Ubeda en su laberinto: el cambio de Zeballos y la pobre actuación ante Racing complican su continuidad en Boca
El DT parecía tener encaminado su futuro; el martes se juntará y ahí se tomará una decisión
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La Bombonera ha sido escenario de postales inolvidables: goles memorables, títulos, clásicos e incluso penales que fueron “atajados” por la mística del estadio. Sin embargo, este domingo ante Racing se vivió un hecho sin precedentes: no fue un grito de gol, sino un grito de “no” prolongado, con varias “o”, mientras los hinchas se tomaban la cabeza.
El alarido sucedió cuando Claudio Ubeda, hasta hoy técnico del equipo, decidió sacar a Exequiel Zeballos, el jugador más incisivo de Boca en el partido, para dar ingreso a Alan Velasco, que no jugaba desde hacía dos meses y recién había vuelto a concentrar esta semana después de sufrir una distensión del ligamento interno de la rodilla derecha. En la cancha, Leandro Paredes tampoco ocultó su bronca por la modificación: abrió ampulosamente los brazos, pateó al aire y miró de manera explícita al banco, con cara de pocos amigos. Si bien Velasco no ingresó mal, el cambio marcó la noche de la eliminación de Boca. Y, sumado al flojísimo partido del equipo en una instancia decisiva y ante su público, podría definir el futuro del entrenador: tras el lunes libre, este martes habrá cónclave con la dirigencia. Su continuidad estaba encaminada, pero ahora nadie se atreve a afirmar que haya Ubeda en 2026.

En cuestión de minutos, el DT echó por tierra mucho de lo que había construido desde su asunción como técnico principal. En la previa, poco para reprochar: Ubeda apostó por el equipo que logró seis triunfos consecutivos, ganó el clásico con autoridad y dejó en el camino a Talleres y Argentinos Juniors en los playoffs. Pero en el trámite, falló. En conferencia explicó que la salida de Zeballos se debió a un tema físico.
“Estábamos viendo, por gestos, que se veía cansado”, dijo, y recordó que el delantero había dejado la cancha sobre el final en los últimos tres partidos. Sin embargo, ni en la cancha ni en la transmisión se observaron signos claros de agotamiento. Es cierto que el Changuito había salido ante Talleres y Argentinos, pero nunca tan temprano (a los 83 minutos contra la T; a los 80 con el Bicho; a los 71 frente a la Academia), y en esos encuentros Boca ya estaba en ventaja al momento de reemplazar al santiagueño. Incluso, poco antes del cambio, Zeballos protagonizó una corrida por izquierda que terminó en un pase fallido para Merentiel. Regresó al trote, quizá para recuperar aire, aunque la sensación general fue que estaba para continuar.

Con todo, ese no fue el único reproche hacia Ubeda por parte de los hinchas, que hoy lo dejan en la picota. Se sabía que, al ser una figura sin historia fuerte en el club -más allá de haber acompañado a Miguel Russo como ayudante en su último ciclo-, cualquier tropiezo podía costarle caro. Y Ubeda tuvo su peor noche justo en el momento en el que Boca más lo necesitaba. Cuando Racing creció en el segundo tiempo, el DT no tuvo reacción y falló en un cambio clave. ¿Palacios, de flojísimo partido y con señales de desgaste, no era la opción más lógica para salir? Si Giménez no daba pie con bola y Cavani estaba lesionado en el banco -el propio DT informó que sintió una molestia en el calentamiento-, ¿podía haber intentado con Velasco por el 9 y mover a Merentiel al centro, buscando más juego interno y no tanto pelotazo? Interrogantes que quedaron dando vueltas y que terminaron por quitarle respaldo. En encuestas en redes sociales, el 80% de los hinchas se expresó en contra de que renueve.
“Vamos a pensar y ver cómo sigue todo. Hablaremos con Román, con Chelo (Delgado, nexo entre el plantel y el presidente), de todo lo que viene por delante. No esperábamos para nada tener que finalizar la temporada ahora, siempre teníamos la expectativa de seguir avanzando, seguramente ahora planificaremos para lo que viene”, dijo el entrenador, admitiendo que su futuro, que parecía encaminado, deberá evaluarse otra vez. Ya se habían puesto sobre la mesa cuestiones de la pretemporada, los jugadores que no seguirían y los juveniles de Reserva que podían sumarse al plantel. Pero ahora todo está en revisión. En la vuelta al trabajo habrá charla con el DT, y allí se resolverá si Ubeda sigue o si Boca busca un nuevo técnico para enfrentar un año cargado de competencias: torneo local, Copa Argentina y la gran obsesión de cada temporada, la Copa Libertadores.

