La emoción a flor de piel de Natalia Oreiro al recibir la ciudadanía rusa
Vladimir Putin fue el encargado de firmar el decreto que se la otorgó tanto a la actriz como a su hijo, Merlín Atahualpa; el vínculo de la cantante con ese país y el cariño de la gente
LA NACIONNatalia Oreiro recibió finalmente la ciudadanía rusa. Una relación que data de hace muchos años y un fanatismo inexplicable se consuman hoy en una muestra de cariño, un juramento y la unión de ambas naciones. Pero eso no es todo, su hijo Merlín Atahualpa Mollo Oreiro, nacido en Argentina, también recibió el pasaporte. La ceremonia se realizó en la Embajada de Rusia en Buenos Aires y contó con un discruso de la actriz y las fotos protocolares.
La actriz de 44 años nació en Uruguay, forjó su carrera en Argentina y se convirtió en ícono en Rusia. Las tres naciones se unieron en un acto que, si bien duró pocos minutos, fue el broche de oro para una historia de muchos años. A través de su cuenta de Instagram, Oreiro compartió una breve reflexión que acompañó de fotos del momento y, además, un video donde leyó el juramento de lealtad de ciudadano de la Federación Rusa.
“Como un puente de amor entre el Río de la Plata y Rusia, así me siento hoy. Emocionada y agradecida por este símbolo de hermandad entre dos culturas con mucho en común. La vida me dio esta oportunidad única y trabajaré para que éste compromiso sea cada vez más fuerte”, expresó en las redes. Para cerrar, agradeció a “todas las personas que la acompañaron en este camino y son parte de este hermoso viaje”.
La historia de Natalia Oreiro con la Federación Rusa
Todo comenzó en 1998 cuando la actriz protagonizó Muñeca Brava (Telefe). La tira duró dos años y se llevó el premio Martín Fierro a “Mejor telenovela”. Su trama se centraba en la historia de amor de una chica pobre y un joven rico. Con tintes de la época y latiguillos bien argentinos -”jetón”, “oiga, doña” o “rajá de acá”- se convirtió en un éxito rotundo a tal punto de convertirse en material de exportación. Tal fue el furor que causó que se tradujo a varios idiomas.
Dentro del repertorio internacional al cual Muñeca Brava llegó, se encuentra Rusia. Su arribo marcó un antes y un después. La fincción fue furor, la gente se fanatizó y muchas jóvenes decidieron estudiar español gracias a Natasha (Natalia, en ruso).
Su vínculo creció y “La Cholito” dejó de ser un mero personaje para que la sociedad rusa mirara a la actriz que había detrás. Oreiro se lanzó como cantante y sus canciones, al igual que sus ficciones, fueron muy exitosas en el país siberiano. En 2014 llegó el punto de inflexión: la ahora intérprete viajó a Rusia y brindó una gran gira que ni los -30°C impidieron que sus fans acudan a los estadios para verla.
El tour fue un éxito y Natalia se convirtió en una figura consagrada. Años después, ella junto al director de cine Martín Sastre quisieron plasmar todo lo vivido en aquel viaje en un documental. Nasha Natasha está disponible en Netflix y fue presentado en el 42° Festival Internacional de Moscú. Con un recibimiento similar a un equipo campeón del mundo, Oreiro desfiló por programas de televisión, diarios y revistas, siempre en el prime time y le hizo un guiño al Presidente: “Falta que me de el pasaporte...”. Este deseo en voz alta, hoy se volvió una realidad.
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