Bielsa en estado puro: cómo piensa potenciar a Lille, un equipo francés joven y sin grandes figuras
El Loco arranca el domingo, frente a Nantes, la aventura con un plantel jóven que no cuenta con nombres rutilantes ni primeras figuras
Marcelo Bielsa no llegó a Lille para administrar ninguna herencia ni a continuar algún proyecto en marcha. Su ideario y convicciones siempre lo llevan a abrir su propio camino y dejar una huella que, alabada por muchos y resistida por otros, perdura en el tiempo, es motivo de curiosidad y comentarios. Si cada director técnico tiene su librito, Bielsa va por el fútbol siendo una biblioteca cada vez más voluminosa.
Aterrizó en el norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica, para dirigir en un club fundado en 1944 que tiene su historia: tres títulos de liga, el último en 2011 –hizo doblete con la Copa de Francia–, con futbolistas como Gervinho, Hazard, Cabaye, Debuchy, Chedjou, el goleador Sow, que enseguida atrajeron el interés otros equipos europeos. Pero futbolísticamente, los Dogues empiezan esta temporada de cero, como si recién lo hubiesen creado.
La refundación comenzó a principios de este año, cuando el empresario luxemburgués Gerard López, que también fue propietario de la escudería de Fórmula 1 Lotus, le compró Lille al productor de cine Michel Seydoux, a cargo desde 2002 y con un tramo final en el que descuidó la parte futbolística, poco interesado en invertir en planteles competitivos. Lille finalizó 11° en la última Liga, a 49 puntos del campeón Monaco. En la temporada pasaron tres entrenadores, el último, Franck Passi, un ex colaborador de Bielsa en Marsella que dirigió desde febrero hasta junio para ir preparándole el terreno al argentino.
López, dueño también de un club en Luxemburgo, antes había estado cerca de adquirir a Olympique de Marsella , con la promesa de llevar nuevamente a Bielsa al club que dirigió durante una temporada y del que se fue abruptamente tras la primera fecha, al invocar “que había perdido la confianza en dirigentes” que le habían modificado los términos de su contrato.
Las últimas experiencias de Bielsa terminaron siendo traumáticas con los dirigentes que lo habían contratado. A todos ellos les presentó la renuncia por no cumplir con lo hablado o convenido. Pasó en el seleccionado argentino con Julio Grondona (más allá de que se escudó en una “falta de energía), en el de Chile, en Athletic Bilbao, en Marsella y lo más insólito ocurrió en Lazio, donde no llegó a asumir porque los refuerzos no llegaban en los plazos estipulados.
Ilusionado con el contexto
Esta tensión ente Bielsa y sus empleadores parece descartada de arranque en Lille. Hace pocos días, durante la presentación oficial del plantel, el rosarino, micrófono en mano, primero se excusó (“No me perdono no hablar vuestro idioma”) y luego tuvo palabras que no combinaban con su gesto adusto y mirada baja: “Estoy muy feliz de ser parte de esta organización. Me es difícil imaginar mejores condiciones de trabajo. Espero que cuando termine el ciclo hayamos podido devolver la confianza que nos dieron”. El mensaje ilusionante de Bielsa no fue acompañado por la orden que admitió haber recibido de su esposa antes de asumir: que sonriera más y mirara a los ojos en las conferencias públicas.
Casi todo lo relativo al factor humano es a estrenar en Lille. Nuevo dueño, nuevo entrenador y un equipo también muy renovado, cuyo rasgo es la juventud. La formación titular que con algunos pocos cambios probó en los cinco amistosos de pretemporada (tres triunfos, un empate y una derrota; marcó nueve goles y recibió tres) tiene un promedio de 23 años de edad y no cuenta con nombres rutilantes ni primeras figuras. Sí con promesas, con jugadores cuyo margen de evolución es lo que necesita Bielsa para inculcar sus enseñanzas y transmitir su pasión.
Alguna vez Bielsa expresó cuál es su criterio sobre la promoción de futbolistas: “Es fácil poner jugadores jóvenes y acrecentar la lista de debutantes. Lo que hay que hacer es ponerlos y que no fracasen. Mi función es darles un lugar para demostrar que sí sirven”. El capitán será el pivote defensivo camerunés Ibrahim Amadou, de 24 años y que con dos temporadas es el más antiguo en el club: “Me alegra que el entrenador haya confiado en mí”.
