Brad Pitt cumple 62: la película que lo hizo sentir miserable, el Oscar que tardó y la vida después de Angelina Jolie
Con el paso del tiempo supo demostrar que no era solo una cara bonita y se convirtió en uno de los actores más aclamados y exitosos de Hollywood, claro que no sin antes atravesar más de una tormenta
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En 1991 varios se preguntaron quién era ese joven seductor de cabello rubio y sonrisa encantadora que aparecía por unos instantes en Thelma y Louis, la película de Ridley Scott. Era un tal William Bradley Pitt, oriundo de Oklahoma y con poca experiencia actoral que se hacía llamar Brad Pitt. Más allá de su apariencia física, se ocupó personalmente de demostrarle a Hollywood que no era solo una cara bonita, sino un actor versátil. Fue un héroe griego en Troya (Troy), un vendedor de jabones que sabe luchar en El club de la pelea (Fight Club) y un paciente psiquiátrico en Doce monos (Twelve Monkeys). Se convirtió en una de las grandes estrellas del cine que supo ganarle al paso del tiempo, y que superó no uno, sino dos escandalosos divorcios y hoy, a los 62 años, se mantiene más vigente que nunca.
La película que más odió, pero que era demasiado cara para renunciar
Muchos pensarán que Troya es la película que Pitt querría enterrar. Sí, eso es cierto, es una de ellas. De hecho, se arrepintió de hacerla no solo por cómo se contó la historia, sino también porque lo obligó a rechazar la oportunidad de trabajar con los hermanos Coen en To the White Sea, una adaptación de la novela de James Dickey. Si bien finalmente el proyecto no se hizo por falta de presupuesto, la disyuntiva en la que se vio envuelto marcó un punto de quiebre en su carrera. “Ahí tomé la decisión de invertir mi tiempo solo en historias de calidad. Fue algo que se notó en mi carrera la siguiente década”, le dijo a The New York Times en 2009. Asimismo, aunque Enemigo Íntimo (The Devil’s Own) con Harrison Ford fue en sus propias palabras, “la obra cinematográfica, si es que se puede llamar así, más irresponsable que vi en mi vida”, la película que realmente lo hizo sentir miserable fue Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire).
En 1994, cuando su carrera en Hollywood recién despegaba, fue emparejado con Tom Cruise, quien para ese entonces ya era una estrella, para protagonizar Entrevista con el vampiro, bajo la dirección de Neil Jordan. La cuestión es esta: le encanta verla, pero odió hacerla. “Me sentí miserable. Seis meses en la oscuridad (...) Lentes de contacto, maquillaje…”, declaró a Entertainment Weekly en 2009 al recordar el agotador proceso que le demandó ese papel.

Aceptar la propuesta fue una decisión literalmente a ciegas. ¿Por qué? Ni siquiera había un guion. “Conocía el libro, y en él aparece un hombre que pregunta ‘¿quién soy?’, lo cual probablemente se aplicaba para mí en aquel momento. ‘¿Soy bueno? ¿Soy de los ángeles? ¿Soy malo? ¿Soy del diablo?’. En el libro, un hombre emprende una búsqueda de descubrimiento. Y mientras tanto, tiene a este personaje, Lestat (interpretado por Cruise), que le fascina y aborrece. Pero entonces recibí el guion dos semanas antes de empezar el rodaje”, recordó. Sin embargo, ni siquiera leyó el borrador.
Pero, a pesar del mal trago, encontró “la luz en la oscuridad”: Nueva Orleans. Allí hizo grandes amigos y como filmaban de noche, disfrutaba de andar en bicicleta bajo la luz de la luna. Sin embargo, todo se derrumbó cuando les tocó grabar en Londres, en invierno y a oscuras: “Rodábamos en Pinewood, una vieja institución donde se filmaron todas las películas de James Bond. No hay ventanas. No lo reformaron en décadas. Salís a trabajar a oscuras, entras en un caldero, un mausoleo, y al salir, todo está oscuro. Te lo aseguro, un día me destrozó. Pensé ‘la vida es demasiado corta para esta calidad de vida’“. ¿Qué hizo? Llamó a su amigo, el productor David Geffen, y completamente rendido le preguntó cuánto le costaría salirse del proyecto. “Él, con mucha calma, respondió ‘cuarenta millones de dólares’. Y yo le dije ‘bien, gracias’. De hecho, me quitó la ansiedad. Pensé ‘tengo que ser valiente y salir adelante, y eso es lo que voy a hacer’”, rememoró.

