En un show gratuito y bajo las estrellas, el último fenómeno joven coronó su mejor año frente a más de 80 mil personas; crónica y fotos
Chano Moreno Charpentier sabe muy bien a qué juega. Como si hubiese estado años planeando el gran golpe, el cantante de Tan Bionica se monta sobre los primeros latidos de "Pérdida" y se enciende como el intérprete de su propia fábula, una empresa calibrada para entretener, agradar o enamorar. Con la estirpe de un galán de TV, movedizo y gesticulador, el carisma de este treintañero en sorpresivo estado de gracia transforma una tibia noche de estrellas en un mar ardiente de histeria y gritos. Sobre el predio de Figueroa Alcorta y Pampa inundado por más de 80 mil personas, y sostenido por una banda correcta y dúctil, Chano hará lo que sea suficiente para satisfacer a la multitud: desplegará su acotado pero efectivo kit de éxitos pop ("La suerte está echada", "Loca", "Beautiful"), tocará a solas con su guitarra "Blackbird" de los Beatles, o se dirigirá al público para mostrar que todavía, en medio de un año de puro vuelo, conserva los pies sobre el suelo: "Hace tres años yo trabajaba en un restaurante que queda justo ahí enfrente", dirá señalando por sobre la multitud para intentar transmitir su emoción. "Todo esto que nos pasa es gracias a ustedes".
Después de la edición de su segundo disco, Obsesionario (2010), Tan Bionica experimentó en tan sólo un par de temporadas un crecimiento profundo y sostenido, depositándolos sobre un 2012 impensado: llenaron tres Luna Park, le pusieron música a Graduados -la tira argentina más vista del año- y llegaron hasta Lisboa para tocar en Rock in Rio. Por eso, esta noche, en su show más convocante del año, la banda termina de testear en grande su fórmula de electro-rock digerible, con mensaje simple y lineal, vertido desde la garganta de un chico sensible que nunca deja de cantarle al amor. Una fórmula de seducción masiva, comprada por un público joven y de mayoría femenina. Y Chano eso lo sabe muy bien, por eso siempre seduce y extiende lazos. "¡La verdadera fuerza que controla esta ciudad se llama 'Piberío biónico'!", dirá envalentonado para luego soltar polémica: "Tan Bionica es una generación que se manifestó sin prender ninguna bengala".
Recostados sobre el pulso sostenido de la base rítmica a cargo de "Bambi" Moreno Charpentier -en bajo- y Diego Lichtenstein -en batería-, más los matices pomposos desde los teclados de Germán Guarna, la pendiente final del show se vuelca de lleno a la pista, desglosando el costado bailable de la banda, uno de sus terrenos favoritos. Suenan "La comunidad" y "El duelo" -de su último disco-, encarnan el cover de New Order "Bizarre Love Triangle", y decretan el final con "Ciudad mágica", single adelanto de su próximo material con fecha de lanzamiento para el año próximo. Para cuando se termina "Obsesionario en La mayor", el único bis de la noche, los integrantes de Tan Biónica saltan, festejan y posan frente a las cámaras con toda esa multitud de fondo, como inmortalizando el desenlace de un año surreal.
Por Juan Barberis
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