Natalie Pérez: "En esta vida hay que animarse a todo, no quedarse con las ganas"
"Creo que un poco podría copiarme de mi carrera como actriz. Arranqué hace 22 años y fue un trabajo paulatino, suave, tomando decisiones, pensando qué quiero hacer y qué me hace feliz", dice Natalie Pérez después de pensar un poco cómo se imagina esta nueva carrera que acaba de empezar.
Luego de personajes secundario tras personajes secundarios en tiras diarias como Vecinos en guerra y Esperanza mía, aterrizó el año pasado en su primer protagónico como una de Las estrellas y actualmente acompaña a Adrián Suar en The Host. De la misma manera, después de interpretar a Wendy en el musical de Peter Pan y de cantar cada vez que pudo en todo proyecto televisivo que la incluyó, lanzar Un té de tilo por favor, su primer disco, es el paso natural para Natalie.
"Mientras busco mi verdad, el mundo amanece siempre igual", canta en una de las canciones que va a interpretar hoy en su primer show en La Trastienda. Alejándola del camino más obvio para la actriz devenida cantante (un poco de electropop y un poco de ritmos urbanos) y producidas de forma independiente, las once canciones del disco coquetean con las cantautoras latinoamericanas como Carla Morrison y Natalia Lafourcade, y con el pop folclórico. Como si estuviera compuesto para acompañar un road trip, Un té de tilo, por favor le sigue el ritmo a su autora, una mujer que siempre hace su camino.
-¿Cómo fue tu primer acercamiento a la música?
-Primer acercamiento a la música... A ver, a los diez años empecé a estudiar comedia musical y ese fue mi primer acercamiento. Tenía un profesor, empecé a tener mis primeras vocalizaciones. A nivel profesional, a los doce años grabé un disco de música infantil versionada en electrónica. Hoy sería un éxito.
-Entonces, este no es tu primer disco, es un engaño...
-¡Es un engaño! [Se ríe] Es mi primer disco solista. A los doce años tenía un grupo que se llamaba Dance Kids y éramos cinco chicos cantando canciones como "El elefante", "El payaso Plin Plin" versionadas. Todo el tiempo estuve conectada con la música.
-¿Escribir tus propias canciones es algo que ya hacías antes del proyecto de disco?
-Si, hace años escribo letras y melodías. Más melodías, con el audio del teléfono, que es una gloria para mí porque tengo muy mala memoria entonces esto me ayuda muchísimo. La música siempre está en mi vida pero no soy música.
-¿No te considerás música?
-No, voy hacia ese camino y estoy aprendiendo un montón pero es todo pura intuición y deseo. No sé, salió.
-Cuando te diste cuenta de que tenías ese deseo, ¿fue "listo, lo hago" o fue una decisión que llevó tiempo?
-Empecé a trabajar a los diez años y siempre me decían "te tenés que dedicar a cantar" y yo respondía "no, me da vergüenza". Desde muy chica me lo decía gente linda: mi abuelo, mis papás, mi familia, mis profesores, gente que me ha escuchado cantar en teatros. Hice mucha comedia musical. Todas las novelas que hice estuvieron relacionadas con la música y era como "che, qué loco, tengo que hacer esto". Y de repente empezaron a surgir canciones, como doce canciones, y de repente tenía veinte. Empecé a moverlo yo. Llamé a unos músicos sesionistas y les dije "che, quiero hacer esto" y grabé un demo. Después conocí a Nicolás (Cotton) y a Mateo (Rodo), los chicos con los que trabajo hoy, y empezamos con esta búsqueda. "No sé qué quiero cantar, no sé quién soy yo como música, cómo suena mi música", les decía. Y tampoco creo que esté 100% encontrado.
-Es algo que empezó hace mucho tiempo y decantó en el disco...
-Sí, de hecho me acordaba de que en las notas de años anteriores todo el tiempo jugaba con que quería hacer esto pero no me animaba. En esta vida hay que animarse a todo. No soy de las personas que se quedan con las ganas de nada. Me puedo equivocar 100%, pero hay que arriesgarse.
-¿Cómo fue ese proceso con Cotton y Rodo?
