Cuál es el nuevo fármaco inyectable para adelgazar que llegó a la Argentina
La droga denominada tirzepatida combina la tarea de dos hormonas naturales para potenciar la reducción de peso y mejorar parámetros metabólicos; su venta requiere receta médica
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El laboratorio Adium oficializó la llegada de una molécula capaz de activar dos receptores hormonales en simultáneo, una innovación que busca potenciar la pérdida de masa grasa y el control metabólico en pacientes con indicaciones precisas dentro de un contexto sanitario donde el exceso de peso afecta a gran parte de la población adulta.
El nuevo fármaco inyectable para adelgazar que llegó a la Argentina
El medicamento lleva el nombre comercial de Mounjaro. Su principio activo, la tirzepatida, se distingue por emular la tarea de dos hormonas que el organismo produce de forma natural. Activa los receptores del GIP (Péptido insulinotrópico dependiente de glucosa) y del GLP-1 (Péptido similar a glucagón tipo-1) que libera señales en el intestino que reducen la ingesta de alimentos, aumentan la saciedad y potencian la secreción de insulina. El GIP actúa como un modulador del metabolismo del tejido adiposo.
Mónica Katz, coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), explicó la ventaja de esta combinación durante el lanzamiento. “Genera un efecto sinérgico: mientras GLP-1 disminuye el apetito, mejora la saciedad y favorece un vaciamiento gástrico más lento, el GIP actúa directamente sobre el tejido adiposo y genera pérdida de peso, predominantemente a expensas de masa grasa”, detalló la especialista.
Los ensayos clínicos evidencian una reducción de hasta un 26% del peso corporal en 72 semanas de tratamiento con dosis máximas. La semaglutida, el inyectable que precede a esta tecnología, alcanza hasta un 17%. Katz puntualizó que estos resultados se asimilan a los de las cirugías bariátricas sin la necesidad de pasar por un quirófano.
Criterios médicos para la indicación del tratamiento
El uso de Mounjaro requiere prescripción médica obligatoria. Los profesionales lo indican como complemento de dieta y ejercicio para la diabetes tipo 2 insuficientemente controlada. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) también aprueba su uso para el manejo crónico del peso en mayores de 18 años con obesidad, definida por un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 30.

Los pacientes con sobrepeso (IMC igual o superior a 27) acceden al tratamiento si presentan alguna condición de salud relacionada. Estas comorbilidades incluyen hipertensión arterial, colesterol alto, enfermedad cardíaca, prediabetes o apnea del sueño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su utilización bajo estricta supervisión profesional.
Esquema de dosis, aplicación y costos en farmacia
La administración de la droga consiste en una inyección subcutánea de frecuencia semanal mediante una lapicera prellenada multidosis conocida como KwikPen. El producto exige mantenimiento en frío, entre 2°C y 8ºC. El esquema médico plantea un tratamiento escalonado donde las dosis aumentan según la respuesta del paciente y van desde los 2,5 mg hasta los 15 mg. El laboratorio Adium, encargado de la comercialización tras un acuerdo con Eli Lilly, confirmó la disponibilidad actual de las versiones de 2,5 mg y 5 mg. Las concentraciones mayores llegarán el próximo año.

El precio de venta al público refleja la complejidad de la innovación. Las cuatro dosis mensuales de Mounjaro de 5 mg cotizan a $783.858,40. El mercado ofrece otras alternativas con valores dispares. El Wegovy (semaglutida de Novo Nordisk) cuesta $717.827,21. La opción nacional Obetide (laboratorio Elea) vale $234.935,50 en su dosis máxima.
Javier Waistblat, director de Adium, se refirió a estas diferencias: “La comparación con otros productos no parece justa porque Mounjaro tiene doble mecanismo de acción”. El ejecutivo anticipó un sistema de beneficios con hasta un 30% de reducción del precio y señaló el interés de los prestadores de salud en cubrir a pacientes de riesgo para evitar cirugías.
Impacto cardiovascular y testimonio de pacientes
Los beneficios del fármaco exceden el descenso numérico en la balanza. Jorge Tartaglione, expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), resaltó la relación directa entre obesidad y riesgo cardiovascular. “Los trabajos sobre este fármaco de efecto dual no solo demuestran un descenso de peso sino también del perímetro de cintura, el hígado graso, la presión arterial, insuficiencia cardíaca”, afirmó el cardiólogo y explicó que el GIP y el GLP-1 ayudan al páncreas a “acomodar la energía”.
La presentación contó con el testimonio de Shiry Attie, médica intensivista del Cemic y participante del ensayo clínico. Attie relató su experiencia tras bajar más de 30 kilos en 18 meses. “Toda mi vida tuve problemas de peso, adelgazaba y volvía a engordar y siempre sentí que el problema no era simplemente falta de voluntad”, confesó. Sobre el efecto del tratamiento, aseguró: “Desde que utilizo estas inyecciones la comida dejó de ser un pensamiento continuo en mi vida. Y toda mi salud mejoró, física y psíquicamente”.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por Gabriela Navarra Camerucci.
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