La voz de Sam Fischer resuena en "This City", la canción que le escribió a Los Ángeles en medio de su frustración con la industria musical. Cuatro años después de su lanzamiento, se volvió viral con el impulso de la red social Tik Tok y, de repente, el australiano saltó a la fama. "Esta ciudad me tiene persiguiendo estrellas", reza el tema. Hoy, él es una de ellas.
Sam se pone la mano en el pecho y con ese gesto anticipa su confesión: "Dejé Australia porque sentía que yo era el problema en mi familia y el que generaba tensión. Pensaba que así la iba a salvar". Termina de hablar, frena, respira y ríe como para suavizar sus palabras. Sabe que dijo algo fuerte.
Su escape fue a Inglaterra, pero la tierra europea solo fue un paréntesis en su búsqueda, que un año más tarde, en 2011, siguió en Boston, Estados Unidos. Allí ingresó en la Universidad de Música de Berklee (Berklee College of Music), donde participó de un grupo a capella en el que conoció a Erin Cafferky, hoy su esposa y corista. Para él, la conexión partió de que compartían el mismo lenguaje, el de la música.
Habla de ella y sonríe, también con los ojos, aunque conocerla estaba fuera del plan. "Era mi último año de la universidad y me había dicho a mí mismo: ‘vas a ir a Los Ángeles y te vas a focalizar en la música, sin ponerte en ninguna relación ni distraerte". Pero esta joven de Springfield, Virginia, entró al salón donde él estaba tomando audiciones para los nuevos integrantes del grupo y el cambio en su mentalidad fue inevitable. "Es una locura pensar que nos criamos en lugares opuestos del mundo y encontramos el camino hacia el otro".
Pese a este imprevisto, Sam se mantuvo lo más fiel posible a su plan y, una vez que se graduó, viajó rumbo a la ciudad de los artistas para perseguir su sueño porque allí tenía una promesa discográfica.
Pero no se cumplió.
"Esta ciudad me va a romper el corazón, me va a amar y me va a dejar solo", cantará tiempo después en "This City": la canción que le dedicó a esta ciudad del estado de California para pedirle una tregua. Atravesado por esta decepción, también compuso "The Usual": el tema que lanzó el 31 de julio y que es el adelanto de su nuevo proyecto,Homework, el cual estará disponible desde el 28 de agosto.
-¿Dirías que tu frustración con la industria musical es la razón principal de la soledad y la tristeza que sentiste en Los Ángeles?
-Sí. Creo que fue mi miedo al fracaso, el sentir que era incompetente y el miedo que tenía a decepcionar a mi mamá.
Ese temor por defraudarla era tan grande que empezó a mentirle. La versión que viajaba a Australia y que le llegaba a ella era que su hijo estaba triunfando en la música. ¿La realidad? Dormía en un sillón, trabajaba como delivery y daba clases de tenis. Simplemente, no la quería hacer testigo de sus caídas.
Si bien en "This City" le canta a Los Ángeles, su tristeza también remite al pasado. "Creo que cuando sufrís algo de chico tu cerebro elimina el estrés y el trauma y, a medida que vas creciendo, lo vas enfrentando y vas asumiendo que hay cosas tuyas que no vas a amar tanto como creías. Quise ser la versión más honesta y auténtica de mí mismo, pero cuando afrontás estas cosas da un poco de miedo".
Hoy Fischer siente que hay muchos ojos encima suyo. Esta canción ya fue reproducida más de 150 millones de veces en Spotify, así que es consciente de que tiene una oportunidad. Con eso en mente, Sam dice que no le tiene miedo al éxito o al negocio que hay detrás de la música. "Quiero que esos ojos conozcan a mi yo real, así que no me asusta hablar de esto. Transité una vida en la que tuve que sobreponerme a muchas situaciones difíciles. Y creo que hoy las palabras significan más de lo que significaron siempre, por eso espero ser una voz para quienes todavía no la encuentran", dice este amante de las letras de las canciones.
"This City" fue esa contención para él. "Es como si el abrazo que esperé de Los Ángeles por tanto tiempo estuviera sucediendo. Siento que, finalmente, tengo uno de sus brazos en mis hombros".
-Hablás de Los Ángeles como si fuera una persona. ¿Cómo está la relación entre ustedes ahora?
-Estamos bien, saliendo, pasando tiempo juntos, resolviendo nuestros problemas. Los Ángeles todavía tiene resentimientos conmigo y, tarde o temprano, los va a volver a poner sobre la mesa, pero está bien.
Fischer deja el personaje de lado y, de golpe, su sensibilidad vuelve a ocupar el primer plano. "Creo que no es mi hogar y que estuvimos en un lugar oscuro por mucho tiempo. Es una ciudad increíble -aclara como si realmente fuera una persona y no quisiera herir su susceptibilidad-, pero no es donde yo elegiría estar para siempre, porque es muy solitaria y acá tenés que estar atento a tu espalda, sobre todo si estás teniendo éxito. Cuando estás en un buen momento Los Ángeles es increíble, pero cuando las cosas no están bien es terrible".
La ciudad estadounidense, para este artista, no tiene punto medio. En su discurso, un trending topic se lee como un golpe de suerte. "Soy un afortunado", dirá. "Tengo mucha suerte porque esto fue un gran accidente", señala e, inmediatamente, se corrige: "Convertirme en un éxito de la noche a la mañana me llevó diez años".
En 2016, Fischer escribió "This City, la canción que lo catapultó, pero se volvió viral recién este año, con el empuje de Tik Tok. Es uno de los temas de su álbum "Not A Hobby" que, como adelanta el nombre, muestra la intención del músico: llegó para quedarse. "Lo que sucede con el arte, donde no hay un camino o un resultado definitivo, es que la gente se asusta y etiqueta esas carreras como un hobby, pero no lo son. Es mi vida, mi pasión y todo por lo que trabajé".
