Xuxa revela sus secretos y enfrenta sus propios demonios: abusos, divismo y los “traumas” que provocaron las paquitas
Responsable de hacer bailar y reír a millones de niños en América Latina, la rubia de 60 años decidió también hacerse cargo de su faceta más oscura a través de autobiografía y una serie documenal
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Ni un ángel etéreo ni una adoradora de Satanás: a los 60 años, Maria da Graça “Xuxa” Meneghel decidió mirar atrás y abrir su corazón para poder estar en paz consigo misma. Mientras se prepara para emprender la que aseguran que es su última gira, la brasileña más famosa del mundo entendió que su mejor legado es contar las tragedias que marcaron su vida y sincerarse sobre sus propios errores.
La rubia, que también está celebrando cuatro décadas de carrera artística, viene sufriendo muchos golpes personales desde la muerte de su madre, en 2018 y tras años de vivir con Parkinson. El encierro provocado por la pandemia, varios amigos enfermos y una serie de declaraciones desafortunadas habían desdibujado la figura de Xuxa, quien tomó la decisión de contar su propia historia en un libro autobiográfico y una serie documental en la que evitó la autocomplacencia y reveló detalles que pocos conocían.
Una infancia marcada por abusos
En Memorias, su autobiografía, contó que desde los cuatro hasta los trece años sufrió abusos sexuales dentro de su casa. “Mi madre era una leona con sus hijos. Nunca la culpé por nada. Estoy absolutamente segura de que nada de esto fue culpa suya. Recuerdo una noche que estaba acostada sobre el edredón y respiré un olor a alcohol de alguien que no puedo identificar: na barba que me lastimó la cara y algo que pusieron en mi boca. Me desperté diciendo que alguien había orinado en mi boca y mis hermanos dijeron que había soñado. Este fue el primer abuso sexual que sufrí”, escribió.
Luego, a los diez años, fue abusada por uno de sus maestros: “Recuerdo los pantalones a cuadros y el movimiento que hacía sin parar. Me decía en tono amenazante que no podía decir nada a nadie lo que había pasado. ‘Nadie te creerá. Entre la palabra de un maestro y la de un alumno, el maestro siempre gana’. Sin embargo, llegué a casa y, a la hora de la cena, le comenté a mi hermana Mara. Se puso furiosa. Me estremecí del terror. El sentimiento de miedo y culpa me atraparon fuertemente. Finalmente, mi hermano y yo nos cambiamos de colegio”.
“Desde los cuatro años hasta los trece, pasé por varias situaciones de abuso que me hicieron tener una locura por la limpieza. Me baño de tres a cuatro veces al día. Si lo que escribo en este libro ayuda a un niño que pasó por el mismo horror que yo, valió mi dolor, mis esfuerzos y el amargo sabor de haber hurgado en él. Quiero estar con niños porque ellos no me harían daño. Eso es cosa de adultos. Quiero prestar mi voz para campañas por la niñez. Ellos no tienen voz y yo necesito hacer esto por ellos, ya que no lo hice por mí”, contó.
Fue un símbolo sexual siendo virgen
La belleza de Xuxa era evidente desde niña pero cuando era adolescente se convirtió en la posibilidad de comenzar a trabajar. Luego de vivir siete años en Santa Rosa, en el estado de Rio Grande do Sul, su familia se mudó a Río de Janeiro, en donde fue descubierta por un productor de moda. Con solo 16 años, Xuxa posó para la tapa de la revista Carinho y se volvió una de las caras más solicitadas de Brasil, con sesiones que cada vez subían más de tono. Sin embargo, en su intimidad seguía siendo una niña inocente: “Nunca había hecho el amor y era considerada símbolo sexual. ¿Cómo enseñar una ‘cara de deseo’ a alguien que nunca había hecho nada?”
Así, en las primeras producciones toda la sensualidad se fabricaba con instrucciones de los fotógrafos. “Ellos me decían ‘¡ahora imagina que te da el sol en los ojos!’ ‘Continúa arrugando el ceño, casi cerrando los ojos’, ‘Ahora chupa el aire, eso es cara de deseo!’”. El país, sin embargo, la conoció cuando hizo un desnudo para Playboy en 1982.
Quizá su peor decisión profesional fue participar de la película Amor, extraño amor, en la que aparece desnuda seduciendo a un niño de trece años. Ese film la perseguiría por años llevándola incluso a comprar todas las copias disponibles y luego haciéndole un juicio nada menos que a Google.
Su amor con Pelé estuvo repleto de infidelidades
Las fotografías de Playboy lograron llamar la atención nada menos que de Pelé, quien fue durante seis años su novio. Se conocieron en una producción fotográfica que se cree que el futbolista motorizó para conocerla personalmente. Él estaba por cumplir 40 años: ella solo tenía 17.
“Cuando lo conocí, yo creía que él era único. Pensé que sería un amor para toda la vida. Fue entre mis 17 y mis 23 años cuando me enamoré de él y no puedo decir que haya sido una persona que no amé y que no fue importante”, recordó Xuxa años más tarde. Los rumores de infidelidad del astro del Santos eran constantes pero él siempre negaba todo y había entablado una relación fuerte con los padres de la rubia.
