Cómo suena en vivo Vanthra, el nuevo proyecto de Fernando Ruiz Díaz

El nuevo grupo de Fernando Ruiz Díaz, Vanthra, completó su serie de presentaciones en vivo antes de que su disco debut sea editado de manera oficial: con sus nuevos compañeros, Charlie Noguera y Pape Fioravanti, el líder de Catupecu Machu ofreció dos funciones -el viernes 23 y sábado 24- en la terraza de la Bodega Monteviejo, de su amigo y enólogo Marcelo Pelleriti, el mismo lugar donde nació este proyecto musical y muchas de sus canciones, con el sobrecogedor paisaje del Valle de Uco, en Mendoza y la Cordillera de Los Andes de fondo.

Pero el viernes 23, día previsto para el show inicial, una persistente lluvia creó un clima de incertidumbre a lo largo de todo el día, amenazando la realización del concierto. Finalmente se decidió armar un set de emergencia en el hall de la bodega, donde el grupo, aún en condiciones técnicas inferiores a las previstas, brindó un set poderoso y emocional, sobreponiéndose a las adversas circunstancias creadas por el clima. Para los fans mendocinos que llegaron hasta allí habiendo comprado su entrada, Ruiz Díaz les aseguró que podían regresar al día siguiente, con sólo exhibir el ticket.

El sábado 24 fue la revancha. Al anochecer de un día cálido que realzaba la magnificencia del paisaje, cuando el sol se ponía detrás de las montañas, la cabeza de Catupecu Machu apareció sobre el escenario, vestido con campera de jean, chaleco y corbata, para mostrar toda la riqueza de esta nueva propuesta, respaldado por un impecable sonido e impactante diseño de luces. Fue recibido por un público encendido, que alzaba sus copas con vino Vanthra, un blend que había presentado un par de días antes en Mendoza, y es el primero de los cuatro vinos que el cantante va a lanzar con Pelleriti.

A lo largo de 80 minutos, Vanthra interpretó los 11 temas que integran su disco (a editarse en abril), exhibiendo una nueva idea de power trío, en el que aires tribales y ritmos telúricos se combinan con tecnología de avanzada.En el escenario, Ruiz Díaz alterna entre la guitarra (una Duesenberg fabricada a mano en Alemania) y el bajo; Charlie es un hombre orquesta que dispara sonidos y samples desde un pad, toca guitarra, bajo y sintetizadores y hace excelentes armonías de voces; y Pape combina sonidos disparados, elementos de batería tradicional, y un bombo legüero que es una de las marcas de fábrica del sonido Vanthra. Todo se entrelaza de una manera tan sólida y compacta que por momentos es difícil distinguir lo que está tocando cada uno, como si fuera una sólida corriente de energía que emana desde el escenario.

Temas como “La canción que faltaba”, “Voz del mar”, “Canción sola” (el primer corte, que cuenta con un original video dirigido por Javier Vázquez) y “Bailan los diablos”, que cerró el concierto con una extensa zapada, aparecen como futuros clásicos de Ruiz Díaz, comparables a cualquiera de los hits de Catupecu Machu.

Las letras también son emblemáticas de la idea que anima este giro que ha emprendido en su vida y su carrera, hablando de un renacimiento espiritual y la alegría de emprender una nueva etapa. “Espero feliz tu agua que es nueva”, “repetimos una y otra vez la canción que faltaba”, “he venido a curar un dolor, soltar que se vaya más de un recuerdo”, son frases representativas de la poética que impregna estas canciones con cierto aire mántrico.

Es difícil, dentro del rock argentino, ver a un artista consagrado abandonando la seguridad de una marca ya impuesta y reinventándose para emprender un camino incierto, al menos en lo que se refiere a su posible repercusión. Vanthra conserva el ADN de Ruiz Díaz en su forma de construir las melodías, pero tiene a la vez la suficiente frescura e identidad como para diferenciarse y sobresalir con una propuesta que reúne calidad, fuerza y originalidad.