-Estaba en el medio de una novela, Las Estrellas, que era full time. Todas las semanas, dos veces por semana, me juntaba con ellos después de la grabación: de 7 a 2 de la mañana, de 7 a 12, de 7 a 11, a componer, a ver qué salía.
-¿Vos traías las letras y ellos la música o fue más colectivo?
-Sí, eso. A veces yo llevaba la letra o la melo y les decía: "Tengo esto pero no sé cómo continuar". No sé, no soy música. Es un juego que se transforma en algo profesional y una búsqueda. Yo siempre digo que estoy jugando. Si dejo de jugar, me deprimo. Los chicos son músicos, son profesionales, estudiaron, los admiro, aprendo todos los días. Era un poco eso y ahí fue laburo en equipo.
-Me llamó la atención que es un disco muy alegre y en la gráfica estás sentada en tu tacita yendo hacia la tormenta.
-Sí, es eso, pancha en la tormenta. Se me avecina todo este caos: tengo la Trastienda, tengo que hacer notas, soy nueva en la música, hay cosas que no sé ni responder. Estoy recontra mil nerviosa, al borde del llanto casi todo el tiempo y es como "ok, ¿cómo uno sobrevive a eso?" Tomate un té de tilo, tranca, escuchate un disco que te dé buena onda y las respuestas van a salir solas. Es esa búsqueda de vivir relajado. A mí me importa tan poco casi todo, en el buen sentido. ¿No me peiné? No me peiné. ¿Tengo ojeras? Tengo ojeras. No me voy a preocupar por las cosas banales, pero así con todas las cosas de mi vida. ¿Hay una tormenta? ¿Cómo puedo atravesarla sin entrar en pánico?
-Hoy escuchaba tus canciones y pensaba en si las habías escrito estando de viaje porque da esa sensación.
-¡Me gusta! No sé si las escribí en un viaje, algunas probablemente sí. Me fui a Jujuy el año pasado y te sentás ahí delante de la inmensidad... Hay muchas que escribí en viajes que no están en este disco, que quedaron para los próximos. Las escribí en el viaje de la vida, de estos dos últimos años. Un poco es eso, esa cosa de...
-¿De movimiento?
-De movimiento alegre, de la vida. No estancarse, de los colores, de la naturaleza.
-Describís el disco como "sonidos orgánicos y autóctonos latinoamericanos fusionados con el pop". No es lo que está haciendo la mayoría, ni lo que se esperaba de tu disco...
-Sí, no sé si eso es bueno o malo.
-¿Cuáles son para vos esos sonidos autóctonos y a quiénes tuviste de referencia?
-A ver... hay una chacarera. "Lluvia" es medio una cumbia carnavalito. Rescatando esas cosas nuestras, la cumbia es muy argentina. Somos latinos por más de que estamos más abajo. La cumbia es nuestra, la recontra escuchamos y hay mucho de cumbia en este disco. Cuando me senté con los productores les dije: "Yo quiero una música que acompañe, que no sea invasiva, que sea agradable." No me gusta la música que me quema, me gusta la que me acompaña y, obviamente, la que me da buena onda siempre. Me pasa con la música nueva, que me encanta, re escucho trap y reggaeton, tal vez en algún momento hasta los cante, pero me pasa que las letras no son ATP. El otro día escuchaba a mi sobrina de diez años cantando una guarangada y yo pensaba "me muero".
-Igual tu disco es muy ATP pero no está dirigido a un público adolescente...
-No, la idea es para alguien de mi edad, yo tengo 32 años. Después no elegís el público.
-¿Qué fantaseas?
-Yo fantaseo en que sean mujeres de mi edad. Yo me pongo música para barrer en mi casa...
-Te imaginaba baldeando descalza y cantando cuando lo escuchaba.
-¡Sí! Uno limpia su espíritu, su aura, su casa, su todo. Te ordenás por dentro, por fuera. Es esa compañía de la música que te levanta. Sí, es ATP, pero creo que esas respuestas las va a dar el público.
-¿Supiste el título, que coincide con tu usuario de Instagram, desde el comienzo?
