Luca, el hijo de Matías Martin y Nancy Dupláa: "Tengo el privilegio de aprender de un grande, que es mi padre"
Tiene 17 años y se destaca como columnista en la radio; sueña con escribir cine y quiere ser locutor
“Es un bebé y al mismo tiempo es un monstruo“, había dicho Matías Martin el año pasado acerca de su hijo, en ocasión de entrevistar por primera vez al aire a su ex mujer, Nancy Dupláa , en la radio donde conduce Basta de Todo hace más de 15 años. En aquella ocasión, inevitablemente el conductor y periodista y la actriz trajeron a colación en la conversación al fruto que tienen en común: Luca Martín, de 17 años. Aunque es muy temprano para decirlo, el joven demuestra pasta para desenvolverse en radio - donde tiene una columna de cine, música y tecnología desde el año pasado como segmento del programa que conduce su padre-, inquietud, actitud y talento. ¿Nace una estrella?
-Este año terminás el colegio ¿Sabés qué vas a estudiar?
-De arranque, locución. Es un trabajo apasionante y me hace sentir increíble. Aparte de eso quiero ser guionista y escritor. Siento que las dos cosas son compatibles, que puedo hacerlo simultáneamente y que una cosa enriquece la otra. Escribir voy a escribir siempre. Ahora estoy con un largo y ya tengo escritos un par de cortos. Quiero escribir cine.
-¿Cómo empezó esa pasión?
-En la escuela hice un taller de guión y siempre fui fan de ver películas. Las miro y las analizo. He visto tres veces en un día la misma. La Naranja Mecánica, El silencio de los Inocentes, El resplandor. Adoro a los hermanos Coen. Los imito al escribir, su modo de escribir los diálogos me fascina, cómo captan lo dialógico, lo humano en ese intercambio. No hay nada que me apasione más y las vuelvo a ver para no perderme ni un detalle. De todos modos, mi verdadera pasión es con la palabra. Buscar la mejor forma de contar una historia loca o extraña y volverla realista. Usar la palabra para escribir cine, que es el lenguaje que amo, es lo que quiero de la vida.
-¿Y la columna en la radio, cómo surge?
-Es algo que siempre estuvo ahí, latente y surgió un día más concretamente, a través de recomendar cine, cultura moderna, música. Y empecé y funcionó, me sentí cómodo, siempre fui un caradura hablando, es algo que me sale fácil, lo disfruto realmente y el público me devolvió súper buena onda, así que estoy muy feliz por ahora. Lo hago ya hace un año.
-¿Cómo es la rutina de preparar lo que vas a decir?
-Hay un disparador, un tema, y tengo mucha libertad para recabar datos y hacer una especie de recorrido que le propongo al oyente. Muchas veces si es un tema que me apasiona lo tengo el lunes y la columna va el viernes, por eso la trabajo más y sino, tengo más básicamente lo que diré y es mucha improvisación. Siento que las dos cosas son válidas y enriquecedoras. Todo me sirve para aprender, la radio es como una gimnasia e ir largándose requiere probar distintas modalidades. Estoy en eso.
-¿Es fácil o difícil que papá sea el conductor del programa donde haces la columna?
-A veces es difícil porque estoy con alguien que es como una versión más grande de mí, pero por lo general es fluido. Quiero decir, con mi viejo hablo siempre, entonces se vuelve sencillo rebotar con alguien con quién desayunas y el diálogo ya es bueno. No son muy diferentes las conversaciones que tengo en la radio que las que tengo fuera, tengo confianza, esas son ventajas. Las desventajas por supuesto son que él tiene más ganado el lugar de haber llegado hasta ahí y yo empecé en una radio grande por ser el hijo de. Pero sinceramente no es el jefe, es el conductor y sé que si no tuviera lo necesario, tampoco estaría ahí. Ni él se quemaría.
-¿Es crítico con vos?
-No en el mal sentido, no va a tirarme la peor ni marcarme errores o ser exigente de más porque es mi padre, al contrario, tanto en la vida como en la radio mi papá sabe que con la ira no se resuelve nada, siempre es crítica constructiva. Y me la dice y como es positiva la recibo y aprendo. Sé que tengo el privilegio de aprender de un grande, es mi padre, que me ama, que amo ¿porqué renegar de eso? Mi viejo es un grande, siempre lo fue, no es sólo conmigo. En mi caso particular me apoya incondicionalmente, pese a mis miedos e inseguridades. Igual mi madre, siempre. Me trata de aconsejar, me manda mensajes cuando estoy al aire. Son mis grandes ejemplos y pilares. Ellos quieren mi felicidad, siempre y cuando yo sea feliz, me apoyan.
-¿Tenés directores o guionistas favoritos?
-Damián Szifrón, Martín Piroyansky, que aunque es muy joven escribe con un toque romántico muy interesante. Juan José Campanella, Pablo Trapero, Marco Bechis, hay mucho talento a nivel nacional. Me encantaría aportar lo mío. Creo que utilizar este tema de lo extraño puede funcionar muy bien acá.
-¿Te sentís cómodo al aire desde siempre?
-Hablar es algo que me gusta mucho hacer: hablo en clase, hablo en radio, hablo con la banda de rock que tengo (Bosco y los Caníbales) donde aparte de cantar, tocar bajo y piano, hago una especie de stand up previo a cada tema para presentarlo. Posiblemente me amen y me odien por eso. La palabra es lo mío.
-¿Cómo te manejas con la fama, que implica desde el prejuicio de ser el hijo de, hasta los fans, los haters...?
-Los adultos del medio me advirtieron bastante sobre los haters, gente que se dedica a putearte básicamente desde alguna cuenta falsa o verdadera quizá, pero se ensañan. Yo la verdad, he tenido algún comentario negativo pero no lo recuerdo. Me sorprendió la buena onda de la gente, comparten datos, me preguntan cosas, me disparan preguntas que me pongo a investigar, me han recibido con los brazos abiertos. Admito que la palabra “famoso“ no me encanta, pero es que no quiero ser conocido, yo quiero ser lo que amo y si eso me lleva a que lo vea la gente, bueno, viene con el combo.
-¿Un sueño?
-Dirigir o escribir un papel para Anthony Hopkins, aunque ya no creo que sea posible.
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