La vida de la pareja que hace 20 años vive en medio de una rotonda: “Puede ser un desafío”
Los Howatsons experimentan desde hace dos décadas una particular situación, cuando su hogar quedó en medio de la autopista
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Ruido. Autos. Una autopista y, en el medio, una casa. En 1960, cuando Clwyd Howatson y su esposo, Anwen, se mudaron a su hogar en Denbighshire, Gales, Reino Unido, el área era un vecindario normal y las cosas fueron bastante rutinarias durante aproximadamente dos décadas, hasta que las autoridades golpearon su puertapara decirles que allí donde habían construido una vida, necesitaban crear una rotonda. Pero el matrimonio se negó a irse, y, asombrosamente, la obra los rodeó.
Para cualquier persona, la idea de vivir en medio de una autopista suena como una pesadilla. Según la pareja, cada vez que cuentan su historia, la gente tiene dos preguntas para hacerles: ¿cómo entrás a tu casa? y ¿es ruidoso? Como explicó Clwyd al medio Wales Online, la primera pregunta se explica por sí sola: la casa tiene una salida directa a la autopista. En cuanto a la segunda, dijo: “No, el ruido no es tan terrible. Diría que es como vivir junto a cualquier calle, pero no es tan malo, tenemos doble acristalamiento, así que no es algo que nos moleste y la calle solo se llena mucho en las horas críticas, que es solo unas pocas veces un día”.
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Contrario a lo esperado, lo que menos les gusta de su particular estilo de vida es tener que ingresar a la casa mediante la autopista. “Salir de la rotonda puede ser un desafío. Cuando las personas están en una rotonda, no esperan que alguien salga de la rotonda en sí, por lo que tenemos que mirar varias veces antes de ingresar”, agregaron. Además, cuando un auto baja la velocidad para que ellos pasen, ponen en riesgo de que otro los choque por atrás.
Otro verdadero desafío es pedir delivery. “Compartimos el mismo código postal que las casas que nos rodean, por lo que los conductores pueden tardar un tiempo en darse cuenta de que la casa está en la rotonda si no lo han hecho antes”, explicó. “Normalmente cuando damos instrucciones está bien, pero termino diciendo: ‘No, no, no estamos cerca de la rotonda, estamos, literalmente, dentro de ella’. Y siempre suenan un poco dudoso hasta que llegan aquí”.
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En cuanto a los choques, Clwyd dice que han tenido suerte a lo largo de los años y no han visto nada grave, aunque hubo algunas ocasiones cuando se construyó la rotonda por primera vez, en las que la gente de alguna manera se las arreglaba para rodearla por el camino equivocado.
En lo que depara el futuro, Clwyd dice que pueden considerar mudarse en algún momento cuando sean mayores, pero no tienen planes en este momento y esperan que la casa permanezca en la familia en los años venideros. “He vivido en la rotonda durante más de 40 años, así que esto es prácticamente todo lo que conozco”, dijo Clwyd Howatson a NorthWalesLive. “No tenemos que preocuparnos por ningún vecino, pero la vida en la rotonda a veces se llena, especialmente cuando los nietos se quedan a dormir”, agregó.
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