El Red Bull RB7 con motor V8 , a los mandos de David Coulthard, cara a cara con el avión a hélice de Martin Sonka, campeón mundial 2018 de la categoría de velocidad y acrobacia aérea
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Red Bull Racing, el equipo que lidera el actual campeonato mundial de F1, hace tiempo que desarrolla actividades y videos con sus autos históricos de la categoría paseando por las calles y rutas de algún país o región. Así, ya pasaron por Estados Unidos; el puente Mártires del 15 de Julio, que cruza el Bósforo (uniendo Europa y Asia), en Estambul, y de hacer trompos en las calles de Ámsterdam.
Esta vez fue el turno de República Checa y Eslovaquia, con el road trip que denominaron De un castillo a otro, haciendo alusión al recorrido del RB7 al comando del expiloto de Fórmula 1 David Coulthard (ganador de 13 Grandes Premios), desde el famoso castillo de Praga, República Checa, pasando a fondo por el puente Carlos y los viñedos de Moravia hasta llegar a Bratislava, la capital de Eslovaquia.

Pero esta vez, al Red Bull RB7 campeón del mundo de F1 2011 en manos de Sebastian Vettel (equipado con el motor Renault V8 2.4 L aspirado de unos 800 CV de potencia), y al escocés Coulthard lo esperaban, en el aeródromo de Proprad, el checo Martin Sonka, campeón mundial 2018 de la Air Race, la famosa competición de velocidad/acrobacia de aviones a hélice, y su Extra 300 SR (con motor Lycoming de aproximadamente 304 CV y una velocidad máxima operativa de 293 km/h, aunque puede superarla: aviones de este tipo han volado hasta a 400 km/h).
El desafío no era convencional: fue una carrera a fondo entre el F1 y el avión en vuelo invertido a baja altura. Así, mientras el RB7 alcanzaba rápidamente su máxima velocidad sobre la pista de aterrizaje del aeródromo, Sonka tomó una ruta alternativa en el aire invirtiendo su Extra y, aplicando plena potencia, se puso solo unos metros por encima del F1, con los pilotos casi cabeza a cabeza. Simplemente espectacular.

“Lo mejor acerca de este video es que todo es real. Cuando el avión está a pocos metros por arriba del RB7 e invertido es de verdad, gracias a la habilidad de Martin. Él es un profesional en la cúspide de su deporte. Realmente disfruto el hecho de tener la oportunidad de hacer exhibiciones y circular con un Fórmula 1 a través de diversos países; aquí en República Checa y Eslovaquia anduvimos por calles adoquinadas, rutas polvorientas y algunos magníficos escenarios en las montañas. Fue increíble y De un castillo a otro ha sido como un viaje de descubrimiento para mí, así como una demostración de lo que un F1 puede hacer fuera de un circuito”, remarcó David Coulthard.
Por su parte, Martin Sonka expresó que “los dos teníamos la visión muy limitada hacia afuera de nuestros cockpits. Para volar a tan baja altura e invertido, más o menos se necesita mirar hacia el frente para ser capaz de controlar la altura del avión. David también debe mirar al frente porque el HANS (Head and Neck Support, el protector de cabeza y nuca) que usan los pilotos de F1 les impide mirar hacia arriba. Entonces, resolvimos el problema colocando un pequeño espejo delante de él, así podía verme y mirar hacia adelante. Fue increíble volar en esa formación con el auto, además que soy un gran fanático de la Fórmula 1 y ver al RB7 tan de cerca desde la carlinga de mi avión fue algo realmente especial”.
Más allá de esto, no es la primera vez que el Red Bull RB7 se enfrenta a un avión. En 2016 realizó una “picada” contra un Alpha Jet Dassault de 10.600 CV de potencia. Y en 2013, en manos de Daniel Ricciardo (actual piloto de McLaren en Fórmula 1), enfrentó en aceleración al avión jet de entrenamiento argentino Pampa, en el aeropuerto de Termas de Río Hondo.
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