Paralelamente, hubo otra cuestión durante el rodaje y esa fue la mala relación con su coprotagonista. Aunque esto nunca se confirmó, en aquella época se decía que Pitt y Cruise eran todo menos amigos. “Siempre pensé que había una competencia subyacente que impedía cualquier conversación real. No era desagradable, ni mucho menos. Pero simplemente estaba ahí y me molestaba un poco”, reconoció Pitt con Premiere en 1995.
Lo que quizás unos pocos sabían es que los actores estuvieron muy cerca de volver a compartir la pantalla. Fueron la primera opción del director Joseph Kosinski para protagonizar Contra lo imposible (Ford V Ferrari), una película sobre automovilismo que se estrenó en 2019 con Matt Damon y Christian Bale en los papeles principales. ¿Cuál fue el problema? Los dos querían manejar. “Cuando Tom se dio cuenta de que su personaje no conduciría mucho en la película, no se concretó”, le reveló Pitt a The National en julio de 2025.
Si bien siempre pareció imposible que las dos estrellas se pusieran de acuerdo para llevar adelante un largometraje, en los últimos 31 años las cosas cambiaron. Cruise asistió a la premiere de F1, una película de Joseph Kosinski (quien lo dirigió en Top Gun: Maverick) protagonizada por Pitt y posaron juntos. Incluso el protagonista de Troya admitió que le gustaría volver a trabajar con él en una secuela doble de F1 y Días de trueno (Days of Thunder), film de automovilismo que Cruise protagonizó en 1990. Pero, para el solo hecho de pensar hacerla, primero tendrían que resolver el problema de base: los personajes de ambos tendrán que sentarse detrás del volante. ¿Podrán las dos estrellas volver a compartir un set? Solo el tiempo lo dirá.
Once Upon a Time... in Hollywood, la película que le valió el oro
Los actores también tienen ídolos, personas por las que estarían dispuestas a dejar todo con tal de trabajar. Muchas veces la apuesta es a ciegas, es decir “sí” aun sin tener un guion en la mano - algo que puede salir o muy bien o muy mal - y otras es aceptar y a la vez resignar. Por ejemplo, Leonardo DiCaprio se recortó su sueldo en un 90 por ciento en J. Edgar con tal de ser dirigido por Clint Eastwood. Cuando Quentin Tarantino llamó a Brad Pitt, con quien trabajó en Bastardos sin gloria (Inglourious Basterds), para su nueva película, él sabía que, independientemente del proyecto, lo que más lo tentaba era la oportunidad de volver a compartir el set con él.
Tarantino eligió a Pitt para interpretar a Cliff Booth, un doble de acción de cine, veterano de guerra y alcohólico, en Había una vez en Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood). “Pensé que estaría genial en este personaje porque se necesita un actor estupendo”, sostuvo el director en diálogo con GQ Australia sobre su elección. “Pero, también se necesita una estrella de cine, y en particular una estrella como el Sr. Pitt, una estrella que creo que al público le gusta ver. Como Steve McQueen, o alguien así: te gusta verlo. Te gusta ver cómo se mueve, te gusta ver cómo conduce. Esa cualidad genial y masculina que puede tener una estrella de cine, él la tiene. Y la tuvo durante toda la última generación de actores”, aseveró.

