Cosquín: la ciudad del folclore que sigue de fiesta todo el año
El ritmo de la siesta pueblerina no se altera. La vida cotidiana de Cosquín cobra su curso normal durante el año, aunque las brasas del festival que duerme hasta enero siguen ardiendo.
La emblemática Plaza Próspero Molina no está cerrada como en otras épocas. Los habitantes de este pueblo serrano se empiezan a habituar a la llegada de micros con turistas que bajan a sacarse fotos en el mítico espacio que consagró a las figuras más grandes de la música popular, desde Mercedes Sosa hasta el nuevo fenómeno que encarna Abel Pintos. Desde 2015, el gobierno municipal formado por una coalición socialista, impulsó el programa Cosquín de fiesta todo el año. Bajo ese lei motiv, la ciudad mantiene encendida la llama del festival los doce meses del año: circuito de peñas, fiestas en la plaza, congresos, fogones al aire libre, celebración del carnaval y otras activaciones, empiezan a cambiar el movimiento del pueblo de 25 mil habitantes.
"Al otro día que terminaba el festival las calles parecían un desierto. Antes vos venías durante el año y estaba la plaza cerrada. Tampoco había un solo lugar donde comer un buen locro o escuchar folclore. Eso está cambiando. Ahora venís en julio y cuesta conseguir hoteles para los músicos que vienen a tocar. Nosotros queríamos cambiar esa idea que la ciudad solo vivía los nueve días de festival y después estaba muerta. Queríamos mantener el espíritu del festival todo el año", cuenta Cristian Brossard, Secretario de Innovación, Planificación y Ejecución de Cosquín.
El programa ofrece un calendario anual de actividades que van de enero a enero y que fortalecen toda la previa hasta llegar a cada nueva edición del festival. Mañana uno de los platos fuertes será la Yuspeña, un espacio dedicado a las expresiones alternativas del género. "La idea es atraer a todo ese público de las peñas universitarias cordobesas al estilo de la Peña Trashumante de Raly Barrionuevo y La Peña de Los Copla en el Comedor Universitario que siempre fueron espacios de propuestas nuevas. Nos interesa darte un espacio a todo ese público joven de Córdoba capital y de otras provincias, con una programación que ofrezca grupos que cruzan con otros géneros como el rock y que no están vinculados con propuestas más tradicionales", cuenta Brossard. Este año participan de La Yuspeña, en el Centro de Congresos y Convenciones de Cosquín en Tucumán 1031, los artistas Luciana Jury, Ramiro González, Duratierra, Nano Stern de Chile, Presenta Trío y Fede Flores.
Otro de los cambios para este 2019 es la ampliación del Pre-Cosquín, el certamen previo al festival, que convoca a mucho público y reúne al semillero de artistas de todo el país. "Este año tuvimos que estirar la cantidad de días porque se sumaron más sedes y lo realizaremos del 4 al 21 de enero. Creció tanto que tuvimos que correr unos días el festival principal".
En febrero se inauguró también el primer carnaval folclórico en Cosquín para el que se quitaron todas las butacas de la Plaza Próspero Molina y se armó un gran espacio para que la gente se encuentre con los cuatro carnavales más representativos del país: el carnaval de Humahuaca con comparsas como la Juventud Alegre; La Chaya Riojana con copleros y chayeros que realizaron el topamiento de compadres y comadres; y los carnavales rioplatenses y litoraleños, como el de Gualeguaychú. La experiencia fue tan buena que van a repetir. "Vinieron entre 3 mil y 4 mil personas por jornada y ahora queremos que Cosquín sea un punto de encuentro de todos los carnavales en país", anuncia Brossard.
Todos los meses también se realiza la Peña de Cosquín, en el Centro de Congresos de la ciudad, donde participa un artista reconocido y que haya pasado por el festival la edición anterior junto a ganadores de los Pre-Cosquín y grupos de la nueva hornada con un perfil más tradicional y popular para agitar el baile. "La idea es que todos los artistas que pasaron por el Pre-Cosquín puedan desarrollarse en distintos espacios durante el año junto a artistas consagrados. Es una manera de apuntalar al semillero". Ese espacio tiene su corolario con el Cosquín de Peñas, un evento armado alrededor de un circuito de espacios, bares, restaurantes y fogones, que este año cumplió más de una década de continuidad.
"El Cosquín de Peñas ya cumplió once años. Nosotros lo inventamos desde la asociación de centros comerciales cuando no estábamos en la gestión. Se hace durante tres fines de semana de julio y son nueve días que funcionan como un espejo de festival durante el invierno. La dinámica es que con una entrada podés pasar por distintas peñas chicas abiertas al mismo tiempo por la que pasan unos treinta artistas"
En octubre, Cosquín tiene La Fiesta del Duende, también con peñas, desfiles, fogones y conciertos en la Plaza Próspero Molina. con entrada libre y gratuita: este año tocará el grupo revelación La Callejera. Todas estas actividades empiezan a cambiar no solo el paisaje turístico de la ciudad durante el resto del año sino también la conciencia de los habitantes. "Es verdad que después del boom nadie terminó de desarrollar el festival. Hubo toda una generación que se acostumbró durante años a que los nueve días lo salvaban para el resto de los meses, pero hace rato que ya no es así. Esa conciencia empieza a cambiar cuando hay actividad todo el año. Nosotros creemos que va por ahí. Es preferible vivir del folclore que genera un desarrollo social, económico y ambiental, que meter una fábrica de zapatillas", sostiene Brossard.
En Cosquín el folclore atraviesa las vidas y las historias cotidianas del pueblo. Todos sus habitantes tienen alguna anécdota con el festival creado en 1961. "En mi caso cuando era chico mi padrino tenía uno de los fogones y trabajé durante tres años. Muchas noches escuché lo que pasaba en la plaza desde ese lugar. Todos tienen alguna relación con el festival, aunque durante el día pasen por la Plaza y lo tomen como algo normal. Hay algo emocional que nos une al festival". Para los que visitan el festival durante enero o los que pasan por el pueblo durante el año, también se activa algo de todo ese imaginario popular. "Hay mucha gente que viene a la plaza a sacarse la foto, recorrer los lugares donde estuvieron los grandes y que todavía se mantienen abiertos como la Confitería Europea donde estuvo Cafrune y Mercedes Sosa, o esperan el sonido de las campanas y se ponen a llorar. Cosquín es un símbolo muy fuerte de la cultura popular para todos".