En su autobiografía Xuxa admite que la diferencia de edad y la inexperiencia le jugaron en contra: “Fui traicionada locamente. Después de algunas fiestas, él aparecía con marcas de labial que no eran mías. Pero debía tomarlo como algo normal, ya que todas las mujeres querían estar con Pelé. Yo era muy joven y lo que él me decía lo tomaba como verdad absoluta. Naturalizaba sus traiciones. Hasta que llegó un momento en que no pude soportarlo. Nuestra relación no tenía futuro, para mí estábamos saliendo y para él era una más”.
Cuando Pelé murió, en 2022, ella selló la tregua con una emotiva despedida por Instagram: “A todos los que han estado del lado de Dico, mi abrazo afectuoso. Y que el dolor de la pérdida se convierta en buenos recuerdos para que el duelo sea menos pesado. Márcia, que Dios te dé la templanza que necesitas”
Jamás imaginó volverse un ícono infantil
A pesar de que estaba determinada a abandonar su perfil más sensual para poder estar al lado de Pelé, la belleza y el carisma de Xuxa eran innegables y pronto aparecieron las ofertas televisivas. Si bien hoy es imposible imaginarla lejos de los productos infantiles, lo cierto es que nunca fue su plan original“Hay varias generaciones que crecieron conmigo pero yo también crecí con ellos. En mis primeros años no sabía tratar a los niños, mi comportamiento dejaba mucho que desear. Hay momentos en donde por ejemplo reto a un chico diciéndole ‘gordo’… ¡pido disculpas desde el fondo de mi alma! Tuve que aprender mucho”, confiesa en el primer episodio de su serie documental.
Sin embargo, una vez que quedó claro que tenía vocación para este tipo de programas, se volvió imparable. No solo tuvo ciclos en Brasil sino que su show en Argentina se pasaba en toda América Latina y tuvo ediciones en España y Estados Unidos. A la vez, en los 90 Xuxa parecía tener el toque de Midas y todo lo que tenía su nombre era deseado por millones de niños y niñas. Ella misma reconoce que esto la llevó a una rutina que no era saludable y a comportarse como una diva tiránica, ya que la cadena Globo hacía cualquier cosa para retenerla.
Su gran amor fue Ayrton Senna
Xuxa nunca le escapó a los romances de alto impacto pero es posible que el amor de su vida haya sido uno que terminó en tragedia. En el pico de su popularidad como animadora infantil, Ayrton Senna se había obsesionado con ella y había movido todos sus contactos para que aceptara una cita con él.
“Llamó a todos los teléfonos de la cadena Globo para hablar conmigo, y cuando llegó allí dijo: ‘Mira, quiero conocerte’. No podía decir que no. Nos conocimos y en lugar de saludarnos nos tocamos con las manos, en lugar de besarnos nos olíamos, tenía un humor muy diferente”. El romance tuvo idas y vueltas pero duró casi cuatro años pero las carreras de los jóvenes, por entonces en pleno auge, volvieron muy difícil el vínculo.
De acuerdo con el corredor, en una conversación tras su ruptura, él quiso casarse y tener hijos pero “Yo corro en un auto que tiene un solo asiento y doy vueltas y vueltas a gran velocidad”, explicó. Cuando el 1° de mayo de 1994 perdió la vida en una pista de Imola, Italia, Xuxa sintió que una parte de ella también moría. Esa noche había cenado con Mercedes Sosa en Río de Janeiro y le dieron la noticia a la mañana siguiente, al despertar. Decidió comunicarse con Viviane, hermana de Senna, para transmitirle el pésame y sumarse al velorio. Su presencia dejó una mala impresión porque allí estaba también la novia de aquel entonces del corredor, que terminó pasando a segundo plano.
Se arrepiente de las paquitas
Parte del suceso de Xuxa y sus shows fue la batería de elementos pop que marcaron a más de una generación, como su nave espacial, la mascota Dengue… y las paquitas. Se trataba de un grupo de jóvenes bailarinas que la acompañaban en sus canciones y que fueron cobrando protagonismo propio, incluso sacando en Brasil su disco y haciendo presentaciones. En el caso de la Argentina, algunas paquitas se volvieron grandes estrellas, como Natalia Oreiro o Julieta Cardinali.
Sin embargo, la diva hoy se arrepiente de haberlas creado: “Yo venía a ser la muñeca, la niñera, la amiga de estos niños. Una Barbie de aquella época: ella venía con un autito rosa, yo con una nave espacial rosa. Pero estaba rodeada de gente igual a mí, madre santa, qué trauma les puse en la cabeza a algunos niños y niñas”. Sin diversidad, las paquitas demostraban los problemas de representación audiovisual en Brasil y América Latina.
En su serie documental, la diva reconoce sus culpas pero también apunta a Marlene Mattos, su manager y mano derecha de aquel entonces. En una dura conversación cara a cara, Xuxa le reprocha las denuncias de las paquitas, quienes fueron maltratadas y vivían bajo intensa presión si engordaban o no podían estar todo el tiempo sonriendo.
Dura, Mattos no negó las acusaciones sino que hasta se rió: “Ellas viven hasta hoy de ser paquitas. Yo las castigaba porque quería que sacaran buenas notas. No aceptaba que se sacaran menos de siete”. Xuxa le preguntó si era cierto que las obligaba a teñirse de rubio. “¡Claro, si eran una continuación tuya, ¡se teñían porque querían!”, respondió.
El impacto que tuvieron estas declaraciones en la sociedad brasileña motivó a Xuxa a producir un nuevo documental, esta vez basado en las Paquitas, que se estrenará a fines de este año.
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