Según The Hollywood Reporter, en un momento se rumoreó que originalmente el personaje fue pensado para Tom Cruise, pero no se concretó por temas de agenda. Sin embargo, otras versiones apuntan a que ni siquiera llegó leer el guion. Para Tarantino la elección de Pitt siempre estuvo clara, pero hubo un momento en el que no tuvo ninguna duda.
Como en un principio solo existía una copia del guion, el director invitaba a su casa de Los Ángeles a Pitt y DiCaprio a leerlo y mirar películas. Un día, Tarantino esperó a Pitt con una copia de Billy Jack (1971) para discutir el trabajo de Tom Laughlin y usarlo como referencia. Lo curioso fue que el actor también llevó una película para ver. ¿Cuál? Esa misma. “Nos impresionamos mutuamente. Sabía que había tomado la decisión correcta antes, pero eso definitivamente lo enfatizó. Brad y yo tenemos más o menos la misma edad, así que fue divertido hacer la película con él porque le comento cosas y él las recuerda porque tenía más o menos mi edad en 1969”, reconoció.

Durante su carrera, Pitt tuvo una relación más o menos positiva con los premios Oscar. Recibió seis nominaciones y ganó la estatuilla a mejor película por 12 años de esclavitud (12 Years a Slave), el film de 2013 en el que actuó y también produjo. Pero, tras sus reconocimientos por Doce monos (Twelve Monkeys), El curioso caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button) y Moneyball, con Once Upon a Time in Hollywood, finalmente fue galardonado por su actuación y se consagró como mejor actor de reparto.

“Estoy un poco atónito. No soy de los que miran atrás, pero esto me hizo hacerlo, y pienso en mis padres llevándome al autocine a ver Butch [Cassidy] y Sundance [Kid], en cargar el auto y mudarme aquí. Y en Geena [Davis] y Ridley [Scott] dándome mi primera oportunidad, y en toda la gente maravillosa que conocí por el camino y que ahora está acá. Había una vez en Hollywood... ¡Qué verdad! Esto es para mis hijos, que le dan vida a todo lo que hago. Los adoro”, dijo en su discurso de aceptación. Durante aquella temporada también se llevó el Globo de Oro, el Premio del Sindicato de Actores y el BAFTA.
Si bien el intérprete tiene varios personajes que marcaron su carrera, este año se supo que, el que le dio el Oscar tendrá una continuación. Según publicó Deadline en abril de 2025, con previa autorización, Brad Pitt le mostró a David Fincher, quien lo dirigió en El club de la pelea (Fight Club) y Seven: los siete pecados capitales (Seven), el guion que escribió Quentin Tarantino sobre la vida de Cliff Booth. Si bien aún no hay muchos detalles, se trataría de una película de Netflix que abordaría en profundidad la historia del doble de riesgo, sus enfrentamientos y las acusaciones de que mató a su esposa.
La vida después de Angelina Jolie: una nueva oportunidad para el amor y una exitosa vuelta al cine
Nadie puede negar que Brad Pitt y Angelina Jolie supieron conformar una de las parejas más icónicas de Hollywood. Se conocieron en 2005 mientras filmaban Sr. y Sra. Smith (Mr. & Mrs. Smith) y él estaba casado con Jennifer Aniston. La química traspasó la pantalla, él se divorció y decidieron apostaron por una vida en familia con sus seis hijos, Maddox, Zahara, Pax, Shiloh y los mellizos Knox y Vivienne. En 2016 se casaron en Francia con una glamorosa boda y todo parecía indicar que había “Brangelina” para rato. Pero, nadie imaginó que la pareja más poderosa, admirada y aclamada tendría un divorcio digno de un drama hollywoodense.

