Bati, de Gran Hermano: el fanático del programa que entró por un propósito, fue eliminado dos veces y sufrió una campaña sucia
Regresó para apoyar a su amiga Eugenia, pero su segunda estadía duró solo cuatro días
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Fan de Gran Hermano desde 2001, cuando tenía apenas 10 años, Santiago “Bati” Larrivey quiso cumplir el sueño de estar en la casa más famosa de la televisión y lo logró dos veces: entró en febrero, lo eliminaron en abril y el 28 de mayo volvió al reality de Telefe para apoyar a su compañera Eugenia. Pero el pasado domingo “Big” lo expulsó por revelar información del afuera.
“Fue una visita cortita, aunque eventualmente todos se van a ir; lo mío se adelantó, nada más”, le dice Bati entre risas a LA NACION. Durante la charla cuenta por qué lo sorprendió la decisión, también cuenta quién cree que va a ganar y que si el afortunado hubiese sido él, habría utilizado el premio para subrogar un vientre y cumplir el sueño de formar una familia.
-¡Te echó Gran Hermano!
-Qué vergüenza (risas). Es un reality y lo tomo así. Nos avisaron que no podíamos dar información del afuera y yo creía que estaba siendo muy cauteloso, porque las charlas que tuve son las mismas que había tenido cuando era participante; les decía que está bueno ser un grupo, cuidarse, ir de a muchos a una placa. Y volví a explicar lo mismo, pero al venir de afuera quedó como que daba información. Es entendible que hayan hecho esa lectura y me sancionaran.
-¿Hacés un mea culpa?
-Juro que me sorprendió la sanción porque no había hecho nada grave. Intentaba aconsejarlas. Y mi trabajo era más difícil porque Eugenia y Selva, que eran mi grupo, no saben nada del juego. Y yo soy fan de Gran Hermano y me sentía más hábil para opinar de estrategias y placas. Ellas no entienden de estrategias, pero tienen un carisma impresionante. A Euge la escuchás hablar y te enamora, y Selva es una showman, y por eso el público las prefiere.
-¿Te enojó la expulsión?
-No, pero me tomó por sorpresa porque pensaba que la iban a echar a Andrea, que le dijo a Tato que se aleje de Luz porque sino no iba a ganar. Entonces todos esperábamos que se abriera la puerta giratoria para ella y me sorprendió que Gran Hermano me nombrara a mí. Las reglas están en un gris a veces, y no sabía que estaba metiendo la pata si no me hubiera cuidado, porque no quería figurar yo sino apoyar a Eugenia y también a Selva que estaba con Chiara, que en realidad tiene el corazón con Ulises; intenté cuidar a las dos. No entré en modo jugador.
-Te eliminaron en abril, ¿qué fue lo que más te llamó la atención cuando saliste y viste el juego como un espectador más?
-Soy muy fan del programa y me sorprendieron cosas de la dinámica de la casa, como por ejemplo que te despierten con música o las luces que son como fuego en los ojos. Muchos piensan que los jugadores no hacemos nada y no es así, porque tenemos que limpiar, hay actividades, juegos. Cuando estás en la casa nada es obvio y es difícil tener una lectura de lo que pasa o de lo que piensan de vos. Cuando salí mi familia me dijo que no habían visto al Bati que conocen, porque estaba serio y calculador, y muy metido en el juego. Y yo la pasé muy bien en mi primer paso por la casa.
–¿Y cómo la pasaste esta segunda vez, que fue muy corta?
–Esta vez me divertí el triple, porque entré a cantar y bailar, a ponerla arriba a Euge. Y me sorprendió también el poder de los fanáticos, son como una mafia. Con mi eliminación hicieron muchas campañas sucias; una inventó que mi hermano la había amenazado de muerte y publicó un chat inventado, y eso sirvió para que dijeran que mi hermano y yo éramos violentos. Y esta segunda vez pidieron mi expulsión, pero la verdad es que conmigo se tendrían que haber ido cuatro porque muchos dijeron cosas del afuera. Por otra parte, entré en la segunda etapa, en febrero, y afuera era fan de Chiara, pero adentro ella era una caja de pandora y lo único que quería es que se quedara en su cuarto porque no sabías con qué iba a salir. La amo a Chiara, pero me pasaba eso. Y también pegué buena onda con Tato, Luz y Luciana, que ya eran un grupo consolidado y me quedé solito. Por suerte formé grupo con los nuevos.
-¿Con qué objetivo entraste a al reality?
-Lo que más miedo me daba era hacerme conocido porque tengo la autoestima baja y sabía que esto trae muchos haters; ahora tengo más mensajes de amor, pero al principio eran: “Bati no existís, sos nefasto, no servís, sos un fantasma”. Mi rol fue una especie de villano y no siempre gusta. Me anoté para vivir la experiencia, porque soy fanático del programa y sabía que tenía un perfil con el que podría llegar a la final y estoy seguro de que sería así si hubiese entrado en diciembre y no en febrero. No tengo dudas, porque hubiera tenido tiempo de desarrollar mi personaje.
-¿Por qué tenés la autoestima baja?
-Porque soy muy autoexigente. No sé si es baja autoestima o es que soy malo conmigo. Soy mi propio villano y me saboteo. Sé la persona que soy. Tenía una vida muy ordenada y muy linda y me daba miedo ser conocido. Por otro lado, yo canto y hasta antes de la pandemia me presentaba en bares, y quiero darme la oportunidad de hacer algo en los medios, ser streamer, panelista, hacer teatro musical. Siempre tuve la veta artística, en la escuela estaba en todas las obras de teatro.
-Decías que tenés una vida linda y ordenada, ¿cómo es?
-Soy contador y trabajaba en una consultora de tecnología, era gerente de auditoría y trabajaba remoto. Y estoy de novio hace cuatro años. Vivo con Juani, que es arquitecto, y con nuestro perrito, y los fines de semana vamos a lo de mi vieja en La Plata. Cuando entré a Gran Hermano renuncié a mi trabajo, aunque tengo las puertas abiertas para volver. De todos modos, quiero ver qué pasa... De los medios, una carrera que me interesa y podría copiar es la de Iván de Pineda, que es un tipo estudiado y trabaja en la tele pero no es farandulero y hace programas familiares con contendido; y me gustaría tener un programa de viajes, algo así como De viaje con Bati o Bati por el mundo (risas). Mi pareja me apoya, pero no le gusta la fama. Y hay una razón más y muy importante por la que entré a Gran Hermano.
-¿Cuál es esa razón?
-Muchos me tratan de malo sin corazón sin conocerme, pero la razón real por la que quería entrar al reality y ganar fue para cumplir el sueño de formar una familia. Queremos ser padres e íbamos a usar la plata para subrogar un vientre. Es muy difícil adoptar, complicado, y quiero cumplir el sueño de ser padre. Por suerte cumplí otro sueño que fue animarme y ser uno de los elegidos de Gran Hermano y volví a entrar y me expulsaron. Hice todo (risas).
-¿A quién ves como ganador?
-Me encantaría que gane Eugenia porque es un personajón, y si no gana el reality, va a ganar afuera porque es hermosa, divertida, ocurrente y tiene todo para ser una estrella. Siento que la final va a ser Ulises, Tato, Eugenia y Katia o Luz.
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