-No, de hecho no tuvo nombre, pobre santo, hasta... Va a pasar lo mismo cuando tenga hijos, no voy a saber qué nombre ponerles. A mi perro le terminé poniendo "rope", ya fue. La chacarera casualmente dice: "Me voy preparando un té de tilo para que el tiempo pase tranquilo". Es tan eterna la búsqueda para mí, necesito de tanta paciencia y tanta tranquilidad para asumir todos estos compromisos. Es re loco: ¡tengo un disco! No lo puedo creer. Alguna vez lo fantaseé pero no sé si lo vi tan real como ahora. ¡Qué tarada, lloro! Hoy estoy al borde de todo, pero no sé por qué un té de tilo, en verdad. Por eso: me tomo la vida como 'paremos, escuchemos' y que sea lo que tenga que ser.
-Escribiste en tu Instagram que es tu oportunidad de mostrarte como sos. ¿Se trata de estar fuera de un personaje de ficción o de la libertad que te da un proyecto independiente?
-Es un poco el todo. Un poco Nati fuera del personaje... Todos los personajes que interpreto tienen mi voz, mi cuerpo, tienen mucho de mí, tienen todo en verdad. Entonces siempre la gente puede ver la esencia del humano que hay detrás de ese personaje. Creo que gracias a Dios siempre fui transparente y me mostré como soy, más allá de lo que me pueda poner o de decir cosas que no hubiera dicho nunca porque las dijo un personaje. Un poco sentí el cansancio de ser siempre otra persona. Eso no significa que vaya a dejar de actuar, como leí en algún lado, porque me encanta, es mi vocación, amo. Yo estoy en mi casa como las nenas de diez años cantando, jugando a que soy Mary Poppins, o Pocahontas o prostituta de un cabaret. Todo el tiempo en ese juego eterno.
-¿Hay alguna herramienta de la actuación o de ese proceso creativo que te haya servido para el disco y para encontrar a la "Natalie música"?
-No, estoy en esa búsqueda. Ahora me enfrento al escenario por primera vez en mi vida y es realmente por primera vez en mi vida.
-Pero estuviste mil veces en un escenario...
-Miles, de miles, de miles, de hecho cuando tenía 12, 14 canté en el Chateau Carreras frente a sesenta mil personas con este disco que te conté. Yo creo que tengo que armar medio ese personaje sin dejar de ser yo. Yo soy capaz de subirme al escenario a cantar en pantuflas. Tengo a mis amigos y a mi equipo que me dicen: "No, Nati, no podés. Ponete algo más lindo". Ese equilibrio entre no ser una crota y no ser una superstar. Tengo que encontrar ese personaje que soy yo arriba del escenario. Lo voy a descubrir con el tiempo y con las horas de vuelo, las horas arriba del escenario. Ir viendo qué me pasa a mí. No es lo mismo jugar en mi casa que estar en la Trastienda o cualquier otro escenario, y ver qué me da el público. Es un ida y vuelta: la actuación y el canto. Ahí van a ir surgiendo miles de cosas que voy a ir encontrando en ese personaje más mío.
-¿Tenés fantasías y sueños en relación a la actuación o tenés todo puesto en la música?
-No... En este momento estoy viviendo parte de un sueño, no sé qué más podría pensar. Sólo que la gente lo reciba bien, que lo disfrute. Poder hacer mil shows en el verano y divertirme y experimentarlo. Hoy realmente estoy en hoy, que es un trabajo bastante difícil de lograr. Haré un balance a fin de año y veré qué caminos hay.
-Hay un imperativo super actual, en especial sobre las mujeres, de tener que hacer todo. Trabajar, tener pareja, tener amigas, ocuparte de tu salud, y encima en tu caso, tener múltiples proyectos: cantar y actuar. ¿Se puede todo?
-Todo no se puede pero todo puede convivir. Creo que ahí está el trabajo de cada uno de encontrar el equilibrio, de tomarse un té de tilo y pensar: "En qué momento voy al gimnasio, en qué momento veo a mi novio". Sí, se puede. Sólo hay que atreverse.
Más leídas de Espectáculos
"Temí por mi vida". Victoria Vannucci y Matías Garfunkel: de safaris en África y orgías en Europa a un divorcio sin bienes que dividir, cárcel y una casa rodante
La despedida de Cocineros argentinos. Un guiso federal, una choripaneada, el regreso del primer conductor y más de 100 invitados
"No teníamos para comer". Air Supply: tienen el mismo nombre, nacieron casi el mismo día y hace 50 años los unió Jesucristo