Tomás Etcheverry se despidió del US Open, mientras busca recuperar las viejas buenas sensaciones
El platense cayó con el checo Lehecka en la segunda ronda de Flushing Meadows; tras ocho meses muy pobres, con De la Peña como coach, volvió a sumar a Grinóvero como conductor
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Luego de ocho meses muy pobres, en los que la búsqueda de dar un salto de calidad en el tour -acompañado por Horacio De la Peña como coach- estuvo muy lejos de funcionar, Tomás Martín Etcheverry, de cierta manera, está comenzando una nueva etapa, otra vez conducido por Waly Grinóvero, el entrenador que lo logró potenciar en 2023/2024. Pero el retroceso y la pérdida de certezas del tenista platense, actual 59° (27° en febrero de 2024), fue tan pronunciado que la recuperación debería llevar su tiempo. En la segunda ronda del US Open, el último grande del año, el argentino mostró altibajos contra Jiri Lehecka (20° cabeza de serie) y, ante los primeros mazazos, se despidió: cayó por 3-6, 6-0, 6-2 y 6-4, en dos horas y 34 minutos.
En el court número 5, un pequeño escenario con capacidad para 1148 espectadores, en la esquina noroeste del USTA Billie Jean King National Tennis Center, Etcheverry construyó un primer set impecable, con dos quiebres de servicio (en los games número dos y nueve), pero sobre todo con paciencia y perspicacia para jugar con la ansiedad y la potencia del rival. No hizo falta que Etcheverry impactara fortísimo en cada pelota: lo hizo cuando se sintió cómodo, bien posicionado. Después, hizo un gran esfuerzo para devolver siempre una pelota más, provocando que el europeo se apurara en la aceleración (terminó cometiendo trece errores no forzados, cinco más que el bonaerense).
Pero el tenis es cambiante y extremadamente demandante desde el aspecto emocional. Y, cualquier imprecisión técnica, se paga. Todo lo positivo que Etcheverry realizó sobre el cemento neoyorquino en el primer parcial se diluyó en el segundo: bajó la energía, perdió pimienta y lo padeció. Lejos de desmoralizarse por el errático arranque del partido, Lehecka mejoró la calidad de impactos y elevó la cantidad de tiros ganadores, le rompió el saque a Tommy en el primer game y volvió a conseguirlo en el tercero y el quinto, sosteniendo el servicio propio en el segundo, el cuarto y el sexto juego, es decir, completando el segundo set por 6-0. Etcheverry no perdía un set sin ganar ni un game desde el 20 de marzo, en la caída 6-3 y 6-0 en Miami, con Gabriel Diallo (Canadá).
Etcheverry no logró despojarse de la incomodidad a la que lo acarreó Lehecka. Además, bajó la efectividad en el saque, todo un peligro frente a un rival de jerarquía como Lehecka. El checo, campeón en el arranque de la temporada en el cemento de Brisbane y, más tarde, finalista en el césped de Queen’s, aprovechó el envión del segundo set y, en el primer break point que generó, lo concretó, adelantándose por 2-1. Etcheverry maldijo, no ocultó el fastidio y no pudo despojarse de ese estado crítico. Olfateando los nervios del otro lado de la red y aminorando los errores propios, Lehecka empuñó todavía más fuerte la raqueta, apretó y atacó, quebrándole otra vez el saque al argentino (5-2). Impuso rápido sus condiciones y, ya con su servicio, firmó el tercer set (6-2). Etcheverry terminó el parcial con un pobre 34% de primeros servicios (en el primero había registrado el 73%).
Los rayos de sol que hasta entonces cubrían la cancha, se aplacaron; el cielo se nubló y se levantó viento. Etcheverry, urgido por una reacción, comenzó sacando el cuarto set, pero... cedió su saque por sexta vez en el match, en esta oportunidad en cero, sin ganar puntos (0-1). El inicio fue un cimbronazo demasiado fuerte como para hacer pie. Pero en la medida que el set se fue acercando al final, Lehecka exhibió una pizca de tensión, que sumado al espíritu luchador del argentino de 26 años, redujo la distancia. De todos modos, Lehecka siguió defendiendo sus turnos de saque. Con el score 5-4, finalmente, sirvió para ganar el partido y no dudó (6-4), clasificándose para la tercera ronda.
Etcheverry, en definitiva, cerró la temporada con peores resultados en los Grand Slams que el año pasado. Perdió en la segunda ronda de Australia y Flushing Meadows, y se despidió en el debut en Roland Garros y Wimbledon. En 2024, asimismo, alcanzó la tercera rueda en Melbourne, París y Nueva York, mientras que llegó a la segunda ronda en el césped de Londres. “Hay mucho que laburar. Tengo que meterle, encontrar un camino y meterle”, dijo Tommy tras el match.
Grinóvero, antes del US Open, en declaraciones a Vorterix Litoral, de Paraná, su ciudad natal, contó con qué versión de Etcheverry se encontró en las últimas semanas, desde que volvieron a trabajar: “Lo vi nervioso, desordenado, con dudas. Hay que entender que esto no es magia. Hay que empezar por encontrar la tranquilidad, las rutinas que le hacían bien. Es un proceso largo”. La radiografía del nuevo/antiguo entrenador del platense fue contundente: la apuesta que Etcheverry y algunos integrantes de su entorno/equipo intentaron realizar desde fines del año pasado con De la Peña (y otras modificaciones en el día a día), no fue favorable; el cambio fue brusco. Pero eso parece ser parte del pasado y, ahora, está en el proceso de intentar recuperar lo extraviado.
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