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Los que tienen de amigo a un hijo de dentista habrán escuchado que cuando era chico nunca comía golosinas. Hay quienes dicen que dejaron de comer carne por un tiempo y cuando retomaron les dolía la mandíbula por falta de uso en la mordida. Otros sostienen que las caries es una cuestión "de tendencia" de cada persona y poco tiene que ver si te cepillaste los dientes 3 o 20 veces en el día. En búsqueda de aclarar el tema, dos odontólogos esclarecen la verdadera relación entre lo que comemos y nuestra dentadura.
"La boca es un órgano de suma importancia, no solo nos permite la alimentación sino que también tiene las funciones del habla, la fonación, y una parte importante en cuanto a la estética. Los alimentos que comemos pueden ser perjudiciales en el sentido de su capacidad de alterar el equilibrio biológico de nuestra cavidad bucal. Un exceso de azúcares o un exceso de alimentos ácidos puede generar patologías como caries y erosión dental", explica la Odontóloga Dra. Adriana Pistochini, integrante de la direccion nacional de salud bucodental (DINASAB)
En la forma en que afectan los alimentos hay que tener en cuenta las siguientes características dadas por el Dr. Claudio Sorrentino, especialista en Odontología Adhesiva:
-Consistencia: los alimentos blandos tienden a quedarse entre nuestros dientes con más facilidad que los duros, atención entonces a las galletitas y el chocolate.
-Adhesividad: cuanto más pegajoso sea un alimento más tiempo pasará en contacto con los dientes y más daño les va a causar.
-El momento en que comemos: picar entre horas favorecerá la aparición de caries ¿por qué? Porque la salivación y la masticación constante que se da en el momento en que nos sentamos a comer ayudan a la alimentación de residuos. Lo mismo si decidimos "picar" algo a la noche antes de dormir.
-El grado de azúcar: las bebidas azucaradas y los dulces sirven de nutrientes a los microorganismos que producen ácido que hacen que se acelere el proceso de desmineralización del esmalte de los dientes.
-Por último la frecuencia, como es lógico, cuanto más comamos este tipo de alimentos que no nos ayuda, mayor será la probabilidad de desarrollar caries.

Algunos alimentos, ricos y nutritivos, ayudan a mantener sana nuestra dentadura e incluso ayudan a limpiarla. El Dr. Sorrentino enumera algunos de ellos: "Los lácteos, por su contenido en calcio y ácido láctico, son excelentes blanqueadores. Por su parte, los chicles sin azúcar también ayudan a eliminar las manchas. La manzana, coliflor, apio, zanahoria, arroz blanco, ayudan a limpiar los dientes". También informa que ingerir leche y sus derivados después de las comidas y antes del cepillado ayuda a neutralizar la acidez de la placa y son ricos en calcio, fósforo y vitaminas A,D y B; también el chocolate es beneficioso, es recomendable en lugar de los caramelos porque el grano del cacao tiene contenidos antibacterianos. Por último, cuenta que el kiwi tiene 6 veces más vitamina C que la naranja y ayuda a mantener el colágeno de las encías y evitar enfermedades periodontales.

El cepillado es la principal de las medidas a tomar para mantener una buena salud bucal, "ya que remueve la placa bacteriana donde se asientan los microorganismos cariogénicos. Se recomienda realizar un buen cepillado entre 2 o 3 veces por día, fundamentalmente a la noche antes de irse a dormir. El cepillado debe realizarse con un cepillo pequeño, de cerdas suaves que permita limpiar todas las superficies dentarias, también es necesario la utilización de algún elemento interdental como hilo para que la higiene sea correcta. La consulta al odontólogo se debe realizar por lo menos cada 6 meses" concluye la Dra. Pistochini.


