“Como Greta, pero más radical”: un documentalista británico viaja a Chile libre de emisiones de carbono
Una mañana de junio de este año, James Levelle fue a darse un baño en las aguas heladas de una laguna en Hampstead Heath, un extenso parque en la ciudad de Londres. El documentalista británico de 39 años –quien trabajó para la BBC, National Geographic y Discovery Channel– solía ir cada vez que quería "conectarse con la naturaleza y despejar su mente". Después, como era habitual, se sentaba en un bar cercano y tomaba una generosa taza de café para calentar su cuerpo.
Pero ese día algo extraño sucedió y tuvo una "epifanía". Mientras rodeaba el recipiente con sus manos frías y esperaba a que aumentara su temperatura corporal, Levelle, un hombre que recorre el mundo en busca de las historias más extremas, descubrió cuál sería su próxima aventura: viajaría a Santiago de Chile para asistir a la 25° Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Sin embargo, para alguien que estuvo en Sierra Leona documentando a los piratas pesqueros, en China y Tíbet investigando el tráfico ilegal de animales y en India registrando el trabajo infantil en las plantaciones de algodón, el desafío parecía demasiado fácil. Por eso, subió la apuesta y decidió que su travesía sería completamente libre de carbono, en "una versión más radical del viaje de la activista sueca Greta Thunberg", quien sí utiliza el transporte público para trasladarse.
Además del reto, Levelle necesitaba una misión que diera significado a su recorrido. "En los últimos años pasé mucho tiempo dando charlas en escuelas sobre mi experiencia como documentalista. Compartir mi pasión con los jóvenes fue una de las cosas más gratificantes que hice. Por lo tanto, busqué la manera de darles un rol protagónico en mi aventura y decidí recolectar videos de decenas de jóvenes alrededor del mundo con un mensaje sobre el futuro y el cambio climático para editar y pasar en la COP25 frente a líderes mundiales", dijo el hombre británico a LA NACIÓN.
"Greta [Thunberg] es asombrosa, pero no todos los niños pueden ser Greta. No todos pueden viajar a Santiago de Chile; por lo que esta sería una oportunidad excelente para darles voz a todos aquellos que tienen algo para decir", añadió.
La Travesía
Levelle navegó desde Gran Bretaña hacia Francia. Una vez allí, se tomó trenes eléctricos y pedaleó hasta llegar a España, en donde utilizó los mismos medios de transporte para trasladarse hasta Sevilla.
En la ciudad andaluza lo esperaba la goleta en la que cruzaría el Atlántico. A bordo, pasaría los próximos 55 días junto a un grupo de extraños, que al igual que él, pagaron 5000 libras para llegar a América en esa expedición holandesa.
El barco haría dos paradas: una en Tenerife y otra en Cabo Verde. Después, 35 días "sin ver Tierra".
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"Quería una gran tormenta para sumar más drama a la aventura. Sin embargo, me conformé con algunas tempestades a la altura del Ecuador que me obligaron a escalar hasta la punta del mástil y atar ágilmente las velas", dijo Levelle al relatar su trayectoria por el océano Atlántico.
Pero el drama llegó de una fuente inesperada. A dos semanas de arribar al puerto de Montevideo, Levelle, quien se comunicaba con la ayuda de un receptor satelital, recibió un mensaje de WWF, en el que le avisaban que la COP25 se había suspendido y trasladado a Madrid. "Sentí pánico. No sabía qué hacer, estaba 100 por ciento comprometido con la causa, pero mi barco había partido, literalmente", dijo.
Levelle recibe videos para su proyecto en su página web
"Cuando se me pasó la conmoción, acepté el inconveniente como una señal: debía continuar con mi viaje. Ahora era más importante que nunca llegar a América y juntar todos los mensajes de aquellos niños que no tienen ninguna oportunidad de viajar a Madrid", indicó Levelle, quien al llegar a Montevideo navegó hasta Buenos Aires.
En ruta: Buenos Aires-Santiago
Tras unos días en Buenos Aires, Levelle partió rumbo a Mendoza en un auto eléctrico –modelo Kangoo Z.E.– que Renault le prestó para completar su recorrido libre de emisiones de carbono. Pero al viaje se sumó otro desafío: el vehículo tiene una autonomía de tan solo 270 kilómetros y necesita entre cinco y seis horas para cargar completamente la batería.
Por lo tanto, el documentalista británico, quien se encuentra hoy en Junín, manejará solo entre tres y cuatro horas diarias hasta completar los casi 1200 kilómetros que separan a las dos ciudades.
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Al llegar a la provincia en la región de Cuyo, Levelle devolverá el vehículo y cruzará los Andes en bicicleta junto a su amigo camarógrafo, quien lo acompaña en la aventura.
"Este viaje no es una cruzada evangelizadora que pretende obligar a las personas a vivir sin emitir huella de carbono de la noche a la mañana. El mundo no está preparado todavía para que podamos prescindir de los aviones. Mi objetivo es que a través de mis viajes locos más personas comiencen a hacerse preguntas y tomar decisiones sabias en su vida cotidiana, porque realmente estamos en serios problemas", reflexionó.
Huracanes: el despertar
La preocupación de Levelle por las consecuencias del cambio climático comenzó hace pocos años cuando tuvo que documentar huracanes en Estados Unidos y México por trabajo junto a Josh Morgerman, el cazador de tormentas norteamericano.
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Fue particularmente el huracán Michael, el tercero del Atlántico más intenso en tocar suelo estadounidense en términos de presión barométrica, que marcó la vida de este documentalista para siempre. "Experimenté en primera persona las circunstancias más terroríficas el poder destructivo del caos climático. Si los huracanes se atribuyen directamente al calentamiento global o no, no importa. El punto es que predicen más huracanes, tormentas más fuertes, sequías, olas de calor, inundaciones", expresó Levelle, quien tuvo que refugiarse dentro de un camión de bomberos para sobrevivir el huracán, luego de que el techo de la estación en Panama City, Florida, se volara completamente.
Próximos pasos
Luego de ese episodio, el activismo climático pasó a ser central en la vida de Levelle. Dejó de comer carne, se convirtió en "un consumidor más consciente" y participó de algunas protestas del movimiento mundial Fridays for Future, inspirado en Thunberg.
"Los últimos años de mi vida me prepararon para este momento. Ahora puedo contar mis historias desde una óptica que inspire a un público más amplio a cuidar, valorar y respetar la naturaleza. Hay tanto carbono en la atmósfera que incluso si dejamos de emitir hoy por completo, aún tenemos que compensar años de daño. Es por eso que debo terminar con urgencia este documental y compartirlo con la mayor cantidad de personas posibles", expresó consternado.
Luego de llegar a Santiago de Chile, en donde espera asistir a una pequeña conferencia que organiza el alcalde, volverá a su hogar en Londres (aún no sabe por qué medios) para editar y publicar el video de su travesía.
Para su próxima aventura viajará al Parque Nacional del Manu en el sureste de Perú para realizar un documental educativo.
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