"This City": escribir un éxito lejos del éxito
El día que comenzó a cambiar su historia hubiera preferido no salir de la cama. Se sentía hundido y derrotado. Fue Erin quien lo arengó para que fuera a encontrarse con James Michael Robbins y Jackson Morgan, su equipo, con quienes tenía una sesión de composición. En un momento, el cantautor "Jimmy" comenzó a tocar los acordes y el australiano se entregó. "Simplemente surgió. Escribimos la canción entera en 45 minutos". Una vez que se despidieron, Sam volvió a su Airbnb y, sentado en una mesa de madera redonda de la cocina, grabó las voces. "Lo que se escucha se hizo básicamente en una toma".
Hizo el tema para sí mismo, por eso no destinó tanto tiempo a producirlo. "Nunca pensé que a alguien le iba a importar la canción, porque creía que yo no le importaba a nadie, pero era algo que necesitaba decir". Hoy ya no se siente tan solo como en aquel entonces.
Las primeras personas que la escucharon fueron Erin y dos amigos de ellos, María y Marcus. "Nos sentamos en el departamento de María y la reprodujimos en la televisión porque no andaba el parlante. Cuando terminó hubo un silencio y recuerdo que María me miró y dijo: ‘Esa es la mejor canción que escribiste en tu vida’. María no está metida en la música, por eso sentía que era la oyente promedio y mi audiencia".
Contento con el resultado, le envío un mail a la discográfica con la que trabajaba en aquel entonces, pero le respondieron con dos palabras: "Es linda". Pese a la incertidumbre, él empezó a creer en su canción y a cantarla siempre que podía. "Sabía que había algo especial". De todos modos, su equipo de trabajo de ese momento no quería que la usara en el lanzamiento de su EP. "Me puse firme. ‘La canción que quiero hacer es esta’, dije".
De gira en cuarentena
Cuatro años más tarde tuvo su recompensa y "This City" empezó a escucharse en todos lados, incluido su país, Australia, donde su voz suena en cada rincón: "Es una locura Sam, te escucho en todos lados", le repite su mamá. Sin embargo, por las medidas de aislamiento declaradas para prevenir el avance del coronavirus, todavía no pudo ir a aquellas ciudades donde lo esperan.
"Se supone que iba a abrir un show de Niall Horan (exmiembro de One Direction) para el tour por Estados Unidos e iba a experimentar cómo es ‘ser un hit’ y viajar por el mundo. Hacer esas cosas que siempre quise hacer". Sam hace una pausa, baja la cabeza y mira fijo un punto. "Tengo que frenar cuando lo pienso mucho porque no es bueno para mí y me pone triste. Creo que aprendí a ser amable conmigo".
Este artista logró superar el desafío y, una vez más, encontró la manera de viajar a esos lugares a través de su canción. Sumó a su proyecto a Camilo (Colombia), Anne-Marie (Inglaterra), Kane Brown (Estados Unidos), Nicolas Santos (Alemania) y a Nea (Suecia) y, combinando su estilo con la impronta de ellos lanzó "These Cities": un álbum con 5 nuevas versiones del tema, en la que cada invitado puso su sello para reescribir la segunda estrofa.
El latinoamericano fue el que completó esta serie de duetos, aunque Sam no descarta que más adelante pueda hacerse con alguien más. "Quizás un día venga Beyoncé y me diga que se quiere sumar, ¿y quién soy yo para decirle que no a Beyoncé?", ríe mientras sueña despierto que sea real.
Si bien quiere disfrutar el éxito, tiene los pies firmes en la tierra. "El día en que empiece a verme como famoso voy a necesitar que alguien me cachetee y me haga entrar en razón. Soy solo una persona común teniendo una experiencia excepcional. Pienso que ser conocido públicamente es parte de este trabajo, pero las cosas que atravesé en mi vida me dieron perspectiva". Sam habla y es como si se recordase a sí mismo que "hay una vida afuera de la música".
"Quiero ser como ella"
Para el músico, el mayor desafío es diferenciar las identidades que lo habitan: "Separar a Sam Fischer como la marca, el artista y el objeto de Sam Fischer, el corazón y el alma. Esa diferenciación es más difícil de navegar de lo que pensé que sería". Y en esa tarea el desafío también está en mantener viva su inocencia.
El primer recuerdo que tiene de su vida es de cuando tenía 3 años. Había ido a un concierto de una violinista que se hacía llamar Queenie. Cuando terminó el show, se subió al auto y dijo: "Quiero ser como ella". Respondiendo al deseo de su hijo, su mamá le compró un violín. "De alguna manera ese fue el principio".
A los 12 compuso su primera canción porque su mamá no quería comprarle otro CD. "Me había comprado el primero y, cuando le pedí otro me dijo que hasta que no me aprendiera cada palabra de cada canción no me lo iba a comprar, así que dije: ‘Bueno, voy a escribir mis propias canciones. Y así fue’".
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Sam apoya la cabeza sobre la mano derecha para recorrer sus recuerdos con la mirada y se le va dibujando una sonrisa. Septiembre de 2016. Está en el escenario de un bar de Los Ángeles cantando "This City", poco después del lanzamiento. Abajo, el público acompaña la letra. Se la saben de memoria. Entre ellos está su mamá, que por primera vez desde que él dejó Australia lo escucha en vivo cantando sus canciones.
"¿Te acordás cuando probaste champagne por primera vez y lo que sentiste cuando te golpearon las burbujas? Es un sentimiento similar, pero multiplicado por un millón. Fue como si se me prendiera fuego la piel". En ese entonces ya comenzaba a sentirlo: la música lo estaba salvando.
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