Está todo por hacer y al rosarino le sobra vocación de constructor. Muy probablemente, lo que se vaya consiguiendo no alcanzará para una pelea por el título que en principio parece acotada a Paris Saint Germain, Monaco, Olympique, Niza y Lyon. En Lille no están apurados. Bielsa firmó contrato por dos años y la ambición es conseguir la clasificación a la Champions League en la temporada 2018/19. Pero no eso no significa que renuncien a ser la sorpresa o la revelación durante este curso.
Con 15 jugadores nuevos
No se escatimaron recursos económicos para rearmar el plantel. Sólo porque PSG pagará unos exorbitantes 222 millones de euros por Neymar, Lille dejará de ser el club que más gastó en refuerzos en este mercado de pases francés, que con la contratación del brasileño escaló del quinto al tercer lugar en el total de erogaciones entre las cinco principales ligas, por detrás de la Premier League y la Serie A de Italia y por delante de la Bundesliga y la Liga de España. Lille incorporó quince jugadores por un total de 65,5 millones de euros.
Bielsa puso el ojo en el fútbol brasileño: el volante Thiago Maia (20 años, 14 millones a Santos), el extremo izquierdo Luiz Araujo (21, 10,5 millones a San Pablo), el pivote Thiago Mendes (25, 9 millones a San Pablo) y el lateral Caju (22, 500.000 por el préstamo de San Pablo). A préstamo desde Roma se sumó el delantero Ezequiel Ponce, surgido de las inferiores de Newell’s.
Para que entraran tantos, Bielsa les abrió la puerta de salida a 12 futbolistas, algunos que tienen un nombre en el fútbol, como el arquero nigeriano Enyeama, al capitán Rio Mavuba y al centrodelantero Eder, autor del gol del título para Portugal en la Eurocopa.
De la formación titular que el rosarino tiene en mente, siete son refuerzos: los defensores Malcuit, Ié y Ballo Toure; los volantes Mendes y Thiago Maia, y los delanteros Araujo y De Preville. El dibujo táctico de referencia es el 4-2-3-1 (ver aparte). Durante la pretemporada, varios jugadores coincidieron en declarar que trabajaron mucho en los automatismos, los cambios de puesto, la veloz circulación de la pelota. Unos cuantos goles de los amistosos tuvieron la matriz Bielsa: llegada por los costados, desborde y definición por adentro. El último ensayo dejó una preocupación porque los dos goles de Rennes fueron por pérdidas de la pelota en campo propio. “Tenemos que poner atención en eso. Nos equivocamos con el balón y lo pagamos caro”, dijo De Preville. “Recibimos goles por errores individuales”, acotó el capitán Amadou.
El debut por la Liga será mañana, ante Nantes, que le confió el banco a un conductor de experiencia: Claudio Ranieri, cuyo prestigio creció exponencialmente con la Premier League que conquistó con Leicester en 2016. Casi que será un duelo de estilos este partido que enfrenta a dos entrenadores de larga trayectoria. Del italiano se sabe de su querencia por los esquemas conservadores, un 4-4-2 replegado para salir en contraataque (uno de los delanteros de Nantes es el argentino Emiliano Sala). Bielsa va por la vía opuesta, como lo expuso en su primera conferencia de prensa: “Mi equipo tratará de tener el máximo protagonismo, de pasar todo el tiempo posible atacando, lo que supone también defender bien, y tocará mucho, mucho la pelota”. Numerosos hinchas que presenciaron los amistosos ya demostraron la ilusión y expectativa que les genera un equipo joven, ambicioso y un director técnico fuertemente comprometido con una idea.
Su desembarco generó una amplia repercusión periodística. France Football y L’Equipe le dedicaron varias portadas y notas a Bielsa. Sólo la contratación de Neymar lo eclipsó como una de las mayores novedades de la temporada francesa.
“¿Cómo son las personas en Lille y qué es lo que quieren ver en un estadio?”, fue una de las primeras preguntas que Bielsa le hizo a López cuando le ofreció el puesto. Porque para Bielsa, “el fútbol debe seguir siendo de los que aman la camiseta”. Este domingo, en el estadio Pierre-Mauroy, con capacidad para 50.000 personas, Bielsa, a los 62 años, intentará empezar a retribuirles con un equipo que lo represente y transmita su amor por el fútbol.
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