La trastienda de la furia de Ritondo con Menem por el pacto con el PJ y la reacción de Macri
En Pro sabían de antemano que La Libertad Avanza negociaba con el kirchnerismo para cubrir los cargos vacantes en la AGN; buscarán frenar la jugada en la Justicia y amenazan con condicionar el quorum y el apoyo legislativo en 2026
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Cristian Ritondo se enteró horas antes de que comenzara la sesión convocada en la Cámara de Diputados para tratar el presupuesto 2026 y la ley de inocencia fiscal de que el gobierno de Javier Milei habían iniciado una negociación subterránea con el peronismo para cubrir los cargos vacantes de la Auditoría General de la Nación (AGN).
El aviso no llegó desde las filas de La Libertad Avanza (LLA), el aliado de Pro en los principales distritos del país durante las últimas elecciones de medio término. Para sorpresa de los jefes del espacio fundado por Mauricio Macri, fueron los propios representantes del peronismo en el Congreso quienes los alertaron de que estaban a punto de cerrar un trato con el Gobierno para designar a tres auditores en el órgano de control.
Ritondo y los suyos no estaban dispuestos a soportar otro mal trago. De inmediato, activaron contactos con juristas y constitucionalistas para analizar la legalidad de la maniobra. Después de que Patricia Bullrich, con el beneplácito de los Milei, sedujera a diputados que integraban la bancada de Pro para que se mudara a las filas de LLA o que la Casa Rosada aceptara, a regañadientes, incluir a último momento una clausula ligada a la coparticipación porteña para atender el reclamo de Jorge Macri, los popes del partido amarillo vieron cómo se caía la chance de colocar a Jorge Triaca, exministro de Trabajo de Cambiemos, en la AGN. “¿Le van a pagar a los gobernadores con lo que tenían acordado con nosotros?”, bramó uno de los integrantes del bloque del macrismo cuando se enteró de la jugada. En rigor, las charlas para nombrar a los auditores comenzaron hace dos años y estaban estancadas. Para los macristas, la Casa Rosada había asumido el compromiso de que uno de los tres cargos vacantes sería para Pro, el aliado fundamental que tuvo Milei en el Congreso desde diciembre de 2023. “La relación con el Gobierno está rota y el responsable es Martín Menem”, lanzaron desde el seno de la bancada que conduce Ritondo. Disgustados, amenazan ahora con condicionar el quorum y el apoyo legislativo en 2026.
Con el correr de las horas, Menem, titular de la Cámara de Diputados y uno de los laderos fieles de Karina Milei, le confirmó a Ritondo las conversaciones con el kirchnerismo por la conformación de la AGN y que estaban contemplando avanzar con ese plan. “Si lo hacen, vamos a patear todo y denunciar esto”, advirtieron los jefes de Pro. En concreto, como expresó Ritondo durante su airado discurso en el recinto, consideran que el Congreso no puede designar en sesiones extraordinarias -el temario lo fija el Ejecutivo- a sus representantes en la AGN, un organismo de asistencia técnica que tiene autonomía funcional. “¿Qué nos digan en qué artículo de la Constitución los autoriza a hacer esto?”, bramó Ritondo, que estaba furioso con Menem.

La desesperación de los libertarios pasaba por asegurarse que la oposición no rechazara el artículo 75 del Presupuesto, que proponía derogar las leyes de financiamiento universitario y de emergencia en Discapacidad. Por eso, buscaron cautivar a los gobernadores del norte, como Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca) o Hugo Passalacqua (Misiones) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), con una silla en el organismo de control. La elegida de ese grupo era Pamela Calletti. Para garantizarse los votos, LLA debía pactar con Unión por la Patria, que terminó proponiendo a Juan Forlón, del riñón de Máximo Kirchner. Los libertarios, en tanto, se quedaron con el tercer lugar y pusieron a Mónica Almada. “Vinieron como la renovación y se han vuelto la casta más pragmática”, se quejó un referente de Pro en el Congreso.
