En la última serie de shows recorriendo sus primeros discos, la banda invitó a su ex cantante, Ariel Minimal y el Chino Vera
“Podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos no nos van a detener”. Aunque Attaque 77 lo grabó en 1989, el estribillo de “Donde las águilas se atreven” parece hecho a mano para el cierre de este festejo aniversario, con toda la banda y todos los invitados tratando de no pisarse sobre el escenario de Niceto Club y un enceguecido ballet mixto de adolescentes y vieja escuela debajo. El trío, los músicos de apoyo, Ariel Minimal, el Chino Vera y el mismísimo Ciro Pertusi se amontonaban para el final de uno de las últimos shows temáticos –repite el jueves 28 y viernes 29- en los que el grupo se dedicó a repasar discos (en este caso: Dulce Navidad del 89, El cielo puede esperar de 1990 y Todo está al revés del 94) para festejar sus primeros treinta años de vida.
El tema de Blade Runner (o de Fútbol de Primera) disparó el primer segmento con el trío ampliado pero sin visitas. “Espadas y serpientes”, el cover de Conmoción Cerebral “Vida monótona” (donde podemos ver lo mucho que Attaque le debe, no sólo a los Ramones, sino también al power pop anabolizado de los Undertones) y “Alcohol y desorden” fueron algunas de las canciones que se apilaron casi sin intermedio, marcando cuatro y arremetiendo. El primer invitado en “El cielo puede esperar” fue Minimal, parte de la historia de Attaque por haberlos invitado en 1987 a debutar en vivo (nada menos que en Cemento) con Descontrol, su banda de entonces. A partir de “Un momento de meditación”, “No te pudiste aguantar” y “Solo por placer” (con el Chino Vera, festejado por el público como si nunca se hubiera ido) ya nunca volvieron a estar solos.
Mariano Martínez presentó al último invitado como “el bajista de Dulce Navidad”, y Ciro Pertusi subió a escena para quedarse hasta el final del show, en su segunda participación con Attaque desde que dejó la banda en 2009. Con “Gil” y “Pasión de multitudes” como favoritos de la audiencia más fiel, llegó el falso final y un tándem de bises con la formación más duradera y clásica del grupo: el trío más Ciro al micrófono para “Alza la voz”, “Flores robadas” (con el recuerdo al recientemente fallecido Lito Cruz en el video) y la muy actual “Pagar o morir”. El público fue terminante: “Esto es Attaque, la puta que lo parió”, cantó, celebrando la juntada y reviviendo años felices.
Y por último, lo dicho: todos arriba para hacer ese himno a la unidad y la supervivencia llamado “Donde las águilas se atreven”, el cierre perfecto para el show y -según lo que anunció Mariano hace unos meses- para la carrera de Attaque, que si de verdad se está despidiendo lo hace como debe ser: con gloria y en familia.
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