"Hay buen feeling entre Benedicto y Francisco"

CIUDAD DEL VATICANO.- Un año después de su impactante renuncia, el papa emérito Benedicto XVI no tiene remordimientos y cree que la historia vindicará su tumultuoso y tan criticado pontificado, según reveló en una inusual entrevista su colaborador más cercano.

El arzobispo Georg Gänswein, que ahora trabaja para el ex papa y es también jefe de personal de Francisco, hizo revelaciones sobre la forma en que Benedicto pasa sus días, su salud, sus sentimientos respecto de su trascendente decisión y la relación entre los dos papas.

-Éste es un aniversario muy particular para la Iglesia, pero también para Benedicto. ¿Cómo es su vida y cómo está su salud?

-Está en paz consigo mismo y pienso que está incluso en paz con el Señor. Está bien, pero por cierto que carga con el peso de sus años. Es un hombre físicamente viejo, pero muy vivaz y claro de espíritu.

-Benedicto no siempre fue tratado amablemente por los medios y otros. Algunos piensan que no tiene el mérito de haber introducido reglas para enfrentar el escándalo de abusos sexuales. ¿Guarda resentimiento por el crédito no recibido?

-No. Humanamente hablando, muchas veces, es doloroso ver que lo que se escribe sobre alguien no se corresponde con lo que se hizo. Pero la medida de la labor de cada uno, la manera de cada uno para hacer su tarea, no es lo que escriben los medios, sino lo que es frente a Dios y frente a la propia conciencia.

-¿Y frente a la historia?

-Sí, también frente a la historia. Pero el punto de referencia es la conciencia y Dios. Y si es justo, la historia terminará por reflejarlo.

-¿Cuál cree que será el juicio a largo plazo de su pontificado?

-Estoy convencido de que la historia le dará un juicio muy distinto del que suele leerse, porque las fuentes están a la vista y la claridad surge de ellas.

-Poco antes de dimitir, Benedicto dijo que quería vivir alejado del mundo. ¿Cómo pasa sus días?

-Está alejado del mundo, pero presente en la Iglesia. Como una vez dijo, ahora su misión es ayudar a la Iglesia y Francisco a través de la oración. Ésa es su tarea principal. Pero el día tiene sólo 24 horas. Estudia, lee, se ocupa de su correspondencia y también recibe visitas. Caminamos rezando el rosario, suele tocar el piano, y todo eso en la medida en que puede hacerlo un hombre de 86 años.

-¿Hay algo que lamente?

-No, no que yo sepa.

-¿Cuál es la relación entre Benedicto y Francisco?

-Desde el primer momento hubo buena conexión entre ellos, y ese buen comienzo maduró. Se escriben, se llaman por teléfono a diario, se hablan, intercambian visitas. Francisco estuvo varias veces en el Monasterio Mater Ecclesiae, residencia de Benedicto en el Vaticano, y a su vez Benedicto estuvo en la residencia Santa Marta. El feeling entre ellos es bueno.

-Cualquiera elegido en 2005 habría tenido dificultades para suceder un pontificado tan largo y lleno de novedades como el de Juan Pablo II. ¿Sería justo decir que Benedicto tuvo poca suerte en ese sentido?

-Su observación es subjetiva. Estoy convencido de que el Espíritu Santo envía el papa correcto en el momento correcto, y eso es cierto para Juan Pablo, para Benedicto y para Francisco. No diría que Benedicto tuvo mala suerte. Después de un pontificado de 27 años, a cualquiera le hubiese resultado difícil.

-Usted es quizás el prelado de mayor rango del Vaticano que tiene dos jefes, y tal vez el primero que sirve a dos papas a la vez. ¿Cómo es esa experiencia?

-Dicen que tengo que servir a dos amos. En cierto sentido, es verdad. Agregaría que es posible vivir con dos amos. Llevo a cabo mi servicio en armonía con ambos papas, trato de hacer de puente entre ellos. Hasta el momento, todo va bien. Espero que mis dos jefes estén satisfechos.

Traducción de Jaime Arrambide