En 2018 la actriz solicitó el divorcio y su enfrentamiento en la justicia fue todo menos pacífico. Ella se borró los tatuajes que tenía en su honor -algo que él no hizo- y se refugió en sus hijos, quienes decidieron quedarse con ella y alejarse de su padre. De hecho, Shiloh, su primera hija biológica, decidió quitarse el apellido paterno, algo que, según trascendió, molestó profundamente al actor.
El divorcio se firmó el 30 de diciembre de 2024. “Hace más de ocho años, Angelina solicitó el divorcio del Sr. Pitt. Ella y los niños dejaron todas las propiedades que habían compartido con el Sr. Pitt, y desde entonces se centró en encontrar la paz y la curación para su familia”, expresó James Simon, el abogado de Jolie, en un comunicado que compartió People. Asimismo, advirtió que la actriz estaba “agotada pero aliviada” de terminar con la disputa.

Por su parte, el actor de Troya, recién se pronunció al respecto este año. En una entrevista con la revista GQ le consultaron si sintió alivio de que el proceso haya concluido, a lo que respondió: “No, no creo que haya sido algo tan grave. Solo algo que llegó a su término legalmente”. La separación fue uno de los períodos más tormentosos de su vida. En 2019 reconoció que tras la ruptura recurrió a la bebida y asistió a Alcohólicos Anónimos para tratar su adicción. En junio de este año, durante su paso por el pódcast Armachir Expert del actor Dax Shepard se animó a hablar más sobre su experiencia: “Estaba prácticamente de rodillas, y muy abierto (...) Intentaba todo. Todo lo que me proponían. Fue una época difícil. Necesitaba un reinicio. Necesitaba despertar en algunos aspectos. Y significó mucho para mí”.
Pero, si bien su separación fue uno de los momentos más tormentosos de su vida, se levantó y salió adelante. Se abocó a trabajar detrás de cámaras y fue el productor ejecutivo de aclamadas películas: Los chicos de la Nickel (Nickel Boys), Mickey 17, Beetlejuice Beetlejuice, Ella dijo (She Said), Ellas hablan (Woman Talking) y también de Adolescencia (Adolescence), una de las series más galardonadas de 2025. Asimismo, conformó una dupla con George Clooney en la serie Lobos (Wolfs), protagonizó Babylon del ganador del Oscar Damien Chazelle y este año encabezó uno de los pesos pesados de la cartelera: F1: The Movie, donde interpretó a un veterano piloto de carreras que vuelve a la Fórmula 1 para tener una segunda oportunidad. El film de Joseph Kosinski la rompió en la taquilla y cosechó 631 millones de dólares a nivel global.
Paralelamente, tras su escandalosa ruptura con Jolie, Pitt volvió a encontrar el amor de la mano de diseñadora de joyas española de 32 años, Inés de Ramón, exesposa del actor de la serie The Vampire Diaries, Paul Wesley. Los rumores se hicieron eco en 2022 y se confirmaron cuando asistieron juntos en el Gran Premio de Gran Bretaña de 2024. Recientemente, una fuente le dijo a People que la pareja se mudó a una nueva casa a la que “están convirtiendo en un verdadero hogar” y que pasan todo el tiempo juntos. “Él está muy feliz y enamorado y haciendo planes para el futuro”, aseguró otra fuente.
“Mi vida personal siempre está en las noticias. Lleva 30 años en las noticias. O, mejor dicho, alguna versión de mi vida personal. Siempre fue una molestia con la que siempre tuve que lidiar, en distintos grados, grandes y pequeños, mientras hago las cosas que realmente quiero hacer. Es una constante pérdida de tiempo si lo permitís”, dijo el actor en diálogo con GQ, en uno de sus raros comentarios sobre su intimidad. “Mi vida es bastante tranquila. Me siento muy cómodo y seguro con mis amigos, con mis seres queridos, con mi familia, sabiendo quién soy. El resto es como una mosca revoloteando por ahí”, reflexionó.
Aunque Brad Pitt continúa llevando la etiqueta de galán de Hollywood, demostró que no solo es una cara bonita. Supo hacer que en su filmografía aparezcan algunas de las películas más icónicas de la historia y a los 62 años, no tiene intenciones de escuchar por última vez la palabra “corte”, al contrario, quiere que “acción” sea una constante en su vida.
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