La empresa de autos eléctricos que entró en quiebra, vendió coches defectuosos y desafía a la ley
Se trata de una compañía que solo fabricaba vehículos eléctricos y prometía revolucionar el mercado con sus modelos; todos los detalles de esta fallida consagración
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La compañía de autos eléctricos Fisker, que alguna vez prometía revolucionar el mercado, se encuentra en medio de una tormenta financiera y legal que la llevó a la bancarrota. Tras varias fallas en sus vehículos y la emisión de múltiples llamados a revisión, la empresa enfrenta serios problemas legales con las autoridades de Estados Unidos y la justicia federal, que cuestionan sus planes de manejo de esta crisis.
Fisker presentó una solicitud de protección por bancarrota en junio de 2023, luego de meses de problemas económicos y defectos mecánicos en su vehículo estrella, Ocean. Desde el lanzamiento del modelo SUV, la empresa emitió varias alertas de retiro para corregir problemas graves en su flota, entre ellos un fallo en la unidad de control del motor que podría provocar la pérdida de potencia de conducción, inconvenientes con las luces de advertencia y fallas en los tiradores de las puertas que podrían atascarse y no abrir.
Además de estos errores, otros ejemplares del Ocean 2024 también presentaron problemas con el sistema de frenado regenerativo y fallas en la bomba de agua, lo que incrementó las preocupaciones sobre la seguridad de los vehículos en circulación.
La insólita respuesta a los reclamos de los clientes
Uno de los aspectos más controvertidos del plan de Fisker para afrontar los problemas mecánicos de sus vehículos fue la propuesta de que los clientes cubrieran los costos de las reparaciones de los autos defectuosos, informó Reuters. Este enfoque generó una rápida respuesta por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglpes), que calificó a esta estrategia como ilegal.
Según la ley de seguridad vehicular del país norteamericano, las compañías están obligadas a reparar sin costo alguno los defectos de fábrica cuando estos se detectan y se emiten alertas de retiro.
La dependencia estatal subrayó que Fisker no puede transferir a los consumidores la responsabilidad económica de corregir estos defectos, ni tampoco ofrecer reembolsos posteriores a aquellos que pagaron de su bolsillo por las reparaciones, ya que esta práctica también violaría la normativa vigente.
¿Qué dicen las autoridades?
Además de las dificultades mencionadas, Fisker enfrenta una investigación por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), señaló dicha agencia de noticias. En concreto, la entidad estudia el plan de liquidación de la compañía, con especial atención a la preservación de los registros corporativos y la transparencia del proceso. La SEC busca determinar si la firma estadounidense ha gestionado adecuadamente su situación de insolvencia y si ha cumplido con las obligaciones legales correspondientes.
A esto se suma una demanda presentada por el arrendador de la sede de Fisker en La Palma, California, quien acusa a la empresa de haber dejado las instalaciones en un estado de abandono, con residuos peligrosos y materiales no retirados. Las imágenes que acompañan la denuncia muestran un espacio lleno de basura y restos de los modelos de vehículos Alaska y Rōnin, que nunca llegaron a producirse.
El futuro incierto de Fisker
Aunque Fisker logró captar la atención en el mercado de autos eléctricos durante la década pasada, la posibilidad de que la compañía pueda seguir operando es mínima. Su quiebra deja un vacío en el sector automotriz, aunque sus problemas también destacan los desafíos que enfrentan las nuevas empresas en este mercado tan competitivo y regulado.
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