Construida en 1902, Beroki probablemente haya sido originalmente propiedad de un pescador de origen vasco y hoy guarda un secreto detrás.
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Entre el campo y el mar, el singular peñón sobre el que se posa La Pedrera, antiguo balneario del departamento uruguayo de Rocha, crea ese balcón natural que es su famosa rambla, donde se hicieron las primeras casas. Y parece mentira, pero aún quedan algunas, como Beroki.

Habrán pensado en todo eso los arquitectos Pablo Vodopivec y Martín Papanicolau, al frente de Pap.Vodo Arquitectura, cuando la familia que la compró los convocó para refaccionarla: “Decían que nos teníamos que ir para arriba porque estábamos frente al mar y no lo veíamos, pero nosotros no queríamos hacer una casa nueva”, cuenta Candy, flamante propietaria junto con su marido y sus cuatro hijos. Tan convencidos estaban los arquitectos que igual diseñaron el proyecto. Medio año después, sonó el teléfono: “Bueno Vodo, hagamos lo de arriba”, se oyó.

La casa histórica

El cartel sugiere el pasado de esta casa que nació con el siglo XX: “Beroki” quiere decir “abrigo” en euskera. Quién sabe, tal vez su primer habitante o quien la llamó así haya sido un pescador de origen vasco.

Las aberturas centenarias son una proeza en una casa de mar. “La madera no es amiga del salitre y los herrajes se deterioran año tras año si no son de bronce”.

Una galería divina

El lateral con aberturas de demolición da reparo sin tapar la vista y conserva la magia. Una solución ingeniosa para que el viento de mar no haga volar todo durante los almuerzos.

Espacio de transición por excelencia, la nueva galería es otro sector de reunión al aire libre. Los muros encalados forman un generoso asiento de aire mediterráneo que balconea sobre el jardín con frondosos ibiscus y palmeras.

Elevarse para ver el mar

El gran ambiente del primer piso incluye, además del living, una cocina con este comedor integrado. Ida y vuelta por la Interbalnearia, los dueños fueron comprando muebles y materiales y conociendo a su gente. Entre ellos, Gerardo, el proveedor de estos robustos listones de 3 pulgadas con los que armaron la mesa.
Transitar entre la modesta vivienda de 1902 y la parte nueva -elevada y con vista al mar- tiene algo de simbólico: “A veces bajo simplemente para estar con los pies en la tierra, y también porque me atrae la atmósfera de lo antiguo”, confiesa la dueña.
La parte nueva

En uno de los nuevos volúmenes de líneas puras y apenas asomado sobre las tejas de la casa histórica, el living brinda una panorámica inmejorable del océano.

¿Cómo equiparar el encanto de la construcción histórica? Con vistas, memorias y elementos como el machimbre, signo inconfundible de sencillez playera, grandes aciertos de Pap.Vodo Arquitectura.

"El mar abierto te abraza en toda la Rambla". Según los rochenses, ese es uno de los secretos de este famoso paseo bordeado por un rosario de pilares de cemento; el otro es esperar aquí la salida de la luna o del sol.
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