María Irigoyen, la única representante argentina en el circuito WTA

PARIS – María Irigoyen tiene 28 años y ocupa el puesto 48° en el ranking de dobles del circuito femenino. Y es, desde hace un tiempo, la única tenista argentina que juega con regularidad dentro del circuito WTA. En Roland Garros se presentó junto con la polaca Paula Kania, con la que llegó a tres finales del tour, aunque en esta ocasión se despidieron en la segunda rueda. Ganadora de dos títulos de WTA en la especialidad por pareja (Río de Janeiro 2014 y 2016), Irigoyen dice sentirse afianzada dentro de esta categoría: "Este año ya mi carrera se volcó completamente hacia el dobles, estoy armando las giras pensando en eso. Me siento establecida dentro de las primeras 50, con el objetivo de seguir mejorando y creciendo, porque recién desde el año pasado le estoy dando importancia al hecho de estar en los principales torneos. Por ahí antes buscaba variar un poco para que no cayera tanto en el ranking de singles, pero este año decidí por completo ir a los dobles en WTA y es algo que está saliendo bien y me siento por el buen camino".

En una entrevista con canchallena.com, la zurda de Tandil amplió su panorama: "Suelo jugar varios torneos con Kania, aunque ella todavía tiene mucho por jugar también en singles. Es como todo, cuando vas rompiendo las barreras, nadie te conoce, nadie te pregunta… A mí me pasaba hace un año que nadie quería jugar dobles conmigo porque no me conocían. Después, cuando me fui asentando en cierto nivel con los resutlados, algunas chicas empezaron a preguntarme para jugar. Obviamente, hay un momento en el que se arma un embudo y se hace más difícil encontrar compañera, porque las principales parejas ya están todas armadas, pero hay buenas singlistas que no tienen compañeras, y por otra parte creo que no es necesario tener una pareja fija los 25 torneos del año; si tenés dos o tres, y podés ir variando, dependiendo del calendario de cada una, se puede armar gira todo el año".

-¿Cómo te sentís siendo la única argentina que juega ahora en el WTA Tour?

-¡Mal me siento! Con ganas de tener más compañeras… Y un poco aburrida. Mirá, si bien estoy un poco sola en los torneos más grandes, creo que Cata (Catalina) Pella se está asomando, hay chicas como Nadia Podoroska, que está cada vez más cerca, y Paula (Ormaechea), que la sigue luchando y espero que en cualquier momento podamos tenerla de vuelta en estos torneos, confío mucho en que pueda volver.

-¿Por qué creés que se les hace complicado a las chicas argentinas dar el salto de los ITF (Womens Circuit) al WTA Tour?

-Creo que hay demasiados factores. El primero, el más importante, es que toda la etapa de formación se hace en Sudamérica, en un nivel nivel que no es el verdadero… Es menos exigente que la gira europea, y luego, para empezar a sumar puntos hay que venir a Europa o ir a los Estados Unidos, y eso es un gasto enorme. Por ahí armás giras de tres o cuatro meses, y das ventaja, porque las europeas, las americanas y las asiáticas no se aguantan estar más de cuatro semanas de gira, y capaz vos vas a un torneo, perdés el lunes y te tenés que clavar en Europa en lugares que quizás no hay canchas para entrenar, o no hay gimnasios, y encima gastando plata. Es un desgaste psicológico que hace que el proceso sea más lento.

-¿Y en tu caso cómo lo llevás adelante?

-Yo no me puedo acostumbrar a estar mucho tiempo afuera; más como somos los argentinos, que necesitamos estar cerca de nuestra familia, los amigos. Si bien me acostumbré a hacer giras de dos meses, y de hecho ésta fue mi octava semana en Europa, por ahí tengo la chance de ir y volver; eso de estar tres o cuatro meses afuera, ni loca. Viajo desde hace dos años con Toti, mi hermano y entrenador, y hago todos los viajes con él porque no me gusta hacer las giras sola; por ahí a veces se suma algún amigo que va de vacaciones; así es más divertido.

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