Ni la Patagonia ni el Norte: la cascada más alta de Buenos Aires que parece salida de un sueño
Este tesoro natural en el río Quequén Salado emergió del anonimato; ofrece una experiencia de naturaleza virgen y actividades al aire libre a tan solo 537 kilómetros de la Ciudad
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La provincia de Buenos Aires alberga tesoros naturales que, a menudo, permanecen desconocidos para el público masivo. Tal es el caso de la Cascada Cifuentes, un impresionante salto de agua que ostenta el título de ser el más alto de toda la provincia. Situada sobre el río Quequén Salado, en el partido de Coronel Dorrego, esta maravilla natural comenzó a ganar notoriedad al cautivar a visitantes con su entorno prácticamente virgen y sus múltiples posibilidades para la conexión con la naturaleza.

El sitio experimentó un notable aumento de visibilidad en los últimos días, transformándose en un fenómeno viral en las plataformas digitales. Hace un tiempo, la usuaria @AndyMagnetti compartió un video del salto de agua en el que brindaba detalles sobre “las tan poco nombradas Cascadas Cifuentes”. En un lapso breve, las imágenes superaron las 50.000 reproducciones y generaron una oleada de comentarios positivos de usuarios que elogiaron el singular paisaje bonaerense, contribuyendo a sacar a este paraje de su relativo anonimato.
Para llegar a la Cascada Cifuentes, los interesados deben tomar la ruta nacional 3 hasta el kilómetro 532, en el partido de Coronel Dorrego. Desde ese punto, se accede a un camino rural de ripio que se extiende unos 4 kilómetros hacia el sur. Finalmente, una corta bajada a pie permite alcanzar el destino. La zona se encuentra debidamente señalizada para facilitar la orientación de los visitantes, que se aventuran a descubrir este rincón escondido de la provincia.
En 2023, Luciana Álvarez, Licenciada en Turismo y responsable por entonces del Área de Turismo de Coronel Dorrego, habló con LA NACION y destacó la sorpresa que genera este accidente geográfico: “Es un atractivo que en los últimos diez años aproximadamente fue descubierto por miles de visitantes, principalmente de la provincia de Buenos Aires y de otros puntos del país. Lo que sorprende del paisaje es encontrarse con un salto de agua tan imponente que irrumpe en medio de la llanura pampeana”. Esta descripción subraya la singularidad de la cascada en un entorno geográfico dominado por la planicie.
El nombre de la cascada honra al propietario original de las tierras, Cifuentes, aunque también es conocida por la denominación de Cascada de Aldaya. La altura de los saltos de agua puede variar entre los 5 y los 8 metros, según el caudal que arrastre el río Quequén Salado, un rango que la consolida como la más alta a nivel provincial. El entorno inmediato al río es rocoso, contrastando con la zona de bosques que lo rodea, creando un microclima ideal para diversas actividades al aire libre.

Entre las opciones que ofrece el lugar, se destacan la pesca, el trekking y algunas actividades acuáticas como el kayakismo. Sin embargo, es fundamental aclarar que no está permitido nadar debido a la ausencia de guardavidas. Esto resalta la importancia de la seguridad y el respeto por las normativas del sitio.
Los visitantes que caminen por el costado del río durante unos minutos pueden descubrir “la Isla”, una porción de tierra en medio del Quequén Salado, que ofrece una rica diversidad de vegetación y es un punto privilegiado para el avistaje de aves. En este lugar se pueden observar desde pequeñas aves hasta loros, gansos y distintas variedades de patos, incluido el maicero, barcino, cuchara y colorado, entre otros. Este ecosistema también es ideal para un safari fotográfico, con posibilidades de avistar fauna local como el zorro gris de las pampas, carpinchos y ñandúes. En cuanto a la pesca, las aguas cercanas al salto de agua son hogar de especies como dientudos, pejerreyes, bagres, chanchitas y mojarras plateadas.
El encanto agreste de la Cascada Cifuentes, aunque atractivo, implica una infraestructura limitada para los visitantes. Para encontrar servicios como oferta gastronómica, el punto más cercano es el paraje Puente Viejo, ubicado a unos 10 kilómetros al sur. Allí, se dispone de “un parador, fogones, parrillas, y también un operador turístico que ofrece actividades de multiaventura como trekking, kayak, tirolesa, cabalgatas, etc.”, detalló Álvarez.

La bella y casi secreta Cascada Cifuentes se encuentra a unas 6 horas y media de la Ciudad de Buenos Aires, a 537 kilómetros por la ruta 3. No obstante, la región ofrece otros atractivos notables. En las cercanías de este paraje, en dirección hacia la costa atlántica, se encuentran otras gemas turísticas a lo largo del Quequén Salado, como la Cascada La Escondida, el ya mencionado Puente Viejo, la Cueva del Tigre, el paraje Elvimar y, finalmente, la villa balnearia Marisol, completando una oferta turística diversa para quienes exploran esta parte de la provincia.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por Germán Wille
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