Renato Gaúcho, el DT que prepara al Fluminense para matar monstruos
Tiene el espíritu festivo del brasileño de a pie. Se ha peleado con molinos de viento, pero acaba de matar a un monstruo gigante. Renato Portaluppi, alias Renato Gaúcho, ha...
Tiene el espíritu festivo del brasileño de a pie. Se ha peleado con molinos de viento, pero acaba de matar a un monstruo gigante. Renato Portaluppi, alias Renato Gaúcho, ha puesto al Fluminense a soñar en grande.
Tras derrotar 2-0 al Inter de Milán, subcampeón de la Champions, Portaluppi intentará guiar al Tricolor hacia las semifinales del Mundial de Clubes cuando choque en Orlando el viernes con otro matagigantes, el Al Hilal, que venció 4-3 al Manchester City de Pep Guardiola.
Renato no es un técnico de manual que viste de terno al borde del gramado, o que necesariamente lleva el buzo del equipo. Puede aparecer con una camiseta de cuello deformado o en jeans y camisa.
Es feliz en una playa o en la mesa de un bar de Rio de Janeiro, y también lo es en el banco, dando indicaciones a su equipo. Y es alguien que conoce el sabor de la gloria.
Es el único brasileño que ha ganado la Copa Libertadores como jugador (1983) y como entrenador (2017), en ambas ocasiones con el Gremio de Porto Alegre, en Rio Grande do Sul, el estado que lo vio nacer hace 62 años y donde es leyenda.
Laureado y criticado
Ganó la Recopa Sudamericana en 2018 como DT del Tricolor Gaúcho y antes fue el autor, desde la cancha, del doblete con el que los de Porto Alegre conquistaron su única Copa Intercontinental, al imponerse 2-1 ante Hamburgo en 1983.
Como entrenador, además de poseer varias conquistas locales, estuvo en otras dos finales de la Libertadores: subcampeón con Fluminense en 2008 y con Flamengo en 2021. Esta última, perdida ante Palmeiras en Montevideo, le valió la separación del cargo y críticas por su forma de ver el fútbol.
"Cuando ganamos, todos somos buenos, cuando perdemos, no somos", dijo el lunes al reflexionar sobre el triunfo ante el Inter.
En Brasil, se le ha cuestionado por supuestamente tener carencias tácticas como entrenador y por ejecutar entrenamientos pasados de moda.
Él se defiende en el campo con una propuesta ofensiva, que privilegia el buen trato del balón, y comparte sus conocimientos empíricos, logrados como un recordado extremo, con paso por la selección brasileña y AS Roma, apenas con sus dirigidos.
Defiende a capa y espada el talento de los futbolistas brasileños, pero también la capacidad de sus técnicos, poco solicitados en el exterior.
"Dicen que Renato es esto, aquello, que mezcla el fútbol, que Renato no entiende la parte táctica. Lo que más entiendo es la parte táctica, pero no tengo que dar explicaciones (a la prensa)", aclaró.
"Yo intercambio ideas con mi grupo. La gente habla, no conocen de mi trabajo, en fin. Sé de mi capacidad y del grupo que trabajo y entiende mi forma de trabajar", sostuvo.
Pícaro
Es dueño de una lengua sin recato y una criticada picardía.
Por ejemplo, se llevó una amarilla este lunes por estorbar un saque lateral del Inter y, hace cuatro décadas, se perdió el Mundial de 1982 por irse de fiesta.
Hace alarde de su testosterona -asegura haber salido con 5000 mujeres- y no esconde su apoyo al expresidente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro.
Pese a la imagen de bohemio que proyecta, sabe de su responsabilidad, especialmente tras asumir de nuevo a un Flu, en abril, que el año pasado se salvó de descender.
Después del empate contra el Mamelodi Sundowns (0-0), que puso al Flu en octavos de final, muchos prefirieron salir a celebrar en Miami.
Pero él se quedó a ver el juego del Inter contra River Plate, en el que los nerazzurri vencieron 2-0, en el cierre de la fase de grupos, pese a que su hija le pidió que fueran a cenar.
"Allí los estudié bien, pensé bastante esa noche y el esquema que iba a utilizar de tres zagueros", explicó.
Los subcampeones de Europa juegan con un planteamiento 3-5-2, el mismo que Renato colocó en campo, liderado por el veterano central Thiago Silva, para buscar una disputa hombre a hombre.
"Sabía que tenía que mudar el esquema, hacer un equipo espejo (que copia el esquema del rival) y levantar la altura de mi escuadra", explicó sobre un cambio que le ha valido palmas en Brasil.
De instalar al Tricolor en la ronda de los cuatro mejores, el desparpajado entrenador brasileño podría tener una revancha ante el Palmeiras, su verdugo en la Libertadores de 2021.
Cariocas y paulistas podrían citarse en semis si vencen sus complicados duelos de cuartos. El Verdão se medirá al Chelsea el viernes en Filadelfia.
"No se puede competir (con los europeos) en la parte financiera, pero dentro del campo somos once contra once", sostuvo. "Creemos en el fútbol brasileño".
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