Angelina I., de 12 años, recibió el impacto del proyectil la Nochebuena en Villa Sarmiento, Morón; Fernando Navarro, profesional del Hospital Alemán, dio su punto de vista en LN+ y enfatizó: “Lo primero que hay que preservar hoy es la vida”
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Angelina I., la niña de 12 años que recibió el impacto de una bala perdida durante la Nochebuena en Villa Sarmiento, Morón, continúa internada en estado crítico en un sanatorio de Ramos Mejía. La víctima había salido con su familia a la puerta de su casa para ver los fuegos artificiales cuando ocurrió el hecho.
En su visita a LN+, el neurocirujano Fernando Navarro sostuvo que “una herida con arma de fuego en el cráneo es muy grave porque implica una alta mortalidad”, aunque -diferenció- “los niños tienen mejor pronóstico” que los adultos.

“Muchas veces no se puede extraer la bala cuando está alojada en el cerebro, porque es un órgano muy delicado”, explicó el profesional. “Las distancias en el cerebro son muchísimas: un centímetro es algo grande. Además, hay estructuras muy delicadas y nobles, por eso es mejor dejar la bala ahí”, detalló.
Qué es una “toilette quirúrgica”
Al referirse al procedimiento que requiere un caso así, Navarro sostuvo: “Lo primero que se hace es estabilizar al paciente. Lo que nosotros llamamos una “toilette quirúrgica”, que es limpiar la zona de entrada del proyectil para que no se infecte. Y desde allí evaluar la evolución del cerebro".
Según el experto del Hospital Alemán, “el cerebro, como muchas partes del cuerpo, al recibir un impacto de arma de fuego, que tiene mucha inercia, se inflama. Y al estar alojado en una cavidad como el cráneo, hay que abrir para que disminuya la presión”.

Las posibles secuelas
Si bien en su visita a LN+ el profesional insistió en que es muy prematuro dar un veredicto sobre la evolución de la niña de 12 años, Navarro subrayó: "Que haya o no secuelas depende de múltiples factores, el cerebro es un órgano muy sensible y específico“.

“De acuerdo al riesgo beneficio de la cirugía, muchas veces se evalúa encapsular el proyectil”, apuntó Navarro, y aclaró: “Extraer la bala es muy complicado. En el momento agudo se la suele dejar: esto es minuto a minuto”.
La edad como esperanza
En su análisis, Navarro dejó entrever un poco de luz al final del túnel. “Pese a la gravedad del cuadro, lo positivo de este caso es que se trata de un paciente joven. Los niños tienen mayor plasticidad neuronal. Por ejemplo, un paciente de 2 años se recupera, en líneas generales, mucho mejor que un adulto: tienen mejor pronóstico”, graficó.
Por último, el médico hizo referencia a una frase muy utilizada entre sus colegas: “A nosotros nos gusta decir ´tiempo es cerebro´”.
“El disparo salió de un calibre 38 o de una 9mm”
Para ahondar sobre el caso, el licenciado en Criminalística, José Díaz, también visitó los estudios de LN+. Desde su óptica, “el disparo salió de una pistola calibre 38 o de una 9mm”.
Sobre el recorrido del proyectil, apuntó: “Un arma de fuego de este tipo de calibre va a mantener una linealidad, que se llama tiro efectivo, de 30 a 50 metros, luego, lentamente, empieza a caer. Todo esto se puede calcular. Entonces esto te da una zona desde dónde pudo haber sido disparada la bala”.

“El arma no es el inconveniente, sino más bien el uso que se le da, que, en este caso, se le dio un uso caracterizado por la marginalidad”, analizó el experto.
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