También será importante escuchar la palabra de los referentes. Si bien Paredes había comparado a Ubeda con Scaloni por su estilo, su manejo del grupo y su cercanía con los jugadores, la reacción del volante ante el cambio encendió una alarma. No es habitual que un futbolista reproche así una decisión del técnico, por más relación estrecha que exista o por más que el cambio llame la atención.
Ubeda, además, realizó solo dos cambios en todo el partido: el ingreso de Velasco por Zeballos y, ya en tiempo de descuento, el de Rodrigo Battaglia por Milton Delgado para buscar un cabezazo salvador. El banco, es cierto, no ofrecía demasiadas variantes: de mitad de cancha hacia adelante solo estaban Zenón y el lesionado Cavani. Aunque el problema no fue tanto la falta de opciones entre los suplentes, sino la ausencia de variantes en el desarrollo: Boca solo se limitó a buscar a Zeballos con pelotazos o apostar al centro de Blanco por izquierda. Y con la ausencia del 7, el equipo se quedó únicamente con la alternativa de los centros ante una defensa de cinco hombres y un Giménez negado con el gol y con la pelota.

En Racing también admitieron que la salida de Zeballos les facilitó las cosas. “Nos sorprendió; no esperábamos ese cambio. Uno como defensor sabe a quién le toca marcar y la jerarquía del Changuito. Hoy lo felicitaba, está en un nivel muy bueno”, explicó Marco Di Cesare, uno de los que más lo sufrió. Gabriel Rojas, aunque defendió la otra punta, celebró igualmente: “Zeballos viene en un gran momento, lo viene demostrando. Cuando salió, fue mejor para nosotros”. Incluso Gustavo Costas, viejo conocido de Ubeda, deslizó: “No me voy a meter en los cambios de Boca… Pero sí, teníamos a muchos jugadores amonestados”, aludiendo a que cuatro hombres de la estructura defensiva -Nardoni, Mura, Di Cesare y Colombo- ya habían visto la amarilla. Después de eso, solo fueron amonestados Maravilla Martínez y Adrián Fernández, por faltas lejos del área.
Cuando Boca dejó la cancha, la Bombonera despidió a los jugadores entre silencio y unos pocos aplausos aislados. Lo mismo ocurrió con el entrenador, que en su caminata hacia el túnel recibió algunos reproches sueltos, aunque predominó la desazón. Ubeda era bien considerado por haber asumido la conducción del plantel tras el fallecimiento de Miguel Russo y por haber conseguido una racha de buenos resultados, no siempre con la mejor imagen desde el juego, pero con decisiones lógicas: 4-4-2 o 4-3-3 clásicos, sin experimentos ni sorpresas. Hasta el partido contra Racing.

Sin nombres rutilantes a la vista, Riquelme se tomará unas horas para digerir la derrota y definir cómo seguir. Este mismo año, Fernando Gago había sido respaldado tras la eliminación copera con Alianza Lima, pero luego fue eyectado cuando su Boca cayó ante River con un planteo polémico y casi sin remates al arco, salvo el gol de Merentiel. Serán horas clave para Ubeda y también para el presidente, que aún no suma títulos en su nuevo rol y analiza, otra vez, un nuevo golpe de timón.
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