 29 de noviembre pasado en el 2-1 a Estudiantes en La Plata.
De cara a lo que viene, los goles de Colidio se llevaron los flashes, pero el Muñeco también quedó conforme con el partido de Driussi, uno de los puntos más destacados de River: presión, agilidad y juego de espaldas para asociarse. “La conexión entre Driussi y Colidio estuvo bien. Son dos jugadores que pueden jugar ocupando los espacios y sin dar mucha referencias”, comentó Gallardo y agregó: “Los buenos jugadores se adaptan rápido. Sebastián está en un proceso de ponerse mejor en cuanto a ritmo de partidos. Estuvo mucho tiempo sin jugar, se sumó con nosotros al final de la pretemporada y eso tiene cierta lógica de que él encuentre su mejor forma y los partidos le hacen bien, entender la dinámica. Eso lo va a terminar de poner bien en lo que necesitamos y lo que necesita bien para que esté mejor de lo que se lo vio hoy”.
Con 168 minutos jugados en tres partidos (dos de titular), hoy Driussi está en el proceso de alcanzar lo mejor de su nivel. Y aunque aparezcan siempre en escena los 10 millones de dólares que salieron desde Núñez para comprarle la ficha a Austin, el Gordo -no jugaba desde el 19 de octubre en la MLS- se metió en el equipo rápidamente sin ritmo por la necesidad de conseguir respuestas. Un claro síntoma del comienzo del año. ¿Su ventaja? Más allá de ser un jugador del ala del Muñeco y de su técnica individual, es uno de esos “jugadores de equipo” por los que el DT tiene predilección. Con pase, despliegue y asociación. El de San Justo contagia y se nota.
A partir de ahora, el interrogante será el lugar de Miguel Borja. El colombiano jugó 283 minutos en los cuatro partidos del torneo (tres como titular) y no pudo convertir dentro de un contexto dificultoso en el que River no contó con esa explosión ofensiva que se esperaba. Su 2024 con 31 tantos en 49 partidos le abre siempre una puerta, pero tendrá que demostrar lo que Gallardo ya le pidió en conferencia antes del arranque del torneo: “Me gusta cómo vino preparado mentalmente para ponerse en su mejor versión. Sabía que no le iba a alcanzar de la forma que terminó el año, porque le tocó salir del equipo. Se ha destacado por hacer goles y tiene números increíbles, pero después está el juego”.
Detrás de estas tres figuras, aparece relegado el chileno Gonzalo Tapia, quien sumó solo 75 minutos en dos juegos como suplente y deberá esperar su oportunidad como recambio. Y el quinto delantero iba a ser Agustín Ruberto, pero la rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda que sufrió con el seleccionado Sub-20 le demandará entre seis y ocho meses de recuperación. “Estaba haciendo un buen Sudamericano. Lo teníamos en cuenta para que se sume a nosotros al volver. Traté de darle ánimos, acompañarlo y decirle que va volver con más fuerzas”, declaró el Muñeco en conferencia.
¿River sale al mercado a buscar un refuerzo por su lesión? Se está analizando, pero aún sin resolución: “Pensando en su reemplazo no es fácil el mercado a esta altura del año, principalmente porque todos los equipos están en competencia. Ir a buscar futbolistas en este momento requiere de un desembolso muy importante, sino que está muy limitada la búsqueda. No creo que suceda, salvo que aparezca algo. Tenemos unas ventanas más abiertas por los jugadores que se han ido y seguimos expectantes con eso. No hay nada cerrado, pero tampoco podemos ser certeros en decir que lo que va a pasar nos lleve a tomar una decisión que hoy no tenemos contemplada”.
Mientras aún aguarda por las incorporaciones de Lucas Esquivel y Kevin Castaño, el Muñeco también deberá definir si sale al mercado a buscar un delantero más o si se queda trabajando con Colidio, Driussi, Borja y Tapia durante este primer semestre. Por ahora, solo hay señales aisladas de lo que pueden ofrecer, sin respuestas claras. En River parecen sobrar las variantes. Ahora el DT tiene que transformarlas en garantías.