Los Carabajal convirtieron el festival de Cosquín en un gran patio santiagueño

COSQUÍN. - El escenario Atahualpa Yupanqui de esta ciudad se llenó de chacarera en el festejo de los 50 años de Los Carabajal, a quienes acompañaron unas 7000 personas que bailaron y cantaron con los santiagueños, en una de las noches con más participación de la gente.

Los temas del arranque ("Soy santiagueño, soy chacarera", "Desde el puente carretero" y "Como pájaros en el aire") predispusieron a sumarse a la fiesta de la familia que es emblema de la música y la cultura de Santiago del Estero. Cuti, Roberto y Peteco Carabajal, el dúo Coplanacu, Mario Alvarez Quiroga, los Orellana Luna, Facundo Toro, Sergio Gallegillo y Bruno Arias fueron los amigos -"hermanos de la vida"- que se sumaron al escenario.

Hubo un agradecimiento especial para Antonio Tarragó Ros, quien faltó por un problema de salud, aunque había comprometido su presencia.

Actualmente, el grupo es integrado por Kali, Mario "Musha" y Walter Carabajal y Blas Sansierra. Los músicos recrearon en el anfiteatro el ambiente del patio de la abuela María Luisa, donde cada año en agosto, se celebra el que sería su cumpleaños. Aunque murió en 1993, toda su familia y visitantes de todo el país llegan para el "chacarerazo".

El abuelo Francisco Rosario, un músico autodidacta que tocaba mandolín, violín, bandoneón, charango y guitarra, transmitió su pasión de generación en generación. Sus hijos, Agustín, Carlos, Cuti y Kali, crearon Los Carabajal en 1967. Los más jóvenes siguieron el mismo camino y así surgieron en la escena y continuaron la tradición desde Peteco hasta Roxana y Camilo, quien toca en el grupo electro-folk Tremor.

Todo el show fue una reivindicación de sus orígenes, de la historia familiar. Una pintura de aquellos recuerdos fue "Mi abuela bailó la zamba", que cantaron con el riojano Galleguillo y que provocó una ovación del público.

En todo el show los artistas invitados se fueron acoplando con naturalidad, como hace años lo hacían Sixto Palavecino, los hermanos Díaz o los hermanos Simón en la casa de María Luisa. Cada pasillo entre las butacas se convirtió en una improvisada pista de baile.

"Somos los más ricos del mundo, de la vida. Tenemos nuestros amigos, nuestras canciones, nuestra familia, que nos acompañan", dijo Mario "Musha" Carabajal, quien hace 48 años integra el grupo. El "bailarín de los montes", Juan Saavedra acompañó toda la noche con su ballet.

Para "Musha" este festejo del medio siglo permite recordar que el grupo cambió la manera de rasguear la chacarera. Agustín -creador de canciones como "La Telesita", "La pampa de los guanacos", "Entre a mi pago sin golpear" y "Rubia morena"- fue el impulsor de esa modificación. "Una forma de rasguear más agradable, más redonda".

Acompañados por Peteco y por la plaza entera cantando "Déjame que me vaya", intentaron irse pero el público no los dejó; todos regresaron y acompañados por sus bombos, improvisaron una mini peña. En casi una hora y media pasaron todos los temas que los santiagueños popularizaron y atraviesan generaciones. El 20 de mayo Los Carabajal desembarcarán en el Luna Park para el cierre del festejo.

Últimas noches

La sexta luna concluyó con "El Chaqueño" Palavecino, una figura siempre convocante. Ayer era el turno de Luciano Pereyra; hoy, el regreso del Chango Spasiuk y el domingo, en la última noche del festival, Víctor Heredia celebrará sus 50 años desde el debut en Cosquín.

Por Gabriela Origlia

• Festival de Cosquín

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