Finalmente, el plan del Gobierno no resultó. La oposición volteó el capítulo XI del Presupuesto -el que más le importaba a Milei, ya que derogaba la ampliación del régimen de zonas frías, la movilidad del régimen de asignaciones familiares o prorrogaba la emergencia en salud pediátrica- y la relación con Pro, que tiene doce diputados, quedó quebrada. “Rompieron el vínculo de confianza y eso es muy complicado. Volvimos a foja cero”, se lamentan en el macrismo. No es la primera vez que la comunión política entre libertarios y Pro queda al borde del precipicio: la batalla porteña del 18 de mayo o la caída de ficha limpia fueron un punto de quiebre, pero ambos bandos apelaron al pragmatismo para disimular sus diferencias y converger en las listas en los distritos más relevantes.
Todo cambió, sienten en Pro, después de que Milei se impuso con comodidad en las legislativas. “La verdad es que desde el 26 de octubre, nos cagan siempre a nosotros”, se sinceró uno de los altos mandos del macrismo.
Por estas horas, Ritondo aceleró los contactos con constitucionalistas y los especialistas que asesoran a Pro en materia judicial para confeccionar una estrategia y denunciar la maniobra del oficialismo en los Tribunales. “Vamos a ir hasta la Corte Suprema para demostrar que hicieron un papelón”, amenazan. Incluso analizan la chance de presentar una denuncia penal contra Menem por abuso de autoridad.
En Pro apuntan contra el sector del Gobierno que reporta a Karina Milei. Es decir, Martín y Eduardo “Lule” Menem. De hecho, creen que el ministro del Interior, Diego Santilli, no estaba al tanto de la movida. Está claro que Santilli volvió a quedar en un lugar incómodo, como ocurrió durante el escándalo por la sesión de la Legislatura bonaerense en que se aprobó la autorización a Axel Kicillof para que tomara nueva deuda y LLA denunció un pacto de Pro con el PJ por los cargos en el Banco Provincia. A diferencia de Bullrich o Diego Valenzuela, dos conversos al mileísmo, Santilli no se fue de Pro. En los últimos días había articulado con Ritondo para incluir la cláusula sobre la coparticipación porteña, que se cayó por el rechazo al capítulo XI. “Hicimos todo los que nos pidió Diego”, dice un macrista con llegada a Balcarce 50.
En la cúpula de Pro no ocultan su despecho. Consideran que Menem privilegió a los gobernadores en lugar de cuidar los lazos con el bloque macrista, que había apoyado sin reparos el presupuesto y la ley de inocencia fiscal. Es más: solo el larretista Álvaro González se desmarcó para no apoyar el polémico artículo 75 y eligió ausentarse en ese momento de la votación en particular. “La foto es muy mala para el Gobierno. Terminaron solos en el recinto, votando con los K y haciendo una jura a las tres de la madrugada”, cuestionan.
Incluso hubo charlas reservadas con la rama interna del Ejecutivo que comanda Santiago Caputo, principal consejero de Milei y detractor de los Menem. “Saben que salió mal y que esto les va a traer quilombo. Le dejaron un presupuesto deficitario al Presidente”, se jactan en Pro. En la Casa Rosada hay quienes admiten en voz baja que la ecuación de LLA no resultó. “Da la impresión de que algo salió mal”, comentó un asesor del Gobierno.
La reacción de Macri
Mauricio Macri, entre tanto, se interiorizó sobre el nuevo desplante de Milei. Desde la última cena en Olivos –que se produjo en medio de la salida de Guillermo Francos y la llegada de Manuel Adorni-, el diálogo con el Presidente quedó cortado. Para el titular de Pro, lo ocurrido durante en la madrugada en Diputados afecta la calidad institucional del país y deteriora aún más la confianza de la Argentina en el exterior. Desde hace tiempo, Macri insiste en que el Gobierno no puede descuidar la institucionalidad si procura generar seguridad jurídica para atraer inversiones.
En Pro están convencidos de que el Gobierno cometió un grave error al descuidar la relación con su principal aliado parlamentario. Frente a su electorado, están sin margen para no apoyar la reforma laboral. Pero aseguran que cuando LLA los vuelva a necesitar el respaldo “no será automático”. “Tienen 95 diputados y es mucho, pero les faltan 35”, deslizan los macristas, mientras intentan digerir otro mal trago. Es más: afirman que ahora el oficialismo tendrá que reunir el quorum con sus gobernadores aliados del norte.
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