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El partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores 2018 entre Boca y River amerita ser contado en una película o en un libro. Tras empatar 2-2 en la Bombonera en el primer encuentro de la serie, ambos equipos se disponían a enfrentarse en Nuñez para definir al campeón de América. Sin embargo, algunas personas tenían otros planes.
En su arribo al estadio, el micro que trasladaba al plantel xeneize fue apedreado por la gente que se encontraba en los alrededores del estadio, lo cual provocó que el partido fuera suspendido. A raíz del ataque, algunos jugadores de Boca tuvieron que ser atendidos, entre ellos, el por entonces capitán Pablo Pérez, a quien le ingresó un pedazo de vidrio en el ojo. Pero algunos dudaron de la veracidad del hecho.
"No porque sea gente de River y haya jugado en Boca, pero nunca hemos vivido algo así. Esa situación fue extrema. Hay una línea y creo que se pasó. Cayeron botellas de cerveza, piedras y gas pimienta. Si te pega en la cabeza, andá a saber si la contás. Tengo familia, no miento", relató el exfutbolista de la selección Argentina en diálogo con Fox Sports.
"Nosotros somos humanos y en ese momento había estrés, nervios. Un montón de cosas por las cuales no se podía jugar en el momento. Tal vez sí dentro de siete días en el mismo estadio", consideró.
Finalmente, el partido se jugaría 15 días después en el estadio Santiago Bernabéu, y Pablo Pérez fue de la partida. El equipo millonario venció 3-1 y se quedó con la quinta copa de su historia.