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"Correr en autos no es una carrera de quién tiene más plata", dice José Urcera, el puntero en Turismo Carretera
El Desafío de las Estrellas, en el autódromo de Villicum, San Juan, es el último capítulo de la etapa regular del certamen de Turismo Carretera. Una prueba con peso propio en un certamen que descubre a José Manuel Urcera como protagonista desde el inicio, en febrero, en Viedma. En nueve fechas, el rionegrino exhibe una victoria, en la Carrera de los Dos Millones, de Rafaela; dos segundos puestos –en Centenario y San Luis– y un 10º lugar en Rosario como el peor rendimiento.
La cosecha de puntos es abundante para el Chevrolet que alista la escudería JP Carrera, tanto que aventaja por 35,5 unidades a Leonel Pernía, cuando quedan 40 en juego. "El equipo me dio la posibilidad de volver a ser competitivo. Así como se aprende a no cometer errores de conducción en la pista, fuera del auto la experiencia enseña a armar los grupos, a elegir con quién trabajar", comenta el piloto que se perfila para iniciar como puntero la Copa de Oro, el minitorneo de cinco carreras que consagrará al monarca.
–¿Es tu mejor año en el automovilismo?
–Sin dudas, porque en el Turismo Nacional fui puntero hasta la fecha pasada, quedan cinco carreras y tenemos posibilidades de pelear por el título. En TC logramos regularidad: empezamos sumando muy fuerte y en las tres últimas carreras, después del triunfo en Rafaela, sostuvimos el potencial, algo que en la categoría es muy difícil. Y en Súper TC 2000 es un año atípico, con una distancia muy grande de Toyota y Renault al resto: cuando hay más de un segundo de diferencia se hace imposible evaluar el trabajo como piloto. Si me mido con mis compañeros, diría que no es malo, pero si lo hago con los pilotos de los equipos que marcan el rumbo, es malísimo.
–En TC empezaste en el JP Carrera, te fuiste por falta de resultados y, de regreso, marcás la delantera en un equipo que siempre prioriza a Guillermo Ortelli. ¿Qué cambió como para que te redescubrieras?
–Sí, debuté en el equipo en 2012 en TC Mouras y tres años después me fui porque no le encontrábamos la vuelta al Torino. Quizás fue un error, porque me quedaban pocas carreras con ese auto, ya que al año siguiente me subía a un Chevrolet. Tengo mejor comunicación con los ingenieros, con los mecánicos, con el motorista; se formó un grupo que se hizo hincha de mí y eso hace que pongamos un esfuerzo extra. La situación con Ortelli es normal por el peso que él tiene en el TC: siete veces campeón... Un piloto así, por ser un referente, por lo que representa, condiciona a todo equipo. El TC es particular en el sentido que corremos bajo la misma estructura, pero no somos compañeros como en un equipo oficial, en el que la marca manda.
–¿Te gustaría definir el campeonato contra un piloto del equipo o preferís un rival externo?
–Sería lindo lo primero, pensando en el trabajo de Gustavo Lema [dueño del JP Carrera], aunque en lo personal me resulta indiferente. Si debiera elegir a los mejores, sería lindo pelear con Ortelli, porque tiene capacidad de avanzar en carrera y un manejo siempre al límite: cuando miro las cámaras a bordo me doy cuenta de que viaja siempre pegado al auto de adelante y de que ante el mínimo error él supera; Matías Rossi tiene un gran año, pero mantiene el nivel desde hace varias temporadas; Pernía es puntero en dos campeonatos y demostró qué clase de piloto es a pesar de que empezó de grande. Después, Facundo Ardusso y Agustín Canapino lucharon por los dos últimos títulos y mantienen el nivel.
–Tuviste algunos roces con Rossi, Matías Milla, Facundo Chapur, Agustín Canapino...
–Canapino es el único con el que no tengo relación, porque no tiene los códigos que se debe tener, y cuando se disiente en tantas cosas es difícil que a uno´hasta lo interese tener relación con una persona. En carrera tengo la misma actitud con él que con cualquiera, porque jamás pensaría en chocar a alguien.
–¿Te molesta que se hable de tu posición económica más que de tu desempeño?
–Es ignorancia de parte de la persona que piensa de esa manera. El automovilismo es un deporte profesional en el que todos tenemos que reunir un presupuesto, pero eso no tiene nada que ver con que se vaya más rápido en el auto: sería como pensar que un tenista o un futbolista cuya familia tiene una mejor posición económica juega mejor. Puede ayudar en el inicio que la familia apoye, pero cuando uno está en la elite eso sirve para tener lo mejor en el auto y nada más. Correr en autos no es una carrera de quién tiene más plata.
–¿Una corona de TC podría modificar el pensamiento que tienen sobre vos?
–Creo que es algo que pasa acá, en la Argentina; en otros países no sucede. Cuando Carlos Sainz (padre) fue campeón mundial de rally, la familia tenía dinero, pero nadie dudó de su talento. Con Rafael Nadal en el tenis pasa lo mismo; fue Nº 1 porque se entrena, se dedica... El dinero quizás lo ayudó en el comienzo, pero no les ganó a Federer y Djokovic por la plata que tenía la familia. Ayrton Senna tenía plata, pero fue el mejor del mundo por su capacidad...
–Ese bienestar económico es el que te permite entrenarte en Europa.
–Eso me permite mejorar como piloto, empezar el año siendo competitivo, porque después de 45 días sin subirme al auto, las primeras vueltas me cuestan. Pero es ir a entrenarse, no de vacaciones: entrenarse en lo físico, en el simulador... Son 12 horas de entrenamiento. En Barcelona este año hacía 2 grados cuando probamos en GP2, y no me quejo, porque es lo que me gusta y me apasiona, pero por ese dinero también podría haberme ido a la playa. Preferí intentar ser mejor piloto.
–¿Nunca pensaste en correr en Europa?
–En un momento sí, pero cuando fui me di cuenta de que es muy difícil llegar, casi imposible. El sueño de todos es la Fórmula 1, pero es irreal para un piloto argentino. Y además me gusta vivir en mi país, compartir los momentos con mis amigos y mi familia, porque estar lejos es muy duro. Cuando corría en motocross vivía varios meses en Estados Unidos, y no seguí por la lejanía, porque no me convencía y no la pasaba bien.
Su primer idilio con el deporte de motor fue a los 4 años. De los días de motocross, un deporte exigente en lo físico, pasó a los autos, en los que busca su primera corona. Urcera quiere la gloria y se prueba en el Desafío de las Estrellas.
Una fecha especial: el Desafío de las Estrellas
Urcera, Leonel Pernía, Facundo Ardusso, Mariano Werner, Santiago Mangoni, Christian Ledesma y Juan De Benedictis son los siete pilotos que ya sacaron pasaje para la disputar Copa de Oro, el minitorneo de cinco fechas que consagrará al campeón. Quedan cinco plazas disponibles y varios candidatos: desde Guillermo Ortelli hasta Juan Pablo Gianini, el ganador en Posadas y que se ubica 21º, pasando por Matías Rossi, Juan Manuel Silva, el bicampeón Agustín Canapino y Gastón Mazzacane, entre otros, que llegarán con chances al Desafío de las Estrellas, en Villicum, San Juan.
La fecha de este domingo tendrá un reglamento particular. Sin pruebas de clasificación, el orden de largada se determinará por sorteo; la competencia durará 38 vueltas o 90 minutos, y habrá dos paradas obligatorias en los boxes: una para cargar combustible y la otra para cambiar al menos una de las gomas derechas. No se podrá hacer ambas cosas a la vez.
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