Un golpe con una pava, clave para encontrar a un homicida
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El 5 de julio pasado, Paulo Álvarez Celán, alias Patas Cortas, de 29 años, fue arrestado en Mendoza, acusado de haber asesinado a Rodrigo Miliotto, un verdulero de 41 años que recibió un tiro en el cuello mientras perseguía a dos delincuentes que le habían robado la billetera poco antes, en su comercio. Según los testigos, Miliotto corrió tras dos jóvenes y alcanzó a golpear a uno en la cabeza con una pava eléctrica. La sangre de esa herida fue la clave para resolver el caso.
Las gotas de sangre, que no pertenecían a la víctima, fueron obtenidas en la escena del crimen y luego cotejadas con el sistema informático Codis, lo que condujo a una coincidencia directa con Celán, cuyo material genético ya estaba almacenado en el índice policial.
Sobre la base de esta evidencia, Celán fue imputado por el fiscal Gustavo Pirrello por los delitos de homicidio criminis causae y robo agravado por el uso de arma de fuego, y ya se encuentra detenido. Celán tiene varios antecedentes policiales en Mendoza, desde robo simple hasta violencia de género.
Este caso muestra cómo las bases de datos y los procedimientos para subir perfiles genéticos son esenciales para atrapar delincuentes.
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