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Javier Justiz Ferrer, un basquetbolista cubano de 29 años cuyo mejor pasaje de su carrera fue en la Liga Nacional (LNB) con Estudiantes de Concordia y San Lorenzo, informó este jueves su retiro del básquetbol profesional a raíz de una lesión en una de sus rodillas que le impidió jugar el último año: “Para mi carrera profesional es un punto final. Fue una decisión no tan difícil porque los médicos me han explicado no va avanzar. Fue una decisión de la rodilla, más que mía”.
Sus grandes actuaciones, que lo llevaron a ser uno de los pivotes más dominantes de la competencia, deslumbraron al San Lorenzo de Marcelo Tinelli, que por entonces dominaba el plano local y al cierre de cada temporada contrataba para la siguiente a los mejores del resto de los clubes.
Javier Justiz Ferrer hizo un camino habitual por estas tierras: se destacó en la Liga Nacional y, además de ser una fija en la selección de su país, con el que disputó varios certámenes internacionales; dio el salto a Europa. Llegó a la Liga ACB de España, la segunda más importante del planeta por detrás de la NBA, e ingresó por las puertas de Zaragoza, las mismas por la que ahora se va. De las cuatro temporadas que permaneció en ese club, pudo jugar en tres.
El anuncio del retiro de Justiz Ferrer se hizo a través de las redes sociales de Zaragoza, su último club en la Liga ACB de España, donde habló a corazón abierto y dio las razones de su decisión: “Tendré que empezar otra vida que todavía no se aun como me la plantearé. Entendí que hay vida después del baloncesto. No podía estar todos los días con molestias también en la espalda, porque me empezó a doler la espalda. Soy muy joven todavía y muy alto, tuve que pensar en seguir sufriendo pero terminar muy machacado a terminar antes y que el día a día no me cueste tanto”.
El cubano reveló que, en su afán de recuperarse de su lesión, hace tres años que no ve a su familia y no estuvo con ella cuando su padre falleció: “Cambié dos veranos de no volver a mi casa para tratar de salvar mi carrera, pero llegó el punto y este año voy a ir a ver mi madre. Tuve la pérdida de mi padre y tampoco lo pude ir a despedir para dar un plus en el deporte. No me arrepiento, pero este año no pude decir que jugué”.
Justiz Ferrer, tal reveló LA NACION en una publicación en 2018 luego de que se destacara en el San Lorenzo campeón de América, conoció el básquet a los ocho años en su Santiago de Cuba natal, cuando una profesora irrumpió en el aula de la escuela en la que estudiaba y preguntó si a algún alumno lo interesaría aprender a jugar. Javier levantó la mano y allí agarró por primera vez una pelota naranja.
Su relación con el deporte fue discontinuada. Jugó en el club Santiago de Cuba hasta los 12 años y abandonó por problemas en su casa. Volvió a los 16, y dejó otra vez porque no tenía dinero para comprar zapatillas de su talle hasta que finalmente juntó la plata que necesitaba y pudo retomar la actividad que fue su medio de vida hasta junio de 2022.