
Violencia de género
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El empresario Jorge Neuss tenía 15 armas a su nombre. Una de esas, el revólver calibre .357 Magnum con el que asesinó a su esposa, Silvia Saravia, y luego se suicidó, en la suite matrimonial de la casa que compartían en el country Martindale, de Pilar.
Con respecto a la investigación del móvil del femicidio ocurrido el sábado pasado al mediodía, se pudo saber que los técnicos de la Policía Científica bonaerense realizarán pasado mañana la apertura de los teléfonos secuestrados en la escena del crimen con el objetivo de analizar los mensajes guardados en las distintas aplicaciones y, así, tratar de establecer si existe algún indicio sobre una eventual situación de violencia que pudo haber sufrido Saravia. No se descarta que, en esa tarea, enfrenten dificultades que podrían ser insalvables: ambos son iPhone y la empresa norteamericana tiene por norma denegar las peticiones de desbloqueo remoto de los equipos de sus clientes, incluso ante un pedido judicial.
Según fuentes de la investigación, el revólver .357 fue hallado con seis cartuchos sin usar y dos vainas servidas en su tambor de ocho alvéolos. Uno de los dos proyectiles que faltan fue encontrado en el cuerpo de Saravia. Mientras que el proyectil que se disparó el empresario fue hallado incrustado en el techo de la habitación.

Hasta el momento la causa está caratulada como femicidio y suicidio, y la fiscal de Unidad de Violencia de Género de Pilar, María José Basiglio, siguió escuchando a los testigos con el objetivo de establecer cuál fue el móvil del femicidio.
A partir de la reconstrucción del sangriento episodio realizado por los investigadores se determinó que Saravia llegó la lujosa casa de Martindale después del mediodía y que se produjo una discusión con su esposo en la suite.
Posteriormente, a través de las autopsias se determinó que Saravia se había defendido del ataque de su esposo, que después de forcejear con ella y de dominarla, tomándola del pelo, le apoyó detrás de la oreja el .357 Magnum y le disparó; luego del femicidio el empresario retrocedió unos pasos y, parado en el vestidor, se quitó la vida con el mismo revólver.




