Martín Fierro 2018: al borde del llanto, Mirtha Legrand agradeció el homenaje por los 50 años de sus almuerzos

"Es una noche inolvidable. Estoy felicísima. Una maravilla compartir esto con mi familia y colegas", dijo Mirtha Legrand a LA NACION tras bajarse del escenario. Minutos antes, al borde del llanto y del brazo de su nieta, Juana Viale, Mirtha Legrand había recibido el reconocimiento de Aptra por los 50 años de sus almuerzos televisados en la ceremonia de entrega de los premios Martín Fierro 2018 .

"Gracias, Susana, amiga de toda una vida", dijo primero, en alusión a Susana Giménez, la encargada de presentar el clip introductorio a su homenaje. Luego, recordó cómo nació el histórico programa: "Hoy, hace 50 años que nació esta leyenda".

"Era un día como hoy, seminublado. El creador fue Alejandro Romay, y me hubiera gustado que su mujer estuviera hoy aquí... La verdad es que yo no entendía... Comer y hablar al mismo tiempo con 12 personas... Me parecía una locura, pero lo pensé, lo consulté con Daniel (Tinayre, su esposo) y terminé aceptando", señaló.

Luego, señaló quiénes fueron los primeros invitados a su mesa: Leopoldo Torre Nilson, Beatriz Guido, Duilio Marzio, Tinayre y Alberto Migré. "Empezamos, y en un momento me sirvieron pollo. El mozo me sirvió una pata y Daniel le pidió que lo cambiara, porque a mi me gusta la pechuga. Eso me hizo sentir más cómoda, como en casa", rememoró.

"Después, a la tarde, me llamó Romay para contarme el rating que habíamos logrado. Y ahí seguí durante 50 años. Muchos de los que están acá pasaron por mi mesa y me acompañaron en momentos duros y en otros más felices. Le he dado mi vida a esta profesión, y ahora que soy grande y no tengo necesidad de trabajar, pienso seguir haciéndolo mientras mi cerebro esté bien", expresó.

Por último, agradeció a su familia, recordó a los primeros productores de su ciclo, a algunos colaboradores y a los canales en los que trabajó. "Esta noche estoy tranquila de no estar en las ternas. Yo, estuviera nominada o no, siempre estuve presente", dijo antes de despedirse con su histórica frase: "La vida es corta y merece ser vivida...".

"Fue muy emotivo, ella se emocionó mucho. Es muy lindo verlo. Me puse a pensar cuántos de los que están acá se sentaron en la mesa de mi abuela, cuántos de los que no están. Es muy lindo el reconocimiento que le hicieron", dijo a este medio Juana Viale, quien no dudó en acompañar a su abuela en el escenario para ayudarla a contener las lágrimas.